Capítulo Cinco – ¿Transilvania?
A mi edad no me asusta la oscuridad, ni los monstruos, ni el silencio; a mi me asusta más aquello que sonríe mientras me apuñala la espalda.
Elena Poe
—Joder ¿cuanto falta? —me quejé fatigada, no habíamos caminado mucho, pero yo no estaba muy en forma que digamos.
—Un poco —respondió seco.
—¿Los vampiros no volaban? —pregunté de repente.
Y fue suficiente para que Steve explotara a carcajadas, juraría que su risa hacía eco por todos los callejones solitarios de la cuadra.
—Estas... —rió más, su estúpida risa no lo dejaba ni pronunciar bien—. Muy loca la verdad —culminó respirando mejor.
—¡Hey! —bufé mientras le daba un golpe en el hombro.
—No se te vaya a ocurrir decir una de tus payasadas allá —habló en burla, y giró hacia la derecha—. Llegamos —anunció finalmente.
—¿Eh...? —no pude decir más, o era una broma o el sí que estaba seriamente loco—. ¿Si te diste cuenta de lo que hay frente a nosotros es una pared pintada con aerosol no? —hablé rápidamente con un leve tono de obviedad.
—Es una barrera que solo los vampiros pueden pasar, no debes preocuparte —respondió.
Contuve la risa y hablé —Ay por favor... —me acerqué a la pared con seguridad—. Esto solo es una... ¡Ah! —apoyé mi mano en ella y caí hacia dentro solo sosteniéndome de mis manos.
Sentí como Steve suspiró y entró con tranquilidad —¿Te vas a parar o seguirás haciendo el ridículo? —habló claramente sin paciencia.
—Sabía que esperar a que me ayudaras era demasiado —me levanté sacudiendome las manos y el pantalón.
—Vamos —continuó caminando.
El lugar parecía una cueva, literal, era un espacio cerrado y no se percibía nadie a simple vista, era como un pasillo relativamente oscuro.
—¿Ves aquellos guardias de allá? —los señaló, yo la verdad no había visto nada hasta que él lo dijo, pero sí, habían un par de hombres a unos pocos metros de nosotros al final de esa especie de tunel.
—Sí —afirme.
—Nos van a revisar —respondió.
—¿Qué?
—Comprueban si somos vampiros o no —finalizó.
—¿Que no es suficiente con la entrada?
—Algunos adolescentes curiosos entran por arriba —señaló el techo, este estaba algo deteriorado, tenía huecos ya, no me sorprendería que nos cayese en la cabeza en ese mismo instante.
—¿Y si salen contando? —me picó la curiosidad.
—Manu les borra la memoria.
—¿Quién es Manu?
—Deja ya de hacer preguntas ¿quieres? —contestó obstinado—. Van a revisarte los ojos y colmillos —zanjó para volver a caminar a pasos rápidos hacia los guardias.
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Nuestro Amor Sangriento (Adaptada)
FantasyJules es una chica de 21 años que está cursando la Universidad, joven aparentemente normal que guarda un pasado traumático y que solo, sus únicas dos amigas saben. Este, le ha llevado a tener una vida de locura en la que su mayor pasatiempo es acost...