Capítulo Doce – Misterio
Recuerda el pasado, vive el presente y construye el futuro.
Jules.
—Sí Amber, ya estoy caminado, —hablé ya con un tono obstinado de las tantas veces que se lo había repetido.
—Pero, ¿segura que no necesitas que te recoja? —preguntó, otra vez.
—¡Que no Amber! —le grité a través del celular.
—Vale, pero no te enojes. —trató de calmarme.
Suspiré antes de contestarle —¿Crees que me levanté tan temprano hoy siendo mi único día libre en esta semana para repetirte la misma mierda por el teléfono? —cuestioné con rapidez.
—¡Esa boca Jules! —regañó— Y no, solo calmate y llega rápido, estoy en el callejón.
—Y eso ya lo sé, tal vez si colgaras pudiera llegar más rápido —comenté sarcástica.
Se escuchó como bufó del otro lado de la línea —Bien... —dijo rendida.
—¡Viva! —salté inconscientemente.
—¡Oye, luego no vayas a...
Colgué antes de que terminara de hablar y reí en mis adentros por ello, Amber resultó muy cansona esta mañana y aquello me sacaba de quicio.
Había salido de la universidad hace unos minutos atrás, había ido a aquel callejón tan solo una vez, pero lo recordaba a la perfección. Ya podía verla, parada en la esquina de la acera frente a mi, mientras se balanceaba con sus pies de delante hacia atrás impaciente.
Su conjunto negro siempre la acompañaba, hoy llevaba una falda negra, que le debía quedar un poco encima del ombligo, arriba llevaba un top del mismo color mientras se tapaba con una chaqueta de mezclilla para no lucir demasiada piel. No podía dejar de mirar sus pies, llevaba unas botas que le quedaban casi por la rodilla, cordones subían hasta allí, su estilo era genial por completo y su pelo rubio le daba un toque llamativo.
—¡Llegó la divasa que tanto esperabas! —anuncié llegando frente a ella y me miró.
La verdad es que yo no iba tan esplendida, apenas cargaba unos jeans con una que otra parte rota y una blusa que llegaba exactamente donde terminaba este, me quedaba holgada y aquello era lo mejor, amaba este tipo de conjunto, así que lo acompañé con unos tenis blancos que combinaban con el color de mi blusa.
—No empieces ¿quieres? —fue su respuesta, a lo que reí.
—¿Ves lo mal que cae que te jodan? —pregunté con ironía—. Imagina que tuve que soportarte toda la mañana por el celular. —bromee.
—Jules... no le busques la quinta pata al gato. —amenazó mientras entrecerraba sus ojos levemente maquillados con tonos oscuros.
—Muy bien, muy bien, debo admitie que te ves amenazante con esa ropa.
—Gracias... supongo. —se encogió de hombro mientras soplaba un mechon de cabello que caía por su cara—. Venga vamos. —comenzó a caminar y la seguí enseguida.
En ningún momento entramos al callejón, ella siguió de largo y la seguí sin protesta. Caminamos unas cuadras más de este y giramos en otro callejón, que en el fondo solo tenía una casa, parecía un lugar secreto, como esas guaridas secretas de los superhéroes, la pared que le ponía fin al callejón frente a nosotras tenía una puerta blanca justo en el medio, tres escalones de cemento daban paso a su entrada, y un pequeño techito acompañaba la puerta en su lado superior.
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Nuestro Amor Sangriento (Adaptada)
FantasyJules es una chica de 21 años que está cursando la Universidad, joven aparentemente normal que guarda un pasado traumático y que solo, sus únicas dos amigas saben. Este, le ha llevado a tener una vida de locura en la que su mayor pasatiempo es acost...