A Prueba (Zed)

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¿Mis ojos estaban abiertos?

Eso creo...

Completa oscuridad, era todo lo que mis ojos podían visualizar sin importar a donde mirara. Era incluso peor que el apagón que había sufrido la ciudad, se trataba de algo totalmente diferente.

Ni siquiera estaba seguro de si yo estaba de pie, o acostado, o flotando.

Tampoco podía sentir mis piernas ni cuerpo, pero al menos esa sensación de asfixia se había marchado. El silencio era tranquilizante, no tenia idea de donde me encontraba.

Parpadee en repetidas ocasiones, en un intento desesperado de adaptarme a donde sea que me encontrara. Pasaron horas hasta que pude sentir una superficie solida debajo de mis pies.

A propósito, pisé fuerte sobre lo que se suponía que es el suelo, de esta forma pude escuchar mis pasos y asegurarme de que no había perdido el sentido del oído.

-¿Dónde estamos...?- Pregunté al ora, pero no obtuve respuesta alguna.

-¿Que paso después de la batalla contra la singularidad?-

Una brisa inundo el ambiente, y de nueva cuenta el traje no respondió nada en absoluto. Comencé a caminar cuidadosamente, para cerciorarme de que no hubiera algún hueco o agujero por el cual caer.

Al parecer estaba caminando por un suelo invisible, que aparentemente era seguro. Extendí mis brazos y manos mientras trataba de tocar una superficie solida con los dedos, tal vez algún muro o pared con la cual poder identificar el terreno.

Finalmente pude distinguir un color que no fuera oscuro, se trataba de un llamativo globo de color amarillo el cual floto hasta quedar frente a mi rostro. Era algo muy extraño...

Quiero decir...

Todo lo que estaba ocurriendo en general era muy extraño.

Sin embargo, el ver un globo amarillo flotar era muy raro, y tal vez no parece gran cosa...

Pero; ¿desde cuando los globos flotan de cabeza?

Y me refiero a que el cuerpo del globo apuntaba hacia abajo y el cordón que sostiene al mismo apuntaba al cielo, era como si fuera yo quien estuviera de cabeza.

Tomé la cuerda de aquel globo amarillo, di vuelta al cuerpo de dicho objeto y lo sostuve por su cordón, aunque no tardo nada en regresar a aquella posición invertida, flotando de cabeza. De apoco un sinfín de luces de tonos dorados alumbraron en donde sea que me encontrara, dicha iluminación provenía del cielo.

Al mirar arriba me encontré con que eran edificios.

Todo estaba al revés...

Mejor dicho...

Yo era aquel quien estaba invertido, porque que yo sepa la ciudad no tiene edificios de cabeza. Comencé a caminar para aproximarme a un edificio alto, trataría de escalarlo en un intento de romper con esta extraña ilusión...

Todo esto me recordaba al incidente con el bufón de la estrella oscura, aunque al mismo tiempo era muy diferente, finalmente estaba de cara a uno de los edificios más altos de la ciudad, con el pensamiento transmute sobre mi hombro una extremidad arácnida para aferrarme al exterior de dicha edificación.

Si bien mi deseo de materializar una extremidad adicional fue cumplido, me impacto el ver que su color era de un negro sombrío y con una apariencia similar al humo.

De la sorpresa no pude aferrarme a las paredes del edificio y regresé al suelo. Revise mis manos y también estaban ennegrecidas, parecía más bien como si yo fuera una sombra.

Estrellas Sin BrilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora