Capítulo 4

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NOTA IMPORTANTE: LEAN EL CAPÍTULO 3 antes de este otra vez porque está editado y es importante para que le entiendan al cuarto capítulo.

Pov. Astrid.

Un cosquilleo recorrió mi cuerpo cuando lo vi. Creí que estaba lejos de mí pero estaba en un error. Hipo estaba aquí, sin embargo, el saber eso me puso enojada y a la vez feliz, pero al analizar la situación mi felicidad se tornó a enojo.

-¿No que no sabían donde estaba?- pregunté furiosa viendo a mis amigos.

-Eh... astrid, nosotros...-titubeó Heather-¡Es culpa de Patapez!- apuntó con el dedo a su pareja.

-¿QUÉEEE? ¿Por qué?- preguntó exaltado Patapez.

-Tú fuiste el que siempre sabía dónde estaba.

-¿QUÉEE?- pregunté más exaltada que nunca. ¡Maldito Patapez gusano come ratas!

-Cálmate- se acercó Heather y me zarandeó fuertemente- Te pareces a Gustavo de Big Time Rush: gritando como histérica. Mira... mejor hay que sentarnos y hablar con tranquilidad lo que sea que quieras hablar ¿Alguien quiere café? Café será... y galletas traeré. Eh... Patapez, acompáñame por la comida- tomó del brazo a Patapez y salieron corriendo directamente a la cocina dejándonos solos a Hipo y a mí.

El silencio sepulcral continuó. Me acerqué al sillón y tomé asiento sin decir palabra alguna. Hipo simplemente se quedó parado sin decir nada y segundos después imitó mi acción y se sentó en el sillón de enfrente. Para evitar cruzar su mirada con la mía me puse a observar el departamento. Era un lugar sencillo pero ordenado; el librero de color café de la sala tenía muchos libros, acomodados por color y por tamaño; los pocos cuadros colgados estaban pintados a mano, mostrando bellos paisajes de montañas, colinas y bosques; la maceta colocada en el suelo junto al librero; el sillón del mismo color que el librero, entre otras cosas...

Continúe observando el lugar, volví a ver todo el lugar con desesperación porque mis amigos aún no llegaban. Seguramente están tardando para que Hipo y yo hablemos. Me levanté del sofá, vi de reojo a Hipo; su vista estaba totalmente pegada en el celular. Tomé mi bolso y el folder que había dejado en la mesa de cristal de centro y me dirigí a la cocina dejando a Hipo solo.

Al entrar pude ver cómo Patapez y Heather estaban de espaldas hablando entre ellos. Sobre la mesa solamente estaba la caja de galletas cerrada y sobre la encimera la cafetera estaba  trabajando.

-Ejem...- mis amigos voltearon a verme- ¿Necesitan ayuda en algo?- pregunté ignorando lo que había visto.

-Oh... no, Astrid, gracias. Estábamos...eh... hablando.
-Sí, ya lo noté- salí de la cocina.
*****

-¿Qué opinan?- pregunté después de relatar todo lo que había sucedido en la oficina entre el alcalde, Drago Manodura, y Viggo Grimborn, mi querido jefe.

-No tiene sentido, Astrid, ¿Por qué Drago planea un ataque terrorista en Berk, cuya ciudad está a su cuidado, si la gente podría tal vez ponerse en su contra? ¿Y para qué lo planearía  si podría llegar a tener problemas con el alcalde de Arendelle y de otras ciudades? Puede tener problemas en sí con el presidente de Noruega- explica Patapez.

-Sé que nada de esto tiene sentido pero... lo que SÍ tiene sentido es esto del folder- saqué las hojas que éste contenía- miren, aquí hay una carta de Drago dirigida a Viggo. Habla sobre Estoico- dije lo último mirando a los ojos a Hipo mientras le daba la carta. Pude ver en ellos frustración y tristeza.

Hipo la tomó con delicadeza y contempló unos segundos el sobre blanco. Antes de abrirlo me preguntó si yo ya la había leído y le dije que sí. Sacó la carta del sobre y comenzó a leerla. Mientras leía pude ver las diferentes expresiones que hacía: enojo, tristeza, sorpresa. En ese instante me pregunté qué pasará ahora y cómo consolaré a Hipo ahora que sé muy bien que se quebrará ante nosotros.

Separate Paths. COMPLETADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora