𝐂𝐲𝐚𝐧𝐢𝐝𝐞 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭s || ᴰᵉ ᵂᵉ ᴬᵍᵃⁱⁿˢᵗ ᵗʰᵉ ᵂᵒʳˡᵈ || ɪɴᴛᴇɴᴀʙᴏ

15. Gravity.

Y durante mucho tiempo lo di todo por sentado.
Pero en ese momento era más de lo que podía manejar, así que si podemos dejarlo todo atrás me pondría tan drogado todo el tiempo.
Quiero estar drogado todo el tiempo.
Nunca quise hacerte daño.
Tenía todos mis motivos.
Nunca supe que te necesitaba, así que si podemos estar de acuerdo en no estar de acuerdo, te pondría tan drogado todo el tiempo.

—The Neighborhood (You get me so high).

➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹ ➷➹➷➹

Hunter estaba reunido con toda la mafia para explicar las nuevas alianzas y tratos en cuanto a la droga y las armas, pero justo ahora, se encontraba haciendo prueba de su propia mercancía, encerrado en el baño, preparando la lineas de coca que enriquecian y estimulaban sus neuronas y ponía a bailar su torrente sanguíneo. Ese placer que lo alejaba de pensamientos tormentosos o del dolor en su corazón, pues las cosas no iban exactamente bien con Toni, no desde aquella vez en la que sus palabras fueron las dagas que atravesaron la ya de por sí delgada tela de su relación.

Con su línea de polvo blanco lista en un pedazo de papel, Hunter se inclinó para acercar su nariz y aspirar todo el contenido, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás en cuanto la sustancia comenzó a navegar por su sistema.
Sentía la dopamina encenderse en cada poro de piel y un escalofrío recorrió su columna vertebral, permaneció así por unos segundos hasta que el control de sus extremidades fue recuperado, pero a su vez una euforia amarga invadió sus sentidos.

"De haber sabido que fallarías lo habría hecho yo mismo".

Hunter se mira al espejo, no lleva sus gafas y puede observar las ojeras marcadas en sus ojos color cielo. Y jura, por un segundo, que ve a Toni en su reflejo, con su rostro triste y su corazón roto. Hunter aparta la mirada.

"No puedes culparme ahora por eso, es mala suerte".

Hunter tira el resto de polvo por el lavabo y abre el grifo para lavarse las manos con bruquedad.

"Mala suerte es que esa puta prueba de ADN no haya sido verdadera, no tu incompetencia para matar a un tío que solo servía para chuparsela a Conway. Algo muy parecido a lo que tu eres conmigo".

Las palabras resuenan en sus oídos, tan frescas y letales como la última vez que salieron de su boca.
Un sentimiento de ira reemplaza todo lo demás y talla sus manos más rápido y desesperado, de pronto, en un parpardeo, acesta un fuerte golpe en el espejo del baño causando que se rompa casi todo, y solo la sangre y pedazos de vidrio adornan su solitaria realidad.

Hunter observa su desastre y retrocede, sus ojos se calientan amenazadoramente y su espalda choca contra una de las puertas del baño, en donde atina a apoyarse y deslizarse hasta caer sentado en el suelo. Con la mano herida levantada y entumida, no siente dolor, se siente demasiado drogado para notarlo, pero no deja de sangrar, podrá estar volando alto pero no para dejarse morir, así que como puede, se levanta y se encamina hasta el cajón donde guardan botiquines de primeros auxilios y saca del interior alcohol y algunas vendas y comienza a curarse, alguien llama a la puerta desde el otro lado.

—¿Hunty sigues allí? —pregunta Jorgito. Su mejor amigo. No le gustaría que lo viera así ahora, pero para ser sinceros, lo ha visto en peores condiciones.

—Todo esta good, pasa si quieres.

El hombre abre la puerta y cruza el umbral solo para toparse con lo que parece una escena de una película de terror.

—¡¿Hunty que cojones te ha pasado?! —se acerca rápidamente hasta él, preocupado.

—Estoy bien, calma.