1. Living in the shadows.

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Y como a la muerte yo esperar no pudiera, ella, amable, me esperó.
En la carroza, nuestras almas tan sólo y la inmortalidad.

Emily Dickinson

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¿A dónde van todos esos sueños que un día planteaste cumplir?
Esas metas que querías realizar, o aquellas que lograste, pero que no tuviste el tiempo suficiente para disfrutar.
Y al final todo se resume en eso: tiempo.

Quién le pone precio al amor, a la felicidad o a la misma tristeza.
Quién decide el destino de una bala...
Una bala que aquel día perforó más de un corazón a la vez.

◦ ❖ ◦

Solo podía escuchar el repiqueteo de las gotas de una inminente y triste lluvia que azotaba las sombrillas de los presentes, pasto, abrigos y... aquel ataúd adornado con la bandera de su nación y un montón de flores. Tan lúgubre como cliché y tan doloroso como realidad.

El pastor en su sermón; hablando de que existe otra vida y que el ser amado que se ha marchado yace en un lugar mejor.

Mentiroso.

Nadie tendría una certeza absoluta, pero si de algo Conway estaba seguro es que Gustabo no se encontraba en el cielo, aunque se escuchara cruel.
Recordó que una vez le dijo que no quería volver a plegar una bandera... y míralo aquí y ahora, controlando sus emociones como muñeco de marfil, haciéndose el fuerte cuando por dentro estaba destrozado. Su vida se había ido junto con la de su difunta Julia y cuando creyó tenerla de vuelta, Gustabo se la arrebató de nueva cuenta. Lo mismo que hicieron con la de él.

Ahí estaba, dándole el último adiós al hombre que amó tanto y con todo su ser.
Irónico. Conway siempre creyó que él sería el primero en palmarla. Y mira que ingrata es la vida, Gustabo García se adelantó y se marchó primero.
Su "te amaré hasta la muerte" se volvió realidad, pero el "juntos para siempre" se fue a la mierda.

Después de lo de Julia no pensó pasar por lo mismo, aquel dolor insoportable, sin embargo; al menos en esta ocasión tenía la oportunidad de despedirse de su amado.
Y no supo cómo hizo uso de toda fuerza total en su ser para concentrarse en agarrar el puño de tierra mojada, tampoco supo como es que sus pies le permitieron llegar hasta la fosa en donde yacía ese maldito ataúd, ese nuevo hogar para la eternidad del amor más grande en su vida.

Adiós, capullo. Te amo.

Y en sus pensamientos silenciosos, se despidió para siempre de aquel rubio que tantos momentos buenos y malos le había hecho pasar.
Así, le dijo adiós, y con ello también a su alma.
Si tan solo... si tan solo no le hubiese permitido salir de casa ese día...

La ceremonia llegó a su fin y luego de las 21 lágrimas de plomo, el pequeño homenaje por sus servicios. La bandera se le fue entregada a Jack Conway, mientras todos comenzaban a irse tras condolencias y algunas palabras de aliento.
Sentado, casi inmóvil con la bandera plegada descansando en sus piernas, dirigió su mirada cubierta con aquellos cristales oscuros hasta un par de personas que conocía bien.

Horacio lloraba amargamente entre los brazos de Volkov, este lo abrazaba con fuerza, lo tenía a él para protegerle. Del otro lado, una pareja bien ubicada; Michell Evans, quien lucia radiante con aquel abultado vientre en donde esperaba a su primer hijo, siendo abrazada por su marido; Freddy Trucazo. Ambos parecía estar hablando de algo importante, y nadie parecía notar su presencia, pero lo prefería así, por ese día solo quería ser invisible. Entonces se levantó y dejó aquella dolosa bandera en la silla. Y sin pena ni gloria, se largó de aquel sitio del que no se atrevió a volver la vista atrás.

Se metió a su auto, en silencio, en calma total, encendió el motor y marchó lejos de aquel sitio en donde sentía que si se quedaba un segundo más desearía ser él el que estuviera tres metros bajo tierra.

Una vez más, la puta historia de su vida se volvía a repetir.
¿Qué seguía después?
Se preguntó más de una vez y sinceramente no deseaba saber la respuesta.

◦ ❖ ◦

Hacía frío y la brizna ligera de la lluvia le acariciaba los pómulos, mientras se dejaba hacer por el sensual tacto del agua a medias, no se mojaba del todo, la marquesina de aquel bar le servía de auténtico resguardo.

El bullicio del interior lo había terminado de abrumar por completo, entonces una bocanada de aire fresco no le vendría nada mal. O al menos eso pensó hasta que una corriente de aire se logró colocar por su espalda, avisando así que era momento de regresar al interior del local y terminarse esa última cerveza.

》Notas:《

Hola a todxs, reescribi la historia así que vuelve a leer si lo necesitas jeje.
Gracias y espero les guste ♡
La historia será only Intenabo con leves partes de Tonway. Fin.

De lo que veas creete la mitad, de lo que oigas no te creas nada.

𝐂𝐲𝐚𝐧𝐢𝐝𝐞 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭s || ᴰᵉ ᵂᵉ ᴬᵍᵃⁱⁿˢᵗ ᵗʰᵉ ᵂᵒʳˡᵈ  || ɪɴᴛᴇɴᴀʙᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora