🌹CAPÍTULO 32🌹

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🌹Hefziba🌹

🌹Hefziba🌹

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—Ya era hora—reprocha al momento que llego al estacionamiento. 

Lo ignoro e imito su acción de blanquear los ojos cuando me vio. Si acaso él cree que estoy feliz de verlo, pues lo lamento porque esta muy equivocado.

Paso de largo de él sin contestarle nada e intento meterme a mi lado del auto. Jalo de la manija de la puerta pero cuando trato de abrir, esta no da de si porque tiene seguro.

Resoplo.

De verdad no puede estarme haciendo eso.

Con toda la calma que logro juntar en mi pequeño ser trato de hablar.

—Abre.

Mi tono suena demandante, pero parece pasarselo por el culo porque solo me ignora.

—Damian, abre—lo miro tratando de mantener la calma. Viendo como me ignora mientras da otra calada a su cigarrillo, pierdo la calma—¡Que abras la puta puerta, Damian!

Lo vi explotar.

Lanzo su cigarrillo al suelo con mas fuerza de la que necesitaba utilizar y bufo. Volteo hacia mi marcando su rostro con un profundo enojo y me sentí pequeña al estar encerrada entre el carro, él y sus brazos.

—Damian...—murmure algo asustada. Jamas lo había visto así.

Al ver su rostro gobernado por el enojo, las palabras de Ian volvieron a recorrer por mi cabeza.

«Mantente alejada de él»

En todo este tiempo conviviendo por él nunca había pensado en ello y nunca le había encontrado sentido a sus palabras. Pero ahora... ahora con esto no sabia que pensar. Damian nunca se había comportado de esta forma.

Mi cuerpo se tenso y mi respiración cambio. Me sentí atacada y con el presentimiento de que algo malo iba a pasar. En respuesta a ello me hice mas pequeña, mi cuerpo se encogió estando tensa, aun con el miedo de que algo me fuera a pasar.

Al parecer él lo noto y su semblante cambio. Su cuerpo también se relajo sobre el mio y  comenzó a retroceder. Lo mire alejarse, pero ya no podía volver a estar tranquila.

—Hefziba...

—Ya no quiero que estemos aquí—lo interrumpí al apenas escuchar mi nombre en su voz.

—Hefziba...

—¿Que mierda te pasa?—me abrace a mi misma al mirar su rostro y parecía verdaderamente indignado al ver mi reacción.

—¿¡A mi!?—su voz sonó ofendida.

—¿Porque mierda actúas así? 

—Joder...—se llevó las manos a su cabeza con desesperación—Llevaba horas esperándote, Hefziba, mierda, estaba preocupado.

El Recuerdo De Los Dos Amores Más Grandes De Mi Vida [1.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora