I

554 39 8
                                    

Fran, pequeño adolescente tranquilo y obediente esa era la impresión  que daba a simple vista.

Aquíen engañamos, el muchacho no causaba ningún dolor de cabeza a ambos padres,  cuando nació sorprendentemente tampoco fue un gran problema con sus cuidados.

Incluso rara vez enfermaba, cosa que alivio bastante a Friks.

Tener un bebé enfermo era estresante, esté solo lloraba y no sabías que era el causante.

Los "terribles 3 años" jamás se presentó, siempre fue un niño muy pacifico.

Ahora la adolescencia, por el momento Fran no ocasionaba  dolores de cabeza a Sans o dejarlo con mal humor; aparentemente aquella familia esquelética viva pacíficamente.

Hasta el momento.

—ugh

Una pequeña punzada en el "vientre" quizás consumió demasiada comida chatarra.

Una pequeña molesta, nada más.

O eso pensó, aquella molestia se hacía más dolorosa provocando un pequeño quejido desesperado. Llegando al punto de no poder levantarse; jamás volvería a comer demasiada chatarra.

Paso un buen rato, quizás solo 10-15 minutos, pero el dolor lo hacía sentir horas.

Aumentaba más, sus piernas temblaban dando vueltas una y otra vez en su cama.

El dolor le comenzó a provocar náuseas, hasta desechar todo de su estómago.

— ¿Fran?

La voz de su madre hizo que sintiera un pequeño alivio. Pero no detuvo el vómito.

Cómo odiaba vomitar, una sensación bastante desagradable.

— ¡Ma-Mamá!

Chillo desesperado asustando a la mayor. No sabía sí las náuseas o el dolor en su vientre era peor.

—¿Fran? ¡Fran! ¿Qué sucede?

Entro asustada por su pequeño, agachándose donde se encontraba vomitando. No sabía que hacer pero optó por buscarle alguna pastilla y un vaso de agua.

Bajo rápido en busca de ambas cosas, en su rostro se notaba la preocupación.

— ¿Mamá? ¿Sucede algo?

Preguntó la segunda hija, Sarik.

Pero su pregunta no fue respondida, la adulta como bajo subió nuevamente.
Sin dudarlo mucho siguió a su madre hasta la habitación de su hermano mayor.

Claramente estaba cada vez más confundida.

Friks le dio la pastilla y el agua al adolescente, esperando que eso lo calmara.

Pero fue lo contrario, aquella pastilla le dio más dolor y ganas de seguir vomitando.

Fran se retorcía, parecía que estaba siendo acuchillado una y otra vez.

— ¡Hermanito! ¿¡Mamá, que le sucede!?

Su voz chillona llamo la atención, pero ninguno podía responderle.

Friks no sabía que le ocurría a su hijo, Sarik estaba asustada.

Le asustaba tanto ver a su niño retorcerse del dolor, pidiendo que eso parara.

¿Qué estaba sucediendo?

...

JAJAJAJAJAHA HOLA

Extraños sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora