Aún recuerdo aquella vez que, teniendo ocho años, me miré a un espejo y me dio asco verme. Yo era gordo, comía demasiado cuando era un pequeño niño y tenía una pequeña pancita, ahora que veo las fotos de cuando era pequeño me doy cuenta de que apenas se notaba, pero para toda mi familia eso no estaba bien.
Mis tías me excluían, me criticaban si me miraban comer y yo podía escucharlas claramente, no les importaba en lo absoluto que yo me sintiera mal y llorara cuando me decían algo.
Lo que más me dolió a esa corta edad definitivamente fue un "Felix está demasiado gordo, así nadie lo querrá" de mi tía favorita.
Hubo un punto donde hasta mi madre, que por cierto a penas estaba en casa, se avergonzó de mí y me llevó a distintos nutricionistas para que me dieran una dieta que me hiciera bajar de peso y ser un niño delgado.
Casi todos les dijeron que mi peso estaba bien y que no hacía falta ninguna dieta, excepto el último nutricionista, que tenía la misma y estúpida idea de que los niños debían ser delgados, me recomendó una dieta donde no podía comer mucho harina, casi nada, y azúcares, absolutamente nada, y debía hacer mucho ejercicio.
Sinceramente, culpo a ese doctor por todas mis desgracias.
Por suerte, mi padre estaba en contra de esas dietas obsesivas y siempre que estaba con él, que era mucho tiempo ya que luego de la escuela iba a su trabajo, me daba de comer lo que yo quisiera.
Aunque mi madre luego me mandó a clases de Taekwondo junto a mi hermano mayor. A todo esto en mi hogar éramos cuatro hijos en total donde yo era el menor de todos. Muchos lo considerarían algo genial e increíble, yo sinceramente lo consideraba un asco, el siempre ser comparado me hacía sentirme mal.
Al tema, en las clases de taekwondo no hacía mucho realmente, más bien, al ser un niño de ya nueve años en una clase para chicos de trece en adelante, el profesor me decía que llevara libros para leer y que él me escuchara y me corrigiera.
Hoy en día me pregunto ¿Por qué tuve que hacerle caso?
Yo llevaba mi libro diario y mientras él daba las instrucciones a sus alumnos, yo me sentaba en sus piernas a leer y él me corregía. Creo que en ese tiempo ni mi hermano ni yo nos dimos cuenta de sus toques malignos o de lo mucho que tocaba mi pequeño cuerpo y zonas que ni siquiera mi padre podría tocar.
Lo triste es que no me di cuenta sino hasta unos cuatro años después.
Creo que estuve con ese profesor unos nueve meses de la misma manera y nunca nadie lo paró, un día de repente dejó de dar clases y no volví a taekwondo.
Cuatro años después, me enteré que yo no había sido el único niño del que había abusado y ahora cumplía una condena por eso. Me hubiera gustado haber dicho algo así le daban más tiempo en la cárcel.
Yo estaba cercano a cumplir los diez cuando sucedió algo nuevamente. Yo siempre había sido un niño muy inocente y torpe y si alguien me decía de jugar a un juego yo aceptaba ¡amaba los juegos! ¿por qué tuvieron que arruinarlos de esa manera?
Mi primo se había mudado temporalmente a mi hogar en lo que conseguía un apartamento, pues mi tía lo había echado de casa sabrá dios por qué, así que jugábamos mucho.
Él tenía catorce y yo nueve pero en ese momento la diferencia no me importaba, yo solo quería alguien con quien jugar pues hasta mis vecinos, que antes eran mis amigos me excluían.
Nunca entendí que hacía mal.
Mi primo era muy agradable y se quedó en casa por unas tres semanas hasta que se reconcilió con mi tía y le permitió volver. Él muy claramente me dijo "no le digas a nadie sobre nuestros juegos pequeño" y yo no entendía el por qué, pero como era un niño obediente le hice caso.

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𝙟𝙪𝙨𝙩, 𝙩𝙝𝙚𝙞𝙧 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙚𝙨
أدب الهواةPequeñas historias Hyunlix sacadas de mí mente♡ ღNingún One Shot tiene conexión con otro a menos que tengo parte dos. ღPueden haber hasta adaptaciones. ღNo tengo mucho que decir, solo que disfruten.