Choi Jisu iba una vez más atrasada.
Digamos que la puntualidad nunca fue su amiga, más bien, su eterna enemiga y persistía aun a sus veintiséis años, con un trabajo semi estable y una total independencia. Gustosamente ese mal hábito aún no daba razones para caer al borde un abismo.
Quizá hoy si hubo una, el cual fue olvidar cubrir sus piernas con algunas medias en casa, porque Jisu necesita soportar de alguna manera el frío si justo usaba vestido. Termino comprando en una tienda y recibiendo una descarada mirada de sorpresa de una chica. Fue extraño, pero sabía que no había tiempo para recriminarle. Aunque en realidad, Choi Jisu, si lo hiciese... Pero en ese momento se sintió débil con los particulares ojos rasgados de la chica.
Así que camino a su escuela, recapacito de su impuntualidad porque era un desastroso hábito que cualquier trabajador no debería tener.
En especial cuando eres profesora. El principio de probidad en un pedagogo es esencial, o si no, ¿Cómo recriminas a un alumno por llegar cinco minutos tardes a clases? Para Choi Jisu es difícil mantener una buena imagen acorde a los estándares de profesora. Pero lamentablemente, todo el estudiantado parecía no importarle su impuntualidad. Excepto la directora, aunque ella, estaba más interesada en otra arista.
– ¿Sabes que tu contrato terminará pronto, no?
A pesar de que ingresó a las nueve de la mañana al establecimiento educacional, su primera clase se imparte a las diez de la mañana, por lo que aprovecho su tiempo para rellenar y analizar algunos trabajos en la sala de profesores para adelantar trabajo y compensar su atraso. Debía, sino fuera porque en ese momento la directora había irrumpido en la vacía habitación.
"Primero que nada, buenos días..." Eso era lo que Jisu decía en su mente.
– Lo sé, Srta. Im. –asintió con su cabeza en forma de respuesta.
– Y no se ven planes de renovación. –comentó la mujer mientras se paseaba por la sala de profesores, sosteniendo sus manos detrás de su espalda–. Este sería tu último semestre acá, Jisu.
– Está bien. –respondió.
Nayeon detuvo su paso cerca de la puerta de la sala y giró su cuerpo para encontrar la figura de Jisu, sentada, sus brazos apoyados en el mesón y su expresión indiferente, mirando a cualquier parte. La mujer soltó un pequeño suspiro.
– Tu rendimiento ha bajado y no cumples con los estándares de nuestro establecimiento... –explicó–. Cuando llegaste aquí, hace dos años, realmente fue asombroso ver a una profesora tan joven y con tanto potencial.
Solo asintió.
– No sé qué sucedió Jisu... Pero ya no estás enseñando. Lo siento.
Dicho lo último, la mujer colocó su mano derecha sobre la perilla de la puerta y la giro para abrir la madera y salir de la sala. El sentimiento amargo de las palabras recaía de la misma manera para las dos mujeres. Una mujer que estaba perdiendo a lo que fue una excepcional profesora y una joven que sentía que cada día, seguía perdiendo esa esencial de lo que alguna vez fue.
Jisu descansó su mentón en las manos mientras su mirada se enfocaba en los papeles del escritorio. De un momento a otro, la precisa información de su jefa y todos sus sentimientos se mezclaron de mala manera. Se sentía repentinamente agobiada.
Salió de la sala y comenzó a caminar por los pasillos del establecimiento. A esa hora, mayormente vacío, su mente jugaba en su contra pensando en demasía sobre su incierto futuro.

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𝐏𝐈𝐀𝐍𝐈𝐒𝐓 | [yejisu - mini fanfic]
FanfictionYeji es una genia de la música, con un talento innato para tocar el piano, pero termina trabajando en una fábrica de pianos en lugar de finalizar sus estudios. Por otro lado está Jisu, ella es una maestra de la escuela primaria que prendió a tocar p...