Cap. 3 | FRACASO DE GRADUACIÓN.

123 81 13
                                    

Muchas gracias a la señorita Samantha por tan inspiradoras y conmovedoras palabras. Ahora, para cerrar nuestro hermoso evento, la mejor cursante de este año; Arlet Elizabeth Liers.

Muchas gracias a mis estimados compañeros y a sus representantes que se tomaron el tiempo de venir en este día de gran importancia y nuevos surgimientos en cada uno de nosotros.
Admito que estoy algo nerviosa, rara vez me ha tocado hablar en público así que seré lo más breve y concisa que se me permita.

Mientras soltaba mis palabras escritas en el papel todo arrugado con el que mis manos jugaban, vi a mi madre sentada, pero tambaleaba, como si no pudiera concentrarse en el peso de su cuerpo, y me asusté, pero intenté seguir lo mejor que pude

Como ya fue mencionado, todos estamos experimentando distintas emociones, es normal, pues sentimos que recién comenzaremos la mejor etapa de nuestra total independencia. No tengo palabrería de aliento, se supone que este discurso es sobre mi experiencia personal aquí, de lo que significa para mí haber llegado hasta este punto de la "meta", pero pues... No debe ser diferente de lo que sienten y de lo que es para ustedes, sólo puedo decir que me siento orgullosa de mi harto esfuerzo en estos cinco años para estar hoy parada frente a ustedes. Me siento triste porque, a pesar de no haber hecho amigos aquí, la monotonía de verlos sí la extrañaré un poco. Y me siento feliz, todos hicimos nuestro mejor esfuerzo para llegar hasta aquí y lo logramos...

Cuando estaba apunto de terminar lo que creía, era un buen discurso; escuché a lo lejos la voz de alguien que soltó exactamente estas palabras:

"¡MALDITA PERRA QUE ES MI HIJA! "

Y empezó lo que yo esperaba, fuera una muy horrenda pesadilla. De esas que sientes que son eternas pero que tendrán su final.

No fue así...

—¡SIGUE ASÍ! ¡ME ENORGULLECES, CABRONA! —Gritó mi madre desde el lateral de su silla, arruinando todo. —¿VEN QUIÉN ESTÁ PARADA AHÍ? ¡ES MI MALDITA HIJA! ¡AL MENOS NO SALIÓ COMO SU INÚTIL PADRE!

Creo que no hace falta mencionar que la mujer estaba ebria hasta los ovarios, tampoco hace falta decir que arruinó la reputación que tenía con muchas personas que me conocían. ¿Y se lo perdonaría?

Ja.

No me hace sentir mejor decirlo pero, me hizo sencillo el irme de su lado. No sé por qué quiso elegir un día tan valioso como lo era mi graduación para ponerse en tal estado que ni pueda estar de pie sin ayuda. Ni siquiera había bebido tanto en su vida, o por lo menos yo nunca la había visto hacerlo y si bien con mi papá había aprendido lo que eran las decepciones, con mi mamá lo sentí y lo viví como ella lo vivió, pero digamos que tuve suerte al pasar esa experiencia nada más por unos 5 minutos, pero créanme cuando digo que se fueron los cinco minutos más eternos que espero, nunca vuelva a tener.

Intenté pasar el mal rato por mi garganta mientras me encontraba ahí parada, sin lograr mover ni un músculo; también intenté decir algo, aunque fuera una sola palabra, mi cabeza me daba todas las ideas posibles de lo que pude haber hecho pero era como si no pudiera procesar nada y sólo tomé la idea de huir de ese lugar.

Y eso hice, salí corriendo lo más rápido que pudieran dar mis piernas para nada atléticas. Llegué a los baños, entré y sólo me encerré en mí misma a llorar y llorar en el suelo; y no debieron haber pasado más de 15 minutos cuando me encontraba con el sonido de una voz muy tenue pero muy fuerte al mismo tiempo, era la voz de alguien que me preguntaba si me encontraba bien... O eso supuse, algo de si necesitaba ayuda, pero estaba tan artudida que todo se escuchaba como un gran eco en mi cabeza. Cuando me aclaré un poco, entré en estado de pánico cuando caí en cuenta de que no era mi imaginación y, era la voz de un chico.

Catástrofe por Amor: Ilusión. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora