5. My 505

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Ni luz cegadora ni túneles con puertas blancas al final,
sólo nuestras manos entrelazadas con fuerza.

—Death Cab for Cutie.

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Inevitablemente sus manos comenzaron a inquietarse y su frente comenzó a sudar frío mientras sus pasos lo llevaron directo a ese escondite que tenían en su poder.
El aire nocturno y fresco le calmaban considerablemente, casi inconsciente pasó una mano por su cabello para intentar peinarlo, sopló un poco de su aliento contra la palma de su mano para verificar que no oliera mal. Deseaba estar medianamente presentable porque detrás de esa gran puerta de metal estaba el motivo de su insomnio en más de una ocasión.

—Al fin llegas, te está esperando. —le dijo José Heredia levantándose de su asiento en forma de llanta vieja y polvorienta de camioneta. —¿Dónde carajos estabas?

—Fui a comer algo tío. ¿No puedo?

—Sí vale pero ya sabes cómo se pone...

—Conmigo no.

José vio en los ojos de Toni un destello de picardía y sólo pudo rodar los suyos con hastío, abriéndole la puerta y cerrando detrás de ambos.
Al ingresar, la calidez del lugar lo abrazó, observó como Igor reía animadamente junto a otro hombre, cuya fornida espalda le daba la bienvenida.

—Oh. Toni. Mira quién nos visita. —anunció Igor al percatarse de su llegada.

El rubio se congeló en el instante que el hombre de castaña cabellera y ropas ceñidas y oscuras se levantara para estar frente a él.

—Hey baby. ¿Me extrañaste? —saludó el sensual hombre portador además de unas gafas oscuras.

Toni sonrió, aunque algo avergonzado de los motes que este tenía para con él.

—Bienvenido señor Hunter. —lo saludó con fingida formalidad.

Toni Gambino y Nick Hunter. Llevaban una relación amorosa un tanto peculiar. Se podría decir que hasta complicada. Sin embargo; ambos parecían disfrutarlo... Uno más que otro, a decir verdad.
En distintas ocasiones Toni ha llegado a pensar que Hunter solo lo usa para conseguir objetivos específicos o metas a conveniencia.

Su mente se detuvo cuando sintió unos ásperos dedos acariciar su mentón.

—Oye. Are you ok, babe? —preguntó Hunter al acercarse por completo al rubio, sacándolo de su trance.

El italiano asintió de inmediato.

—¿Te parece si salimos un rato y nos ponemos al día?

Gambino estuvo de acuerdo y se despidieron del resto para salir hasta el auto del mayor.

Nick Hunter era su jefe, un jefe omnipresente la mayoría del tiempo, pero dueño de la cocaína rosa y la droga que traficaban por la ciudad de Los Santos.
No pasarse de listos y entregar cuentas correctas eran las bases principales para que sus tratos y respeto funcianaran adecuadamente.
Traiciona a Nick Hunter y podrías ir eligiendo en qué fosa desearías que encontrarán tu cabeza.

Decidieron no alejarse mucho e ir hasta un descampado en dónde pudieran hablar cómodamente.
Nick aparcó el coche cerca de unos frondosos árboles, fue que un silencio no tan cómodo se formó entre ambos tripulantes. Los únicos sonidos nocturnos eran algunos grillos e insectos del lugar, envolviendo su atmósfera de serenidad en un concierto semi romántico.
Hunt se acomodó de tal forma que su brazo derecho pasara por el asiento de Toni con su brazo sobre sus hombros, acto con el que provocó que este se acercara más a él, fue entonces que el castaño aprovechó y besó a su pareja con parsimonia y profundidad.

𝐂𝐲𝐚𝐧𝐢𝐝𝐞 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭s || ᴰᵉ ᵂᵉ ᴬᵍᵃⁱⁿˢᵗ ᵗʰᵉ ᵂᵒʳˡᵈ  || ɪɴᴛᴇɴᴀʙᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora