Capitulo V

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Olivia

La noche helada nos estaba consumiendo. Danzando bajo la tormenta, mirando sus ojos miel que eran lo único que destacaba en aquella absoluta oscuridad que nos rodeaba. Hasta el momento.

- ¡No podéis estar aquí!.- Gritó una voz aguda mientras nos enfocaba con aquella insoportable luz nublándonos la vista.

- ¡Oh, mierda!, ¿qué hacemos? Van a pillarnos.- Grité exaltada.

- ¡No van a pillarnos, solo tenemos que pirarnos. Ya!- Me respondió Alex mientras se echaba a correr.

Corrí y logré alcanzarlo. Él me agarró de la mano tirando de mi cada vez más fuerte.

- ¿A dónde vamos a ir?.- Grité sin dejar de correr.

- No lo sé, pero aún nos persigue. Mierda.- Pronunció echando la mirada hacia atrás.

De un tirón giramos hacia la derecha. Nos metimos en un callejón y entramos por una puerta trasera al instituto. La entrada daba acceso directo al comedor de colegio. Mi pulso cada vez era más acelerado y estaba empezando a sentir muchísimo calor. Al verlo él trato de tranquilizarme.

- Ey, Liv. No va a pasar nada. Mírame.- Me agarró la cara con sus dos manos logrando así que me sumergiera en el océano marrón de sus ojos.

- Estoy contigo.

Le aparté la mirada buscando cualquier persona que estuviese por allí. Me encontraba muy inquieta.

- Rubia. No va a pasar nada. Te lo prometo. ¿Vale?.- Dijo logrando que volviera mirarlo.

- Joder, Alex. Cómo nos pillen...- No me dejó terminar la frase y me señaló con el dedo que me callara.

- Shhh. Nos pillarán si no mantenemos la boca cerrada.

Le respondí poniendo mala cara, recriminándole aquello que me había dicho. No soportaba que me mandase a callar. Aún así, tenía razón. Traté de tranquilizarme respirando hondo. Inhalando y exhalando. Controlando cada nervio de mi cuerpo, o más bien, tratando de hacerlo.

- Alex, yo...

- Mierda, mierda, mierda.- Me tapó la boca con la mano para que no dijera nada.

Alguien abrió la puerta de aquel comedor enfocando a cada rincón con la linterna. Cada vez tenía la respiración más acelerada. Alex estaba muy cerca de mi cosa que me ponía muy nerviosa. Pero esque encima había alguien que nos había visto. Si me pillaban me iba a quedar sin la beca. Bueno no tenia ni puta idea. Pero era mejor no averiguarlo.

Unos instantes después la mujer salió de la sala cerrando la puerta tras ella.

Respiré hondo. De nuevo. Así constantemente. No lograba controlar mi respiración. Estaba teniendo otro ataque de ansiedad. Llevaba menos de una semana allí y ya había tenido dos. Aquello no me estaba ayudando. No sé cómo pero Alex se dio cuenta de que algo andaba mal. Y hizo exactamente lo que necesitaba en ese momento, abrazarme, dejando que me desahogara entre lágrimas.

- Lo siento.- Dije entre sollozos.

- Nunca pidas perdón por lo que sientes. ¿De acuerdo?.- Me susurró al oído mientras seguíamos fundidos en ese cálido abrazo.

No sé cómo. Pero lo estaba logrando. Estaba logrando pararme aquel ataque de ansiedad. Algo que nunca nadie había podido hacer. Probablemente porque nunca nadie se daba cuenta. Pero él sí.

- Sí.- Susurré con apenas fuerzas.

- Podemos hablarlo si lo necesitas.- Me comentó en tono de preocupación.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2021 ⏰

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