𝙰𝚜𝚝𝚛𝚘𝚗𝚘𝚖í𝚊- Sam Fraser Y Tu

Capítulo 10

Asteria

Ella era tan hermosa, incluso en la noche donde todo se estaba yendo a la mierda, ella seguía encantando con su belleza natural. Porque Sam no necesitaba nada más que ser ella, para engancharme como los narcóticos.

—Llegamos.—Anuncie sacándola de su trance que parecía infinito. La chica me miró con una sonrisa que apenas se notaba, dio un último apretón a mi mano y salió de la ambulancia.

Miré a todos lados, para verificar que nadie me observaba y de mi bolsillo izquierdo del pantalón saqué una licorera que había llenado antes de venir y di un enorme trago a esta, dejándola por la mitad.

—Muy bien, hagamos esto.—susurre para mí misma antes de salir de la ambulancia también.

Mi garganta dejo de arder cuando llegue a encontrarme con los demás. Estábamos cerca de donde el choque sucedió, el auto estaba detrás de nosotros mientras nuestra concentración se captaba en la explicación de Sam.

—Me caí del auto.—explico poniéndose de cuclillas.—Estaba gateando y mi nariz sangraba.—imitaba sus acciones mientras las narraba con precisión.—y luego...Siento algo.

Sam calló de repente y el sonido de unas cadenas arrastrándose por piso alimentó mi curiosidad.

—¿Cadenas?—preguntó Kate alumbrando El objeto oxidado.

—no son sólo cadenas.—puedo jurar que escuché la voz de Simón temblar. Apuntó a un punto fijo en el suelo donde todos enfocamos nuestras miradas en un cráneo humano.

—Es ella, es su tumba.—dijo Josh con firmeza haciendo que mi piel de enchinara de los escalofríos repentinos.

Los sonidos de asombro no tardaron en aparecer, pero algo más se llevó mi atención. Algunos ruidos extraños haciendo eco entre las ramas del tenebroso bosque.

—Creo que hay alguien más aquí.—apunté con mi linterna alejándome de mi grupo.

—Por eso esta enojada con nosotros, Sam profano su tumba.—Los reclamos de Kate se escuchaban lejanos. Mi cuerpo temblaba sintiendo la presencia de alguien más entre los árboles.

—Oigan, creo que deberíamos irnos.—Sugerí alzando la voz, pero me ignoraron por completo siguiendo con su charla.

—Ahora enviará a todos sus secuaces por nosotros.—la frustración en Josh era evidente.

—¿secuaces?, todos los asesinos que se encuentran en tu pared, ¿vendrán por nosotros?—Kate preguntó con miedo.

Una rama más romperse y para ese punto yo estaba que me hacía en los pantalones.

—¿oyeron eso?, dejen los huesos malditos, ¡vámonos ahora!—me gire, para intentar volver a la ambulancia pero Simón me detuvo.

—No, espera. Si esta enojada porque Sam profano su tumba, hay que des profanarla.—El plan de Simón no sonaba tan mal.

—Es una mala idea.—renegó Deena.

—no, es un genio.—alago Josh.

—Lo que sea que vayan hacer, ¡háganlo rápido! —Apunté con paranoia a donde un ruido se escuchaba. No tenía nada para defenderme, solo una lampara de mano que me ayudaba a ver entre las sombras. Si alguien me atacaba, este probablemente sería mi fin.

—Chicos, creo que hay alguien en el bosque.—avise mientras moría de miedo.

Pisadas se escuchaban cerca de nuestra locación y mis piernas temblaban por le terror que sentía, ¡Vaya noche!

—¿Funcionó?—preguntó Kate mirándome.

—Espera esta cosa se apagó.—procedí a dar golpecitos mi lámpara, hasta que está por fin logró sacar luz de nuevo.

Pará mí mala suerte, era muy tarde, ya que el loco del campamento pasó por mi lado casi tirándome al suelo.

—¡Mierda! ¡Corran!—grité con la esperanza de que ella me escuchara. Corrí lo más rápido que pude, pensando que así podría quitar a Sam del camino recorrido por el loco, porque al parecer la rubia se había quedado en un trance de nuevo.

Vi al enmascarado alzar su hacha y cerré los ojos, porque no podría soportar la imagen de Sam siendo atacada. Lo último que escuché fue un vidrio romperse en mil pedazos haciendo eco en mis tímpanos.

—¡Asteria! ¡¿Que demonios haces?! ¡Corre!

Su voz alejo mis sentidos de cobardía. Cuando pude abrir los párpados de nuevo la figura de Sam llamándome a lo lejos esperando que tomará su mano para huir con ella, me guiaba.

—¡Estas viva!

—Si pero si no corres, no por mucho.

Su nariz sangraba y su hombro al parecer también. Gire mi cabeza viendo como el hombre semi muerto intentaba sacar su hacha que se había quedado atrapada dentro de la ventana del auto. Subimos con prisa a la ambulancia y Kate arrancó haciendo las ruedas rechinaran.

Todos tenían respiraciones agitada y caras de espanto a causa de lo ya acontecido.

Busque por toda la ambulancia algo para limpiar la nariz de la rubia, quien de nuevo y no era la única vez en la noche que lo hacía, se estaba perdiendo en ella.

—¿Qué haces?—preguntó mirándome cuando con suavidad comencé a limpiar la sangre que caía de su nariz ensuciando su filtrum.

—listo—Sonreí mirándola y ella me devolvió la sonrisa, bueno lo intentó.—Te prometo que saldrá todo bien esta noche.

—deja de hacer eso.—tomo mis manos entres la suyas llevándolas lejos de su cara.

—¿que?

—deja de prometerme cosas que no sabemos si en un futuro terminarán siendo reales.

—Sam, está noche voy a protegerte como tu lo hiciste conmigo.

Con miedo se lanzó a mis brazos como si fueran un mágica barrera del mundo exterior. Me miró a los ojos y con duda de acercarse o no, termino juntando su boca con la mía.

—¡ay por dios!, estamos apuntó de morir y ustedes dos se ponen a hacer sus cursilerías en medio de toda esta tragedia.—grito Deena frustrada dejándose caer en su asiento.