24: Schieße!

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Un mes después

Mila

Por segunda vez en la noche, vomito.

Eso me pasa por beber sin comer nada.

Hoy fue día de copas con mis amigos y Alex.

No nos dirigimos la palabra, y el grupo se pasó dos semanas distanciado, las chicas por un lado, y los chicos por otro.

Eduardo y Daniel no me hablan, porque me ven como una zorra, y realmente me porté como una.

Verlo es como un puñetazo en el estómago y no podía evitar decirme varias veces que lo perdí.

Todo fue aún peor cuando se puso a ligar con una chica en mis narices y yo comencé a beber como si no hubiera un mañana.

Ha pasado un mes desde el incidente. Nando se ha vuelto un acosador. Ha roto con Pamela, y me persigue todo el tiempo.

Alex me ignora, y aunque en la escuela nos sentamos juntos, parece que hay un océano de distancia entre ambos.

Su indiferencia me duele, y que ligue con otra es mucho peor.

Morgen llega y me lame la mano que tengo apoyada en el piso.

-Tranquilo- le acaricio-. Mami está bien.

Me vuelvo a la cama y me duermo rápido.

~~~~~Horas después~~~~~

Me levanto y me siento perdida, mareada, y el estómago me da vueltas.

Me siento mal, muy mal.

Me levanto, pero me tengo que sostener de los postes de mi cama, porque me mareo.

Cuando puedo dar un paso, corro directo al retrete, y vomito otra vez.

-Joder, que mal me siento.

Miro el reloj y son las seis de la mañana.

Me lavo los dientes y la cara, me aseo un poco y me pongo unos vaqueros y una sudadera ancha.

Me paso los dedos por el cabello, ordenándolo un poco, y bajo.

Morgen me sigue, y le acaricio la cabeza:

-Cariño, mami viene ahora, ¿vale?

Cojo el teléfono y las llaves. Me encamino al hospital que está a diez minutos caminando.

Cuando llego, me siento muy mal, y pido pasar a Latte consulta del doctor o doctora de guardia.

Me pasan a un consultorio blanco, y me quedo sentada esperando por el doctor.

La puerta se abre, y vaya, ¡qué doctor!

Me esperaba un viejo canoso y con lentes, pero aquí tengo un joven de al menos veinticinco años, pelo negro y ojos azules. Es alto y la bata le queda ajustada a unos brazos trabajados.

-Buenos días- saluda.

-Buenas madrugadas- respondo. Estoy alterada por esta mierda de vómitos así que no me pueden culpar de sonar borde.

-Bien- se sienta y me clava esa mirada-. Su nombre.

-Mila Schneider- respondo evadiendo su mirada.

-¿Qué se siente señorita?

-He vomitado tres veces en esta noche, y varias en la semana. Me levanté y estaba muy mareada, casi no podía mantenerme en pie.

-Edad- va anotando.

-Dieciséis- respondo.

-¿Viene alguien con usted?

-No- respondo-. Mi madre está de viaje hace dos meses, y no tengo a nadie aquí.

-¿Su padre?- enarca una ceja.

-No conozco al gilipollas donante de esperma que me engendró y que dejó a mi madre embarazada- respondo irritado.

-Bueno- sacude la cabeza-. ¿Tiene relaciones sexuales?

-Desde los quince. Uso la píldora de método anticonceptivo.

-Fecha del último período.

No me había pasado por la cabeza eso.

-Espere un momento.

Saco el teléfono y busco la aplicación que utilizo.para registrar mi período.

¡Mierda! Tengo más de dos semanas de retraso...

Joder, joder, y joder.

Creo que empiezo a sudar frío.

-Señorita- dice el médico, pero lo escucho lejos- ¡Señorita!

Todo se oscurece.

      ~~~~~~~~~~~
Abro los ojos lentamente y me encuentro en una habitación blanca, acostada en una cama de hospital

Atraso, vómitos, mareos...

Eso se repite una y otra vez en mi cabeza y automáticamente los ojos se me llenan de lágrimas.

Busco mi teléfono y tengo varios mensajes de las chicas.

Dann-Dann: Where R U? Todos se preguntan por ti.

Silver: Tía, estamos preocupadas...

Las llamo y les digo que no se preocupen, que estoy viendo a la ginecóloga.

El doctor de hace unas horas entra con unos papeles en las manos, y me da un escalofrío tremendo.

-Buen día señorita- su rostro tiene un atisbo de preocupación-. Usted se desmayó en la mañana y le hicimos análisis de sangre y una ecografía- lee los papeles.

>>Usted tiene cuatro semanas de embarazo y...

Todo se me congela y dejó de escuchar.

Ha dicho embarazada...

Yo, Mila Schneider estoy embarazada, de cuatro semanas, lo que me hace saber perfectamente quién es el padre.

Estoy embarazada de Nando.

-Señorita, no llore- dice y ahí es que me doy cuenta de las lágrimas que hay en mis ojos.

Nunca me imaginé que esto me pudiera pasar. Soy un reloj con la píldora, mo dejó de controlar mi período, mis días fértiles, los días de ovulación.

Pero he estado tan sumida y llena de problemas que no he prestado atención a casi nada.

-Debe informar a una persona mayor de edad si quiere interrumpir el embarazo- me dice-, hasta que llegue su madre, por favor, tome estas pastillas, y venga a verme dentro de dos semanas con su madre acompañándola. Puede irse.

Asiento, y salgo del hospital.

Llego a mi casa, y Morgen ladra. Ladra mucho como si me quisiera advertir de algo.

-Shhh, chiquito- voy hacia donde está-. Mami y tu hermanito- acaricio mi vientre-. Estamos aquí.

Pero cuando voy a acariciarlo alguien me pasa un brazo por el cuello, y yo grito asutada, pero un paño con un olor fuerte se posa en mi nariz.

Y todo se vuelve oscuro, otra vez.

      

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Yo soy la reina del drama...
Y soy mala...

Se vienenas capítulos, así que
Liz B, no te desesperes mimi, que tus explicaciones vienen.

Un Sueño Hecho Realidad (Trilogía Soulmate #1) [En Progreso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora