Capítulo Quince

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Capítulo Quince – La cita de Elena

Quien busca respuestas, las encuentra, pero... ¿estará preparada para saberlas?

Jules

Hoy era miércoles, las clases del turno de la mañana recién habían acabado y Elena y yo íbamos camino al comedor.

Steve, literalmente, había desaparecido, no solo de la vida de Aayla, sino de la mía también. Nadie lo había visto, y está en vista de ser expulsado de la universidad.

Aayla pidió unos días, se siente demasiado mal según me dijo Elena, ya que conmigo no ha querido hablar. No puedo evitar sentirme culpable en gran parte, yo estuve en el medio todo el tiempo; pero al mismo tiempo no paro de pensar en cómo pudo hablar de mi historia en público sin ningún ápice de remordimiento.

Sigo quedándome en la habitación de James, por lo que nos hemos acercado más, aunque él por su lado y yo por el mío, sin ningún momento incómodo. Y espero que así continúe, ahora mismo no tengo cabeza para nada más.

En un solo día descubrí que mis padres son los reyes de Transilvania y que tal vez puedan estar vivos, no es nada fácil de digerir.

Amber se disculpó conmigo un millón de veces y un millón de veces le dije que no debía hacerlo, al final, es entendible que vean en mí una esperanza, lo que no sé es si yo quiero eso para mí.

Todo es un desastre en mi cabeza.

— Jules, Jules —llamaba Elena—. Hay cola detrás de ti.

— Oh, cuánto lo siento —les dije a las personas que estaban en la cola y seguí caminando

Me había quedado parada con la bandeja en la mano.

— Jules, Dios, ¿dónde tienes la cabeza últimamente? —preguntó Elena sentándose en una mesa vacía

—  Este año está siendo un poco duro, demasiadas pruebas sorpresa —respondí

— ¿Y esperas que crea eso? Jules, te conozco, nada académico ha sido problema para ti, jamás. Dime qué te pasa realmente.

— Elena...

— En verdad, odio presionarte, pero es que ya no sé qué decir o qué hacer para que te abras conmigo. Algo cambió en ti y como tu hermana, más que tu amiga, necesito saber qué es —explicó

— Ya te dije, te lo diré cuando sea el momento.

Suspiró — Ok, confiaré en que lo harás —comenzó a comer—. Yo sí tengo algo que decirte.

— Cuenta. —dije echándome un bocado, aunque este no me supiera a nada

— Pues... resulta que mientras consolaba a Aayla en la noche del Domingo, un chico me escribió —contó

— Mm... puedo ver por donde va esto — dije coqueta

— Umju... hemos hablado estos días, mucho, y la verdad me agrada. Está desesperado por verme en persona, y hablo en serio.

— ¿Y entonces? ¿Qué esperas?

— Verás, desde que ya tú no, ya sabes, eres como antes, la cosa ha perdido su diversión, y me he dado cuenta de que ya no quiero eso para mí.

— ¿Y así me cuestionas que por qué cambié? —pregunté impresionada

— Sabes que no fue igual, lo tuyo fue así, de repente, sé que algo o alguien tuvo algo que ver —defendió

— Vale vale, tú ganas, sigue contándome —la animé a continuar

— Bueno, que no sé cuáles son sus intenciones, quiero algo real, no un novio para tener sexo y ya. ¿Sí me entiendes? —asentí—. Me invitó a salir, hoy. Y no sé si ir o qué hacer.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2023 ⏰

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