VII. Son como olas de desamor

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"Choi Jisu. Su contrato finaliza a final del semestre"

"Hola, hija. ¿Va todo bien en Seúl? ¿Qué tal el trabajo?"

"¿Eres maestra y no puedes tocar piano?"

"Choi Jisu..."


– Lia... ¿Sucede algo?

Ella da un pequeño salto en el asiento, aturdida y por un momento, perdida en ese espacio-tiempo. Su mirada se encuentra con los felinos ojos preocupados a tan solo unos centímetros suyos.

La boca de Yeji tiene una pequeña mancha en un costado con lo que parece ser salsa y su plato ya estaba a mitad de comer. Jisu por un momento baja la vista a su recipiente, ni siquiera a tocado ese jjamjjamyeon. Debe estar tibio, aún.

– No pasa nada, Yeji-ssi.

– Si es porque estás decepcionada conmigo–comienza a hablar–, de verdad, no te preocupes. Estoy bien así. –ella vuelve a tomar los palillos y revuelve una vez más la salsa con los fideos gruesos.

Jisu la mira, analizando en la mente sus palabras y siente que quiere explotar. Quiere explotar porque no está avanzando, no surge ni cambia, simplemente es una profesora que será despedida por su bajo rendimiento y a pesar de todo lo que ha luchado no puede hacer nada para revertir su situación. Hundirse entre fango y morir es una de las tantas opciones, pero rápidamente su mente se nubla con sus negativos pensamientos, descartando esa primera idea. Ella odia su incapacidad de progresar, su pesimismo, la tristeza y la furia que tiene. Lo odia.

Odia no poder tocar piano como alguna vez lo hizo. Odia no saber enseñar. Odia no tener la vida que siempre añoro. Realmente lo odia, con todo su corazón.

Y odia su mirada incrédula. Era obvio. Creyéndose una heroína para Yeji, prometiéndole el cielo y las estrellas cuando apenas puede sostenerse a sí misma. Yeji parecía que no tenía absolutamente ningún futuro en Corea para ser pianista, pero allí estaba Jisu, tratando de atravesar la ola con su cuerpo por un buen futuro para Yeji. Apenas puede resolver el suyo.

De todos modos, ninguna de las dos tiene la culpa de sus situaciones actuales. Eso no impide que todo lo que Jisu tiene acumulado en la mente, el corazón y en la punta de la lengua salgan como una bomba atómica. Y ella sabe que Yeji no tiene la culpa, pero... Lo odia.

– ¿Eres conforme con ser solo alguien promedio? –suelta abruptamente la pregunta. Yeji parpadea, sorprendida.

– N-no... No tengo que tocar el piano. –murmura Yeji, asustada–. No te preocupes por mí...

– Dijiste que no quería vivir como tu padre–recuerda–, ¿Quieres vivir arreglando pianos toda tu vida?

Yeji la mira atentamente, con sus ojos abiertos y desesperanzados.

– ¿No... No te gusta lo promedio?

– No.

Jisu se enoja.

– ¿Por qué no eres codiciosa? Algunos están dispuestos avanzar todo lo que sea para conseguir lo que quieren. ¿Cómo no puedes ni siquiera soñar con ello? –ella intenta nivelar su voz, por más que este furiosa, porque no quieren que los otros comensales escuchen–. ¿Alguien sabe si quiera que tocas el piano en ese viejo almacén?

– Jisu...

– Eres exactamente como los pianos de tu taller–y Jisu sabe que lo que dirá daña–, cada día te desafinas y pierdes tu camino. ¿Quieres que ti vida sea así?

𝐏𝐈𝐀𝐍𝐈𝐒𝐓 | [yejisu - mini fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora