Capítulo 9

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Sam

¿Por qué se sentía tan bien?
Sus manos recorrían mi cintura, mientras la mías tomaban con delicadeza sus mejillas. Sus labios sobre los míos, rozes y él  contacto de sus manos traviesas que se colaron debajo de mí hoddie. Ella me hacía sentir jodidamente bien.
¿Por qué no la bese antes? ¿Estaba mal sentirse de esta manera por ella?

Tal vez miedo. Escapaba de cualquier  sentimiento ageno de lo que no fuera una linda "amistad". Pero yo sabía muy en el fondo que Asteria era la causa de mis noches en vela y de mis sonrisas repentinas.

—¿Por qué no te bese antes?— hablé con los ojos aún cerrados, después de separarnos, saboreando el tacto de sus bellos labios impresentes. Asteria me sonrió dulcemente tomando entre sus manos mi menton. Se inclino nuevamente para hacer rozar nuestras bocas poniéndome nerviosa. Pero alguien siempre tiene que arruinar los bellos momentos.

—¿Ya terminaron de pasarse saliva?—preguntó Deena desde la puerta con una mano sobre sus ojos.

Asteria cerró los ojos y apretó los labios con frustración para después darse vuelta y mirar a su hermana.

—¿Siempre tienes que arruinar todo?—preguntó levantándose del suelo. Me dijo un "ya vuelvo" antes de salir por la puerta de la cocina.

—Te descuido por unos minutos y ya le estás comiendo la boca a mi hermana, vaya velocidad Fraser.

Me acerque a Deena envolviendola con mis brazos, al principio pude sentir como su cuerpo se tenso, pero luego aceptó el  tacto delicado de mi abrazo.

—Gracias por cuidarla.—Agradeci susurrando.

—Ella te extraño mucho, pero es muy cobarde como para confesarlo.

Habiamos pasado gran parte del verano comunicándonos. Deena era como mi  paloma mensajera, me contaba todo lo que su hermana hacía, bueno o malo, yo lo sabia y le agradezco infinitamente por ello.

—¿Desde cuando ustedes dos se abrazan?—Pregunto la morena mayor desde la entrada de la cocina, su voz repentina me hizo soltar a Deena dando un saltito del susto.

—Tranquila fiera, Sam no es mi tipo.

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—Nada de esto, es aleatorio. Sara Fier.

La voz de Josh se escuchaba lejana mientras yo caminaba del lado de Asteria. Comencé a perderme entre mis pensamiento.
Después de que Peter chocará el auto, tuve una especie de visión. Pensé que deliraba a causa del golpe en mi cabeza. Pero su rostro. Su rostro lo recordaba a la perfección y el resto de sucesos en los que esta chica estaba involucrada. Completamente espeluznante, podría decirse que lo viví en carne porpia y los presencié como si yo estuviera en ese momento. En el momento en que ataron la cuerda rodeando su cuello.

—Sam. —Asteria me miraba con cara de preocupación.—estas pálida.

—Yo vi a la bruja.

Silencio y miradas de cuestionantes se posaban en mi.

—estas bromeando, ¿Verdad?—pregunto Deena negando rápidamente con la cabeza. —¡Que buena broma, Sam!

—no estoy bromeando, la vi. Al principio pensé que solo era un alusinacion a causa del golpe en mi cabeza. Pero se sintió tan real.

—¿Que viste exactamente?—Pregunto Josh acercándose a mi.

—yo... —cerré los ojos intentado recordar el sonido de sus gritos desgarradores que  parecía tan reales.—Ella gritaba... —intente recordar más a fondo pero un  sumbido atravesó mis oídos y un dolor repentino y punzante golpeo mi cabeza,sentí que caía, pero unos brazos me sostuvieron firmemente.

—Dejala, Josh—dijo Asteria sosteniendomr contra su cuerpo.

—Tenemos que irnos—sugirió Josh—Tenemos que encontrara el punto exacto donde tuviste esa visión.

—¡¿estas loco?!, apenas puede ponerse de pie.

—Asteria, si no nos vamos ya, todos aquí terminaremos muertos.

—Si algo le pasa...

—Si algo le pasa tu serás la culpable.

La mandíbula de Asteria se tenso y no dijo nada más.

—Nos vamos en cinco.—Ordeno la  morena mirando a su hermano.—Josh, linternas y los demás, tomen algo con  lo que puedan   golpear a alguien.—camino hasta quedar frente a frente con Kate.—¿Donde están las llaves?, yo condusco

El ambiente se notaba tenso y todos tenían una mueca de preocupación en su rostro. Caminamos hasta la ambulancia robada y nos montamos en ella, Asteria iba al volante y yo en el asiento del copiloto. Observaba como ella apretaba con fuerza el volante entre sus manos y su pierna  derecha no podía quedarse quieta. Por instinto puse mi mano encima de su rodilla y ella me miró fugazmente. Su ceño  fruncido se relajó con el tacto de mi piel contra la suya, y vi como su mano derecha se despegaba del volante y la posaba encima de la mía. Me sonrió y dijo.

—Todo va estar bien, te lo prometo.

Ella intentaba convencerse a sí misma más que a mí. Me hizo una promesa en un mundo donde ese tipo de pactos terminan rotos. Pero le creí.

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Buenas buenas, perdón por no actualizar.

Espero que les guste<3

*Huye*🏃🏽‍♀️

𝙰𝚜𝚝𝚛𝚘𝚗𝚘𝚖í𝚊- Sam Fraser Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora