Me desperté por culpa del sonido de mi móvil. Llevé mi mano hacia la mesita de noche y me tapé los ojos con mi brazo libre.
Me encontraba en mi habitación de mi casa en Siracusa. Era grande y blanca, parecía la habitación de una princesa. Estaba tumbada en mi cama de dos metros y una tela de tul blanca estaba abierta para evitar que los mosquitos entrasen en mi habitación y me picasen ya que las asistentes dejaban las ventanas de mi habitación abiertas.
Desbloqueé mi teléfono y me di cuenta que tenia mensajes de casi todo el mundo. Contesté a mis padres, a mis hermanos y también a Rob que me decía que a las seis de la tarde tenía que estar preparada. Pero que había quedado con el representante de Maneskin para que todo estuviese listo.
También tenía un par de mensajes de Victoria avisándome que a había llegado y que estaba en el "Ristorante Zio Agatino" esperando a que yo llegase para poder desayunar.
Me había mandad un audio y le di al play para escucharlo.
Me reí al escuchar como Damiano voceaba en italiano para darme prisa.
La contesté que estaría allí en cinco minutos y me levanté corriendo de mi cama. Como no tenía mucho tiempo, me puse un vestido de tirantes finos y de color blanco con puntitos negros. Corrí al baño a lavarme los dientes y peinarme rápido. Me lavé la cara y me puse crema solar. No me daba tiempo a maquillarme, pero tampoco es que tuviese tan mala cara.
Me puse unas sandalias y recogí todo lo necesario para meterlo en mi bolso e irme pitando. El restaurante no estaba muy lejos de mi casa, pero decidí coger mi bicicleta para llegar antes. Cogí mi Pamela para protegerme del sol y salí de mi casa.
Pedalee durante unos cinco minutos hasta que divisé a los chicos en la terraza del restaurante. Cando me vieron me saludaron haciendo que todo el mundo mirase hacia donde me encontraba yo. Es decir, en una bicicleta rosa de niña. Dejé la bici en un lado aparcada y subí las escaleras.
Saludé al maître que me sonrió en cuanto me reconoció.
—Qué guapa estás. Hacía tiempo que no te veía. ¿Quieres la mesa de siempre?
Sonreí.
—No, me están esperando. Pero muchas gracias.
Asintió sonriéndome y me despedí de él.
Caminé hacia la mesa donde se encontraba Maneskin.
—Ya era hora. Duermes demasiado — dijo Damiano tranquilo.
—De hecho, me he despertado por vuestra culpa, si no habría seguido en la cama hasta las dos de la tarde. Encima, es pronto.
Damiano asintió.
—Tienes razón. No son más de las diez.
Me senté en medio de Thomas y Ethan, y quedé en frente de Victoria.
Ella me miraba sonriendo. Estaba muy guapa con el pelo suelto y una camiseta de rallas.
— ¿Qué nos recomiendas para desayunar?
Me encogí de hombros y miré a Ethan.
—No sé, yo voy a desayunar un zumo de naranja y un croissant.
Ethan me miró.
—Echo de menos el pan con tomate de Barcelona— lloriqueó.
Me reí.
—Pudeló, seguro que tienen jamón también.
Él abrió los ojos.
— ¡Ya sé lo que voy a desayunar!
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Coraline. |Victoria De Angelis|
Fanfiction|Eres hermosa y fuerte como el sol... nada te puede golpear| Carolina Rinaldi, influencer, cantante y oveja negra. Viene de una familia de doctores y ella es la única que vive del arte. Siempre ha sentido que su cuerpo es demasiado grande, sufrió an...