Capítulo 9

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— ¿Me estás diciendo que os habéis besado?— preguntó Kumiko impactada.

Asentí sin darle mucha importancia, pues todavía no me lo creía del todo y tampoco sabía si me había gustado.

— ¿Y... te ha gustado?— preguntó Luc.

Abrí la boca para responder que en realidad había sido un beso, que no era nada importante pero Aurora se rió y me interrumpió.

—Ya se han dado un baño juntas... un beso no es nada. Cuando se acuesten no tendrá esa cara.

Negué divertida.

—No es lo que tú piensas. Somos amigas...

Mary me miró y puso una mano en mi hombro.

—Carolina... las amigas no miran a las amigas de esa manera.

Negué con la cabeza.

—Da igual. Solo ha sido un beso. No es que sintamos algo la una por la otra o algo parecido. Ha sido por el momento y todo eso. A mí me gustan los chicos.

Aurora giró los ojos, hasta pude notar como lo hacía. Ella era un libro abierto.

—Si es lo que te gusta... está bien. Pero deberías dejar en claro a Victoria que no sientes nada por ella. No vaya a ser que se confundan las cosas.

—Ya está todo aclarado. Ella lo entiende. No es como si estuviera enamorada de mí.

Aurora miró a sus amigas como si tuviesen algún secreto, pero no le di importancia. Simplemente eran ellas pensando que Vic me quería de forma romantica.

Seguimos hablando un rato más sobre varias cosas hasta que llegaron Damiano y Ethan. Mary en seguida miró en su dirección pero apartó la mirada cuando este se la devolvió. Incluso pude escuchar como Aurora volvía a girar los ojos.

—Tan idiotas...— comentó por lo bajo pero nadie pareció escucharlo. Solo su novio que sonrió y yo, que me encontraba a su lado.

— ¿Ya estas mejor? —me preguntó Damiano.

Asentí despacio.

—Sí, pero no quiero volver a mi casa nunca más.

—Carol... dices eso siempre. Y al final vuelves por tus hermanos—dijo Kumiko

Me encogí de hombros, pero no dije nada más. No me encontraba bien del todo. Estaba triste por que siempre discutíamos y también estaba el tema de Victoria. Me dolía no haber podido corresponder su beso como dios mandaba, pero yo no era así y aun que lo fuera... me alejarían de mis hermanos para siempre y no quería eso.

Me tumbé en la cama al lado de Aurora que me pasó un brazo por los hombros. Después de haber estado en la playa con Victoria, habíamos ido al hotel donde se encontraban todos. Había decidido buscarme una habitación donde me quedaría todo el fin de semana, porque luego volvería a España a trabajar en mi nuevo álbum.

Se me cerraban los ojos mientras escuchaba lo que estaban hablando, pero estaba tan cansado por todo el día que me quedé dormida.



Abrí los ojos. Había tenido una pesadilla que me había dejado un nudo en el pecho. Miré a todos lados de la habitación pero estaba vacía, e incluso pude notar cómo es que había anochecido.

—Tranquila, se han ido a cenar. No te queríamos despertar. Parecías cansada.

Miré a Victoria que estaba sentada en uno de los sillones de la habitación.

—Está bien. ¿Por qué no has bajado?

Ella se encogió de hombros y encendió la luz de la mesita de noche.

Coraline. |Victoria De Angelis|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora