Reinaba el silencio en la sala, y los tres inquilinos del apartamento, se encontraban mirándose seriamente el uno al otro, y frente a ellos, una pila de libros danmei, un ramo de flores y una caja de un pastel sin terminar reposaban sobre la mesa.
Pero antes, volvamos unas horas al pasado.
Se levantaron temprano en la mañana, desayunaron rápido sin querer perder el tiempo, se arreglaron, tomaron sus cosas y hombro a hombro se dirigieron hacia su destino.
Los tres jóvenes eran estúpidamente hermosos, y el hecho de haber arreglado demasiado, hacía que llamaran más la atención, y tanto hombre como mujeres que pasaban junto a ellos, se quedaban viéndolos con la boca abierta.
Llegaron a una esquina en específico, y los tres tomaron caminos diferentes a partir de allí, no sin antes decirse buena suerte.
El mayor de los tres jóvenes, llamado Luo Binghe, fue el primero en llegar a destino.
Una tienda de cómics.
Ingresó al lugar, y como era costumbre, llamó mucho la atención. Se sintió tímido por lo que corrió hacia las estanterías del fondo, tomó un libro al azar y tapó su rostro.
—Ah, debí haber usado otras prendas — murmuró para sí mismo. Llevaba puesto un pantalón negro, un par de zapatos del mismo color, una camisa roja con los primeros botones desabrochados y un saco negro. En resumen, estaba demasiado bien vestido para el lugar donde estaba.
—¿Dónde están todos los empleados? ¿Puede alguien ir a reponer lo que falta en el pasillo tres? — Binghe escuchó aquella voz y bajó unos centímetros el libro de su rostro, para poder ver mejor hacia el dueño de aquellas palabras.
El dueño del local, llamado Shen Yuan.
Binghe no se había dado cuenta que lo había estado mirando fijamente, hasta que Shen Yuan le habló.
—¡buenos días!— saludó mientras se acercaba a Binghe. — ¿en qué puedo ayudarte hoy? No creí que regresarías tan pronto.
Binghe tenía la boca seca, de repente había olvidado cómo se hablaba con otra persona.
—ah, sí, eh, buenos días. Terminé de leer lo que compré la última vez. — mintió.
Binghe vio cómo la mirada de Shen Yuan se dirigía al libro que posaba en sus manos.
—Veo que te interesa ese tipo de género—río por lo bajo—,puedo recomendarte otras novelas iguales.
"¿Tipo de género?" Pensó, después de todo, no tenía ni idea sobre qué era el libro entre sus manos.
—Estaré agradecido
Apenas aquello fue dicho, Shen Yuan comenzó a tomar un par de libros de la estantería, y mientras se los alcanzaba iba dando un pequeño resumen de cada uno.
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Tres cabezas NO piensan mejor que una.
FanfictionLuo Binghe todas las semanas regresa a casa con libros que jamás leerá, pero eso no importa si puede ver al dueño de la tienda sonreír. Wei Ying ya no sabe qué excusa usar para ir a la florería, y ahora el departamento parece un jardín, pero no se...