Al fin, llegó mi día.
El día de mi TAN esperada graduación. Fueron 5 dolorosos años de frustración, estrés y educación física innecesaria, pero valió la pena esperar tanto para esto, el momento en que por fin podré independizarme de mi casa, de mi pasado y de mi familia disfuncional. Nada podría ser mejor.
Eran las 10:30 A.M y estaba un poco inquieta, (más de lo usual) no veía a mi madre en ningún lado, me mencionó que tenía que hacer unas diligencias en la ciudad pero que llegaría a tiempo, pero la ceremonia empezaba en 15 minutos y no aparecía. Intenté mirar de reojo entre la multitud mientras posaba mis pies en puntillas a ver si obtenía suerte en encontrarla y en eso, logré ver a mi tía Bree.
Me sorprendió verla, una linda sorpresa. Ella estaba muy feliz, me atrevo a decir que más feliz que yo, me basé en la expresión de maníaca que cargaba su rostro.
Me acerqué hacia donde estaba para abrazarla; y cuando estiré mis brazos para dicha acción, ella me detuvo y se adelantó a mostrarme un birrete que supuse, era el que usó cuando se graduó.—Sé que no me esperabas, la verdad yo tampoco esperaba venir pero, no quería perderme tu discurso. —Dijo ella con el birrete en sus manos mientras lanzaba una leve sonrisa que al parecer, le costaba mantener cuando intentaba mirarme fijamente.
—Y sí, no lo esperaba, pero me siento feliz de que estés. Te eché de menos. —Expresé mientras bajaba sus manos con el birrete para abrazarla.
A pesar de sentir algo de recelo porque pues, ella no hizo parte relevante de mi crianza por así decirlo, porque casi nunca la veía; la recordaba con cariño.
—También te eché de menos, cariño. —Un leve suspiro salió detrás de esas palabras mientras jugaba con el anillo que cargaba en uno de sus dedos del cual nunca me había percatado, parecía nuevo.—No vine a quedarme, sólo quería entregarte mi birrete. A diferencia de ti, no era para nada aplicada, pero al menos mi madre nunca dejó de creer en mí y ella misma se encargó de hacérmelo. Digamos que es algo así como una reliquia familiar.
—Soltó una pequeña risa con una leve tristeza en ella.—Quiero que lo tengas para que nunca olvides que sin importar nada; tu madre, tu padre y yo jamás pensamos que no llegarías hasta acá."Tu padre"
Eso hizo efecto en mi estómago vacío.—¿Mi padre? ¿Cómo podrías saber que mi padre estaría orgulloso de mí? A penas dirigían palabras. —Pregunté en tono de enfado.
—Pues...—Titubeó.—Porque eso hacen los padres por los hijos, ¿no? Sentirse orgullosos de ellos en cada paso que den. —Contestó con un tono de indignación, dándome a entender que le molestó mi respuesta.
—Sí, tía. Los padres responsables, hablas de los padres constantes y considerados. No el mío.
Como sea, no quiero hablar de eso. ¿Has visto a mi mamá? Dijo que estaría ocupada pero que vendría y ya mi discurso empezará. —Intenté aligerar la leve tensión que se creó para que en futuras ocasiones entendiera que mi padre es tema prohibido.—No, no la he visto.—Gruñó.-Saldré a buscarla.
La ceremonia comenzó y mi madre no había hecho apariciones de ningún tipo, dijo que no me preocupara...
Pff, como que si eso fuera posible.
Intenté centrarme en la preciosa decoración que me rodeaba; pisos blancos totalmente encerados permitiéndoles mostrarnos nuestro reflejo con claridad, las paredes decoradas con cortinas azul rey con bordados finos hechos a mano de color dorado. Las sillas perfectamente acomodadas en su sitio justo, de color negro brillante y cojines delicados e impecables de un color blanco perla. Todo era hermoso, la tonalidad del lugar, ni muy brillante ni muy tenue, estaba en ese punto justo entre ambos, parecía que todo estaba hecho para quedar en ese lugar, incluso las personas.
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Catástrofe por Amor: Ilusión.
TienerfictieArlet Liers, una chica de 17 con un promedio académico sobresaliente, una familia disfuncional y una sola amiga en todo su mundo, intenta explorar la independencia de sus sentimientos en su nueva vida como universitaria. Se marcha en su misión de h...