Dime, quién soy yo sin tí a mí lado.
—George Harrison.
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El "tic tac" constante del reloj de pared no hacía más que recordarle qué tan solo estaba, no sólo en aquella oficina de paredes blancas, si no, generalmente... en su día a día. Eso, desde que él... se marchó.
Suspirando pesadamente, decidió alejar aquellos pensamientos doloros carcomiendo su mente como termitas de tristeza, intentando devorar lo último que le quedaba de cordura. Pero desgraciadamente era así, cada mañana, cada cansina mañana, cuando al levantarse un pequeño dolor de espalda era más placentero que aquel dolor en el corazón y no precisamente porque estuviera padeciendo aquel problema que una vez ya le había causado un pequeño infarto que lo llevó directamente a urgencias. El día en que él... salía de aquel hospital mental.
Ahí estaba nuevamente, acechando sus memorias como cazador a su presa.
Conway se separó un momento de su computadora y se pellizco el puente de la nariz, cerrando los ojos para descansar un momento su vista. Retrocedió con su silla un poco, para alcanzar su primer cajón, justo en el cual se encontraba su cajetilla de cigarrillos. Pues no había tenido la oportunidad de fumar nada en todo el día.
Desde que regreso de su retiro a regañadientes para ocupar nuevamente el mando como superintendente, no había tenido más que tensiones innecerias. Más de las que alguna vez en toda su vida como máxima autoridad de la malla policial hubiese tenido. Cuando justo ahora su historia pudo haber sido diferente y su vida haber tenido el final que tanto anhelaba.
Con parsimonia se llevó el cigarro a los labios y lo mantuvo entre ellos mientras buscaba su mechero. Justo cuando lo encontró debajo de algunos papeles, un sonido constante desde su movil le llamó la atención para ser atendido.
El mayor tomó el aparato y en la pantalla podía leerse una especie de recordatorio:
"Mindy - Cena a las 20:00"Conway apagó la alarma. Casi lo olvida, tenía una cena pendiente.
Apagó sin más su equipo de cómputo y se dispuso a partir, colocándose una gabardina color negro y apagando toda luz del cuarto. Cerró su oficina muy bien bajo llave y por fin pudo encender ese cigarrillo que tanta tentación le causó en los últimos cinco minutos. Una calada y ya empezaba a sentir la calma absoluta a todos los males que cargaba sobre sus hombros.Y una vez su automóvil estuvo fuera del garaje de la comisaría, se dispuso a conducir con total tranquilidad. La ciudad lucía extrañamente pacífica y más para ser esas horas de la noche y en Viernes, en donde más gilipollas estarían causando desmanes en Garaje Central, o quizá muchas parejas salían a cenar, los bares repletos y las calles concurridas.
Pero no hoy, no parecía haber mucho movimiento, lo único que si estaba latente era la posible caída de lluvia.Con cuidado de no distraer mucho su atención de la vialidad, echó un rápido vistazo al oscuro cielo cegado de algodón oscuro. Sin duda sería una torrencial noche.
Como era su nueva costumbre, Conway sintonizó en la radio alguna melodía de su estación predeterminada, en donde consideraba que había menos música del género urbano que hablara de obscenidades.
Fue entonces que aquella balada comenzó a sonar en sus oídos, pero la letra le tatuó enseguida la mente. Sintiéndose tan identificado cuando "Impossible To Love" de blackbear, comenzó a recordarle muchas cosas por las que pasaba justamente.
Si bien es cierto, Conway jamás terminaría de entender por completo a los jóvenes. Excepto cuando él...
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𝐂𝐲𝐚𝐧𝐢𝐝𝐞 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭s || ᴰᵉ ᵂᵉ ᴬᵍᵃⁱⁿˢᵗ ᵗʰᵉ ᵂᵒʳˡᵈ || ɪɴᴛᴇɴᴀʙᴏ
Fanfictionᴇsᴛᴏs ᴘᴇɴsᴀᴍɪᴇɴᴛᴏs ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀᴇs ᴘᴀsᴀᴅᴏs. ᴇʟʟᴏs sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴍᴇ ᴀᴛᴏʀᴍᴇɴᴛᴀɴ. ᴀsí ᴛú ᴍᴇ ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʀíᴀs ᴅᴇ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴍᴀɴᴇʀᴀ ᴄᴏᴍᴏ ʏᴏ ᴛᴇ ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏ ᴀ ᴛɪ. ʙᴇʙé, ᴘʀᴏᴍéᴛᴇᴍᴇ ᴜɴ ʟᴜɢᴀʀ ᴇɴ ᴛᴜ ᴄᴀsᴀ ᴅᴇ ᴍᴇᴍᴏʀɪᴀs. 》》》》》》》》》》》》》》》》》》》》 Cuando Conway se enfrenta a una dolorosa pér...