Salgo de la ducha envuelta en una toalla, tarareando una de mis canciones favoritas de Julia Michaels, y que también es la de una de mis heroínas literarias, Rachel James, de la trilogía Pecados Placenteros. La canción Heaven.
No need to imagine 'cause I know it's true
They say "All good boys go to heaven"
But bad boys bring Heaven to you
It's automatic, it's just what they do
They say "All good boys go to heaven"
But bad boys bring Heaven to you.
-Vaya, vaya -por segunda vez en menos de media hora pego un brinco -. Sabía que cantabas, pero no que tu voz era dulce y melodiosa.
-Gracias.
- ¿Qué cantabas?
-Una canción -respondo sarcásticamente y enmarca una ceja como diciendo <<Really?>>-. Se llama Heaven y es de Julia Michaels- termino diciendo y se queda pensando.
-¿Esa no es la canción de Christopher y Rachel en Lujuria?
-Wait a minute, ¿leíste Pecados Placenteros?
-Si
-A ti no te gustan los libros eróticos.
-Hablaba de los libros que son más sexo que historia. He leído Cincuenta Sombras de Grey, Pecados Placenteros, Pídeme lo que quieras y...
-Stop- lo corto-. Pídeme lo que quieras es mi saga de libros favoritos.
-Lo imaginé- se encoge de hombros.
-WHAT?
-En serio, a todo el que lo lee le encanta.
-Okidokis, te creo- le suelto-. Se que es tu cuarto y todo, pero, ¿crees que puedas salir para que me vista?
-No es nada que no haya visto ya- dice despreocupadamente.
-Gilipollas
-En serio nena. No pienso salir de aquí, así que, o te cambias rápido o te pongo la ropa yo mismo, y que conste, que estoy ya empalmado.
No puedo con su descaro y con su ego. Así que vamos a seguirle el juego.
Me quito la toalla, dejando mi cuerpo desnudo a la vista. No es que sea como Eva, pero tengo buen cuerpo. Soy adicta al gimnasio, y a correr. Hago aerobic, taerobic y yoga.
Tengo unas tetas grandes, buenas curvas y un culo redondo y empinado.
Cuido mucho de mi cuerpo. Hago tratamientos en spa, saunas, masajes con chocolate y depilación íntegra de mi cuerpo dos veces al mes. Que duele, si, duele un huevo, pero para lucir hay que sufrir.
Alex me mira de arriba a abajo. Lo menos que se pensaba él era que yo iba a quedarme totalmente desnuda ante sus ojos.
-Joder- silva.
-¿Qué pasa? El gemelo de Aegan Cash se quedó sin palabras al parecer.
Alex se levanta. Madre mía, esta como el pan. No es musculoso a lo Michele Morrone, pero joder, es un cuerpo trabajado. Los bíceps, el pecho, y una tableta de chocolate en la que quisiera lavar todos mis tangas.
No me había fijado siquiera en que trae sólo un boxer, muy apretado, demasiado apretado. Y en él se marca éso.
-¿Qué pasa Mila?- se ríe- ¿La conoces o no crees que todo esto- la toma con su mano- estuvo dentro de ti?
-No lo recuerdo- me muerdo el labio- pero creo que quiero que me refresques la memoria.
— ¿Sabes? —sonríe —. A veces siento como si te conociera desde hace tiempo.
—A mí me da la misma sensación —‹‹Sólo que no te digo que he soñado contigo en plan romántico, plan gilipollas y plan caliente para que no pienses que estoy como una puta cabra››, añade mi subconsciente; tan majo.
—Mila—pronuncia mi nombre con una suavidad maravillosa —. No me chupo el dedo, tengo diecisiete años —vaya dato perturbador, como diría Luisito Comunica —. Veo las señales que envías. Te atraigo, y eso es obvio. Y tú me atraes también. No busco esa mierda de la relación de novios, de las promesas, de presentarse a las familias. Yo busco pasar el rato. No quiero exclusividad, ni reproches, ni celos, ni explicaciones. Nunca quiero tener obligación de quedarme a...
—Bueno —le corto —, después de la parrafada esta que me has soltado que es una mezcla de Christian Grey, Ares Hidalgo y Hardin Scott, antes que se dieran cuenta lo gilipollas que sonaban —pedazo de remix que me he formado ¿eh? —, ¿puedes explicarme a qué cojones viene todo esto?
—Porque quiero tenerte —responde —. Pero no quiero contrato de exclusividad. Quiero que sea sin compromisos. Me da lo mismo si dices que sí, al final, me lo puedo currar poco para que cualquier otra acceda.
Pero bueno, ya veo lo que decía Alin de que este tío es idiota. ‹‹Un idiota que te pone, que te ha hecho amanecer húmeda por un sueño, y sobre todo, un idiota al que le quieres dar mandanga de la buena, que le quieres dar y no consejos, duro contra el muro, lento contra el pavimento, picante contra el estante, sin pena sobre la arena, sin pereza sobre la mesa, violento contra el asiento y como gaveta que no cierra››; interviene otra vez mi subconsciente; el muy gilipollas.
—Llámame capullo, gilipollas, insensible —continúa —, pero me gusta ser claro.
Esto que me ha dicho, me ha hecho darme cuenta de que tiene razón. Pasé por esa misma mierda. Un año y medio de relación. Muchas promesas, planes, viajes. Todo lo que hicimos, lo que vivimos. El apoyo, las risas, las fotos. ¿De qué sirvió? Me rompió el corazón follándose a la primera zorra que le pasó por delante. Él tiene el corazón sellado, y yo lo tengo hecho pedazos. Así que ahora voy a aplicar lo siguiente: que un clavo saque al otro y que sea lo que dios quiera, como dice Gente de Zona.
-¿Y sabes ahora qué quiero?
-¿Qué?
—A ti —me le acerco lentamente —. Te gusta ser claro y casual, a mi también ¿Te digo lo que a mí me gusta?
— ¿Qué te gusta Mila?
Paso mi dedo índice, primero por sus labios; luego le rozo el cuello, cosa que hace que se le erice el vello en todo el cuerpo; sigo pasando por encima de su camisa. Llego al boxer y no me detengo; voy directo a su entrepierna, y le aprieto el paquete, que está considerablemente duro, y es enorme. Madre mía.
Me muerdo el labio inferior.
—Esto —lo miro fijamente —. Esto es lo que me gusta.
La reacción no se hace esperar. Me besa, madre mía, como besa. A la mierda todo. A la mierda la moral, a la mierda Nando, a la mierda mi madre. En este momento, todo se centra en el chico de ojos negros que me besa con auténtica pasión.
Lo que había comenzado, continúa. Me quita la blusa y la lanza al suelo. Me recuesta en la cama y se pone encima de mí. No es el cuerpo más definido y escultural de la vida, pero tiene buenos genes.
Busca mi cuello con sus labios. Va dejando un rastro de besos desde el cuello hasta la clavícula. Desde allí, empieza a morder suavemente hasta mi seno izquierdo. Lame, muerde y chupa mi pezón, mientas su mano se ocupa del otro.
—Diosssss—gimo. Él sigue su camino de besos. Estoy caliente de cojones.
—Eres... tan... suavecita —susurra.
‹‹Diosa Afrodita, en este momento me desconecto y te encomiendo este cuerpo a ti››. Es lo último que sé de mi subconsciente, porque cuando su lengua toca mi clítoris, todos los sentidos se desvaneces, y sólo me centro en una cosa: que Alex sabe usar la lengua.
Joder y vaya que sabe usarla.
Nunca me había corrido tanto con sexo oral solamente. A parte, llevo meses sin sexo de calidad. En Alemania follé dos veces con un gilipollas que conocí en un club, alardeando de que era un dios del sexo.
Saben, ese refrán que dice: Perro que ladra no muerde, nuncae pareció más real, porque cuando íbamos al tema, le falló la escopeta entera, no sólo el gatillo, y para colmo, cuando pude revivir al paciente, lo que causó dolor en la mandíbula (si, pervertidos, es eso que piensan), resultó que el niño era eyaculador precoz. Y la típica excusa de:<<Es la primera vez, te lo juro>>. Y yo soy la hermana de Camila Méndez, no te jode. El caso es que quedó con el ego herido, y yo a dos velas, y tuve que hacer uso de Big Dean cuando llegué a mi casa. Sí pervertidos, Big Dean, es mi consolador de dieciséis centímetros, cortesía de Alin y Natt.
—Espero no haberte dejado seca —se lame los labios —. Mila te juro que si no te follo ahora me voy a correr en el boxer.
—Pues creo que te sobra- señalo.
Lo bajo rápido y ante mí se libera la octava maravilla del mundo moderno.
Estoy por gritar ‹‹VIVAN LOS GENES BRASILEÑOS Y CUBANOS››. Tengo ante mí, un pedazo de polla que debe medir al menos dieciocho centímetros, y creo que me quedo corta.
—Son veinte —como si me hubiera leído la mente-. Te lo dije ayer pero no lo recuerdas.
Es grande, bien grande. Y tiene un grosor respetable. Creo que iba muy pedo, porque realmente recordaría semejante belleza.
Ahora soy yo la que se pregunta si todo eso ha estado dentro de mí.
—Hosssssssssstiaaaas —arrodillada delante de él la miro, la miro, la miro. Con los ojos como platos.
—Touch it, baby —dice con voz sexy —. Te aseguro que no muerde.
Y lo hago. Madre mía, que si lo hago. Paso mi mano por ese monstruo delicioso que tengo delante de mí.
Está reventando, y cuando sustituyo mi mano por mi boca, lo oigo gemir mi nombre.
—Deus —oírlo hablar en portugués es lo más sexy de la vida —, eu amo a sua boca.
Coloco mi boca en la punta de su pene y comienzo a chuparlo. Chupo, chupo y chupo, me lo meto todo, en la boca, y cuando está casi al llegar al clímax, lo miro con mis ojazos, que me ha dicho que le encantan tanto, y pestañeo.
—Alex —me detengo —, if you don’t fuck me in the next minute, I gonna kill you —el inglés se me da de la hostia, así que vete acostumbrando querido lector.
—I wanna do it, girl —me sigue en inglés. Virgen santa ¡cómo me pone!
Me levanto y lo miro. Lo reto con la mirada.
—Fóllame—me muerdo el labio —. Fóllame.
Nada más decirlo, me tumba encima del sofá. La mesa está servida. Mete dos dedos dentro de mí, y la humedad después de mis orgasmos, le hace saber que estoy más que lista. Lo quiero dentro yaaaaaa.
— ¿Tomas algún anticonceptivo? —pregunta.
—La píldora —respondo —. El látex del condón me hace daño.
—Mejor para mí —suelta —. Odio esa mierda, y siempre me lo tengo que poner. Piel a piel es mejor.
—Vaya, Morgan—suelto una carcajada —. Sal de ese cuerpo, o mejor entra para que me de como tu a Rachel.
—Pero es verdad —me mira inocente —. Pero ahora, querida Mila, te voy a follar, y lo voy a hacer, porque me pones como una Ducati.
Oh yeah! Sólo puedo pensar eso. Y lo hace. Me la mete, primero la punta, después un poco más. Es tan gorda que pienso que me va a partir por la mitad.
— ¿Te duele? —para. Tiene miedo de hacerme daño. Me duele un poco, pero, el dolor es sustituido por un placer desgarrante. Me animo a responder.
—Para nada —jadeo —. No pares por favor.
Y sigue. Otra vez, y otra, y otra. Diez, once, doce, veinte. No para. Me vuelve loca. Una y otra, cada una me hace estar más cerca del orgasmo.
—Así, cariño, así— me dice clavándome sus penetrantes ojos oscuros.
-Ponte en cuatro -su voz es ronca.
Lo hago. Con su gruesa polla dentro, me pongo a cuatro patas, con el culo en pompa.
Alex me toma por el pelo, y me muerdo el labio.
—Ya casi llego cariño— gimo cuando siento el calor en mi vientre—. No pares ahora.
Eso hace que automáticamente, acelere sus embestidas, llevándome a un orgasmo. El mejor que he tenido en mi vida.
—Venga querida, ahora te toca a ti— dice saliendo de mi—. Ya casi estoy y quiero correrme en tus tetas.
Y me arrodillo en frente de él. Se la chupo hasta que choca con mi garganta. Antonio me coge el pelo negro, y me impulsa la cabeza.
—Hosssssstiaaaaaa —gime cuando llega al orgasmo.
Saco su gruesa polla de mi boca, y lo dejo que se corra en mis tetas. Lo deja todo.
—Dioooooos —jadeo —. Eso podría calificar como un polvazo de la hostia. Y te felicito —me muerdo el labio —tienes una lengua maravillosa, y una polla esculpida por los dioses.
—Gracias —me dice Antonio —. Tienes un coño deliciosamente jugoso y apretado, y unos labios que vuelven loco a cualquiera, y que sabes usar.
Mi vagina se contrae. Joder, que me diga esas guarradas me pone mucho.
— ¿Y si nos duchamos? –propongo.
—Lo mejor que he escuchado hoy después de tus gemidos y tus jadeos —responde.//////////////
Complaciendo a Jessie, que de quejaba de que mis capítulos eran cortos, aquí tienes uno que es un tin largo.Diami ahí tienes lo que querías ;).
O sea, déjenme saber que les gusta esto. Porfa voten la historia. Denme estrellitas.
y cambiamos el nombre de los fans, ahora son SoulmatersBesitos con Nutella,
Nelh.
P.D: Ya me siento mejor. Parece que sólo es una gripe.
Gracias a los q se preocuparon.
Los amo
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Un Sueño Hecho Realidad (Trilogía Soulmate #1) [En Progreso]
Teen Fiction"Amarme a mí primero, es más importante que amarlo a él, porque si no me amo a mi misma, no puedo ofrecerle a él un amor verdadero" Mila Schneider