Cap. 6 | ¿QUÉ HICE?

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Alóooooo, sé que está larguito este cap pero lo valdrá, se los prometo.
Siento que he estado mejorando muchísimo en esta historia, y me encanta cómo va su desarrollo.
No olviden votar:(, bais.


Mientras en mi flurtuosa imaginación me veía de lejos sentada con la persona que me dió la vida y que ahora ha estado destruyendo la suya, pensando por millonésima vez todos los acontecimientos de mi día...
Bree invadió mi cabeza, dando un fuerte portazo al entrar a la habitación como 30 minutos después que yo había entrado.

-Con mi índice en mis labios, intenté decirle que entrara con más cuidado.-¡Shhh! Podrías despertarla.-Hablé por lo bajo.-¿Qué sucede?

-Ven, hablemos.-Me tomó del hombro señalando la salida.

Al salir, de reojo vi en el pasillo a Sky ocupando todos los asientos de cuero sintético que habían disponibles en el muy frío pasillo de espera, mientras dormía plácidamente. Tuve la intención de despertarla para hacerle saber que podía irse, pero estaba tan relajada que preferí dejarla descansar un poco. Detuve mi caminar, me giré rápidamente en dirección a la habitación y agarré una pequeña cobija de algodón color azul cielo con bordes azul rey, que cubría el asiento donde yo me encontraba y dónde yo no pude dormir ni cinco minutos.

Caminando despacio, me acerqué a ella con sutileza para no arruinar su sueño(aunque creo que nadie podría hacer eso), la arropé liberando un tierno beso en su frente.
Al notar la fría mirada de Bree, trotando le seguí el paso y nos dirigimos a la pequeña cafetería que quedaba en la planta baja, donde habían alrededor de 10 personas sumadas en cada mesita redonda que tenían.

No había mucha demanda ese día para comer, y con razón; al ordenar el único tipo de sándwich que había en el menú(porque al descansar mi cuerpo de tantas emociones, le dio el tiempo a mi estómago para recordarme que tenía hambre y que no había pasado nada por mis labios desde las 08:00A.M), dándole la primera mordida era el pedazo de pan más desabrido que había probado alguna vez y el jamón procesado ya pegajoso no ayudaba para nada. Pero en su momento, lo encontré delicioso, tenía mucha hambre para pensar en el asqueroso sabor, tanta que se me olvidó que tenía a mi tía al otro extremo de la mesa mirándome comer como un animal de la calle.

-Con un pedazo de comida masticada en mi boca, le regresé la mirada.-¿Qué ocurre?

-Ubicó su bolso y celular encima de la mesa.-Espero a que termines, para conversar.-Contestó pausadamente.

-Ya terminé.-No era cierto, pero ya no quería el cortante silencio de la atmósfera que se estaba generando.

-Bien...-Enderezó su cuerpo, parecía importante lo que tenía que decir.-¿Por qué no viniste directamente a acompañarnos? Suficiente tenía con la preocupación de tu desaparición.

El rumbo de esta charla no va a parar en nada bueno, lo presiento...

-Me limpié las manos con la pálida servilleta que tenía al lado de mi pequeño plato desechable.-Estaba procesando ciertas cosas, no creo que no te hayas enterado de lo que sucedió, hasta la recepcionista tuvo la cortesía de hacerme saber que todos aquí lo saben.

-¿Y? Familia es familia y...-La interrumpí.

-Yyy... Sin importar lo que te hayan hecho tienes que estar para ellos porque son parte de tu vida y a veces tienes que soportar que te hagan menos, critiquen tu físico como si tú no tuvieras espejos para verte, te humillan sin previo aviso y como tristemente comparten el ADN pues les debes el respeto, la vida, la honra y blah blah blah.-Balbuceé con mis ojos en blanco.

Catástrofe por Amor: Ilusión. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora