🌹CAPÍTULO 22🌹

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Nunca me había considerado una persona débil.

Bueno, tal vez sí. Un poco.

Me sentía débil en el aspecto de mi enfermedad. Tanto física como mentalmente, había veces en las que me sentía muy débil y sin ánimos. Eran de esas veces en las que te sientes débil aunque no hayas hecho ningún esfuerzo físico, como si solo tu cerebro se hubiera ido a descansar.

En donde tu mente esta tan agotada que parece que toda la energía de tu cuerpo lo ha evacuado. Como un colador, que por más que lo llenas de líquido, siempre se termina vaciando.

Si existiera un concurso de fuerza cerebral o mental, como quieran decirle, podría asegurar que así como mi debilucho cuerpo, mi cerebro y toda la fuerza de él, sería del tamaño de una nuez, pero no de las grandes, que suelen comer las ardillas, sino esas pequeñitas, del tamaño de una almendra, que sueles comer cuando estás a dieta.

¿Como podría cansarme de solo existir? Eso ni siquiera tenía sentido.

¿Como podía pasar todo un día en mi cama, sin hacer nada y estar descansando, para que mi cuerpo se sintiera exhausto y como si hubiera corrido un maratón?

Había visto una película de dibujos animados en donde las emociones de nuestra cabeza son pequeñas personitas habitándola; estaba alegría, furia, miedo, desagrado y tristeza.

Siendo esta última la que causaba el mayor problema en la trama, ya que "arruinaba" las burbujas de pensamiento de la mente de Riley, y todo se salía de control.

Tenía una bonita enseñanza; no todos los recuerdos tienen que ser completamente felices y bonitos, para ser un lindo recuerdo.

Esta bien ser feliz, esta bien enojarte, esta bien estar triste, sentir desagrado o miedo por ciertas cosas o experiencias nuevas. Los diferentes tipos de emociones que sentimos son las que hacen que un momento sea memorable. No recuerdas exactamente lo que pasó, recuerdas perfectamente lo que sentiste, lo que tu cuerpo experimentó en ese momento, y eso es lo que hace que quede en tu corazón, grabado como un cassette.

¿Que si que tiene que ver esa película con como me siento?

Bueno, porque parece que la desgraciada de la tristeza era la única que habitaba en mi ya agotado cerebro.

¿Recuerdan cómo se movía arrastrando los pies y como esa pequeña nube de lluvia la seguía? Bueno, esa es la representación gráfica de como se siento los siete días de la semana, las veinticuatro horas, durante doce meses y toda mi vida. ¿Dónde estaba alegría? ¿Dónde estaba el enojo? ¿Dónde está desagrado?

Bueno, esos últimos dos creo que soy yo.

Mi conciencia farfulla, y me hace blanquear los ojos por su comentario.

El Recuerdo De Los Dos Amores Más Grandes De Mi Vida [1.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora