Capítulo 8

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Asteria

—¿Es de la policía? ¿Le robaste su arma?—Sam me reprendió después de ver mi tremenda travesura.

—Pues claro que si lo hizo—Kate miraba el arma entre mis manos con una sonrisa.

—¡¿Perdiste la cabeza?!—Esta vez era el turno de Deena de reprenderme.

—no nos creyeron estamos solos en esto—Explique—¿Dónde demonios esta Simón?

Y de la nada los gritos del chico se escucharon a un par de kilómetros, haciendo que todos nos alarmáramos y corriéramos hasta el.

Lo encontramos derribado en el piso, por un chica quien estaba intentando atacarlo, no lo pensé dos veces y dispare en su dirección. La chica cayó inconsciente en el piso y le dio puerta libre al rubio para levantarse y salir corriendo. Pero había algo inusual en esa chica, o por lo menos no todos tenemos sangre negra en saliendo de nuestro cuerpo. Pero lo más tétrico, fue cuando la chica se levantó de nuevo cantando, como si nunca hubiera recibido tres disparos en el pecho.

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—No tiene sentido, es Imposible—hablaba Sam tirándose encima del sillón—Las balas no al detuvieron.

—Wow, que gran observación—El tono sarcástico en la voz de Kate me hizo soltar una risita. Pero Sam me miró con cara de pocos amigos haciendo que mi sonrisa se borrará.

—¿Quien carajos era?—Pregunto Deena un poco asustada mirando a Simón quien ponía las cerraduras en la puerta de la entrada.

—¿Como rayos iba a saber?—El pánico en la voz de Simón me ponía un poco nerviosa—no lo sé... era guapa.... ¡La perra parecía normal!

—¿Si? Pues odio explicártelo pero las perras normales ¡no sangran sangre negra!—Grite poniéndome de pie.

—Pues era guapa y normal ¡Hasta que me atacó con una maldita navaja!—Explicó Simón un poco alarmado, hasta que Josh interrumpió.

—¿Que? ¿Navaja?—preguntó levantando la cabeza para mirar a Simón.

—Si como las viejas de barbero, o en este caso para cortarse las... —

—venas—Continuó mi hermano—se corto las venas—todos lo mirábamos sorprendidos y aturdidos por la situación—¿Cantaba algo? Como una canción, una vieja canción—afirmó mirando a Simón, quien lo miró más sorprendido de lo que ya estaba.

—¡cielos hermano! ¿Cómo sabias eso?— Josh no contestó su pregunta y se levantó del sofá dándonos la espalda.
Mientras yo miraba atentamente el perfil de Sam, quien al parecer estaba perdida en sus pensamiento.

—¿Estas bien?—hable en susurro para que solo ella me escuchara.

—Podría estar mejor—habló poniendo su cabeza en mi hombro. Como si ese simple gesto me hubiera hecho olvidar todo lo que me dijo en el hospital, sonreí rodeándola con mi brazo.—Lo siento—se disculpo, tenía debilidad por esta chica rubia. Lo tenía que admitir.

—¿Por qué?—pregunté confundida.

—Por la pelea en el hospital, me comporte como una idiota— Ella me miro y se acercó más a mi.

—Yo también fui una idiota—mire sus ojos y lamentablemente me perdí en ellos y ella me obsequio una sonrisa débil.

Josh volvió después de unos minutos con un par de papeles en sus manos. Poniendo uno especialmente sobre la mesa.

—Ella es Ruby Lane-Simón se acercó para mirar el reporte de periódico más de cerca—Fue ella quien te atacó—Afirmó Josh apuntando la imagen en la hoja.

—Es cierto—Simón miraba el rostro de la chica atento.

—Ella cantaba mientras mataba a su novio y amigas, luego se suicidó—todos soltamos sonidos de asombro—se corto las venas.

—¿Por qué no salió en las noticias?—pregunto Kate mirando el trozo de papel con curiosidad.

—Por qué eso pasó hace 30 años, 1965—Josh volvió a ponerse de pie y se acercó a un tablero pegado en la pared, que tenía varias hojas en el. Las arrancó y camino hasta nosotros de nuevo.—Ruby es una asesina de Shadyside, como el de la máscara—hizo una pequeña pausa y otro reporte periodístico apareció frente a nosotros—1978, loco enmascarado mata a muchos adolescentes en el...

—Campamento nigthtwing... si mi tía estuvo ahí, jodio a la familia por mucho tiempo—continuó Kate.

—1950—otro periódico arrancado era mostrado a nosotros—Harry Rupert, el lechero local mata a amas de casa—Pará este punto de la platica ya me estaban dando escalofríos.—1962, Billy Barker.

Deje de escuchar la conversación, para salir de ahí, esto me ponía muy ansiosa. Me daban escalofríos.
Camine hasta la cocina para beber algo, lo que sea, esto me estaba sentando demasiado mal. Después de destapar un refresco, vi como Sam entraba rápidamente y asomaba su cara en el lavabo para escupir algo.

—¿Te sientes bien?—pregunté mirándola con preocupación. Ella dio un saltito del susto.

—No te había visto—respondió con ambas manos en su pecho.

Un largo silencio se hizo entre ambas. Yo solo admiraba sin saber que más decir. Di un sorbo a mi refresco y ella se acercó para quedar a mi lado derecho y recargarse en la barra.

—¿Que nos pasa?—rompió por fin el silencio tomando asiento en el piso, invitando a sentarme a su lado.

—Pues hay personas que quieren matarnos—solté un suspiro después de explicar—gente muerta, si nos basamos en lo que dijo mi hermano—Sam negó con la cabeza.

—Habló de nosotras—Apuntó a ambas con su mano y me miró esperando mi respuesta.

—¿Porque me besaste?—esa duda viajaba  por mi cabeza desde hace dos días. Ella me miro y una sonrisita se asomo en su labios.

—Porque no iba a desaprovechar la oportunidad—Habló levantando los hombros—¿Por qué te alejaste?—Preguntó mirándome a los ojos. Yo baje la cabeza, por alguna razón no podía soportar su mirada.

—Lo siento—di otro sorbo a mi refresco y la miré—No quería arruinaras tu vida con una persona inestable como yo—no estaba diciendo nada que no fuera verdad. Sam negó con la cabeza, se acercó y tomó mi mano, entrelazando nuestras dedos haciendo que me relajara con su tacto.

—desde que te conocí hasta hoy, aunque nos estén persiguiendo un montón de psicópatas muertos. Yo nunca me había sentido tan feliz—y me hizo sonreír. Hasta ahora había empezado asimilar cuanto había extrañado a esta chica.

—Tu mamá me odia—gire la cabeza quedando muy cerca de ella. Perdiéndome nuevamente en sus lindos ojos, eran como una red para mi, me atrapaban y no podía soltarme de su tremendo encanto.

—Si bueno, creo que es porque sabe mi mayor secreto—recargo su cabeza en mi hombro de nuevo—¿Quién te dijo que yo no sentía lo mismo?—levantó la mirada encontrándose cara a cara conmigo.

—Sam no juegues con eso, no juegues conmigo—Sacudí mi cabeza para después alejarme de ella. Pero ella no me dejaría ir tan fácil, ella no quería dejarme ir. Me encarceló haciéndome caer en sus encantos nuevamente.

Y Me besó

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Pregunta seria

¿Van a querer cap. +18?

*se va*

𝙰𝚜𝚝𝚛𝚘𝚗𝚘𝚖í𝚊- Sam Fraser Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora