Recuerdos de Paige (Capítulo 13)

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Antes no podía observar detalladamente a las dos personas que estaban atadas, pero pude notar que ellos eran muy parecidos.

No sabía quién era el Doctor y quien era la otra persona, mi padre en ningún momento llamaba por su nombre a nadie de los dos, aunque creo estar segura quien es Jan.

Tampoco entendía el motivo por el cual les estaba haciendo esto, hablan de una familia pero no entiendo nada. Me aterraba al pensar con la persona que dícese ser mi padre, realmente no lo conozco

Muchas dudas empezaron a surgir, muchas dudas a las cuales no conseguía respuesta alguna.

-No vas a decir nada y llevaras esto hasta la tumba.

-Tu esposa no sabe quién eres en realidad, tus hijos tampoco saben quién eres, solo vives engañando a los demás, aparentando alguien que no eres pero tú y yo sabemos quién eres en realidad ¿cierto?

-Tú no sabes quién soy, pero yo sé quién eres, eres alguien solitario a la cual su familia lo abandonó, que está solo y que no puede recibir el amor de nadie más que solo el desprecio de los demás, que solo ha amado a una mujer en toda su vida pero lamentablemente ese amor no es correspondido – Ríe ante esas últimas palabras.

¿Quién será esa mujer que menciona?

Mi padre procede a cortar otro de sus dedos, luego le hace unos pequeños cortes en la cara con una navaja y este solo pega pequeños quejidos.

-Ya tienes todo lo que quieres ¿Por qué sigues empeñado en seguir haciéndome sufrir?

Una sonrisa de satisfacción se dibuja en los labios de Juan

-Jamás es suficiente y cuando es así no sabes en que momento parar, pero de lo que si te aseguro es que disfruto cada momento en el cual sufres y en el que recuerdo que estas solo y que la familia que dijiste que tenías no está y nunca estuvo, si quiero algo lo consigo y no importa lo que tenga que hacer o a cuantos tenga que matar.

Empiezas a dar pasos lentos y da unas cuantas vueltas alrededor de esta persona.

Ya que no encuentra respuesta alguna, sigue hablando.

-debo de admitir que cuando te quite a la mujer que más amabas le hice una pequeña promesa, pero no sé si al final deba de cumplirla, no merece la pena estar interponiéndose entre nosotros. Así que después de un largo tiempo en si cumplir es promesa o no al final decidí romperla, porque al final ella no sabrá que ha pasado, muchas dudas surgirán en ella y ahí voy a estar yo tratando de responder sus dudas o tal vez inculparla para que así no pueda irse y pueda estar más conmigo ya que nadie se interpondrá, suena loco pero yo sé que cuando está en sus momentos tristes o de angustia ella se pega a mi como una niña pequeña buscando un refugio en el cual se sienta segura y pueda huir de lo malo.

-Pero nosotros sabemos que aquí el mal del cual debería de huir, es de ti – interrumpe.

Me quedo analizando un poco de lo que hablaron, me centre tanto en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien estaba llegando al lugar.

El sonido de las ramas quebrándose hacen que saque de mis pensamientos, busco con la mirada pero no logro ver nada. Y ya no escuche nada, por un momento todo se llenó en un profundo silencio, no sabía si moverme porque creía que todos iban a escuchar mis pasos y me descubrirían y era algo que no quería que pasara porque si fuese así yo terminaría siendo comida para los cerdos.

Las voces que salen de adentro de la cabaña hacen que voltee mi mirada para la ventana.

Estaba tan perdida en mis pensamientos, en lo que podía estar cerca de mí y no lo podía ver, que no pude que paso, no sé cuánto tiempo paso, estaba cansada, con frio y sin poder hacer movimiento alguno, mi cuerpo se había quedado congelado.

Detrás De Una Muerte [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora