Estúpido humano • 2

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Sentí como mis patitas esponjosas tocar el suelo, la humana más pequeña me bajo sin importarle lo cómodo que estaba, quería seguirla a su habitación para que siguiera con sus caricias, pero no me dejó entrar, ni siquiera pude alcanzarla cuando ell...

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Sentí como mis patitas esponjosas tocar el suelo, la humana más pequeña me bajo sin importarle lo cómodo que estaba, quería seguirla a su habitación para que siguiera con sus caricias, pero no me dejó entrar, ni siquiera pude alcanzarla cuando ella ya había cerrado la puerta.

Solté un maullido protestando por la forma tan grosera en la que cerro la puerta, yo quería entrar y ella no me dejaba, eso era algo muy grosero de su parte, está noche no dormiría con ella.

Paseé un rato por la casa hasta llegar al gran comedo, y no me pude resistir, mi instinto felino me pedía subir a la gran y bonita mesa, y así lo hice, dí un brinco por las sillas y después al cristal de la mesa, se veía el piso desde mi lugar, sentía como si estuviera volando sobre las cosas, por esa razón comenzé a pasearme por toda la mesa sin importarme absolutamente nada.

Hasta que escuche las voces del humano bonito y de su madre, así que de un momento a otro ya estaba en el suelo gracias al brinco que dí, ventajas de ser un peludo maullador.

Me quedé parado con la cola levantada sin hacer ningún tipo de ruido, seguramente iban a cambiarme el alimento a esas latas de comida que anuncian en la gran cosa plana que reproduce imágenes y sonidos de humanos, según los dueños eso era un televisor plano, pero eso no es lo importante, mejor me consentraría en la plática y dejaría de pensar en comida deliciosa y jugosa.

Pero poner atención no era mi mayor habilidad, me distraía con cualquier cosa, un ejemplo, el insecto que iba a pasando frente a mi, era tan estúpido que pude atraparlo y devorarlo sin dificultades, amaba ser un gato con el amor de esa familia, que suertudo era.

Me iba a retirar de la cocina, pero no lo hice, me quedé congelado por las palabras de la humana, y las que dijo el niño bonito me destrozaron más, el no podía irse y abandonarme, el me rescató esa fría noche, no podía dejarme así nada más.

-No lo hagas, me quedare solo y no me gusta- hablé para poder llamar su atención, en especial la de el humano, me gustaba que me cargará, claro, pero no que me hablara como un gato estúpido, no lo soy.

Me solté de su agarre como pude, si no quería estar conmigo entonces ni siquiera debía dirigirme en la palabra, por eso corrí lo más rápido que pude a la habitación de los humanos más grandes para salir por la ventana, caminé por la pequeña terraza que tenían hasta llegar a mi escondite, mi árbol querido, ahí nadie me encontraría.

-Maldito humano, ¿No sabe que lo necesito? Mi comida no se sirve sola- claro, esa no era la única por la que no quería que se fuera, si el se marchaba entonces yo me quedaría solo, bueno con los demás humanos, y si les tengo un gran cariño pero nada comparado con lo que siento por el chico con hoyuelos bonito, el es especial.

-Si el se va nadie me dará mis caricias en mis orejitas, solamente el sabe en donde me gusta que me toque- y ahí estaba, un gatito lamentando haber escuchado esa conversación- Nadie me va a arropar como el lo hace, ni impedirán que me pongan esos trajes ridículos que me pone la humanita- un suspiro pesado salía de mi de manera inconciente, realmente lo adoraba mucho.

-Si el se va nadie me dará mis caricias en mis orejitas, solamente el sabe en donde me gusta que me toque- y ahí estaba, un gatito lamentando haber escuchado esa conversación- Nadie me va a arropar como el lo hace, ni impedirán que me pongan esos ...

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Habían pasado algunas horas, el señor ya había llegado al igual que el humano más agrande, bueno, el que era más grande que el de ojos bonitos, debería aprenderme sus nombres, digo, llevo casi un año viviendo aquí y solamente se que el chico que me abandonará se llama Hoseok, Jung Hoseok, que hermoso nombre.

-¡Gigi! Gatito ven, no te escondas- escuchar su voz me emocionaba, pero no ahora, en este momento quería saber de toda menos de el, por eso mejor entre a la casa por el mismo camino que recorrí.

-Humano dos, ábreme la puerta, quiero dormir aquí- en cuestión de segundos la puerta fue abierta por una chica que no conocía, y no me importa conocerla, quería dormir todo el día si era posible, lo que resta del día, para ser precisos.

Subí a la cama junto a el hermano de mi Judas, si, eso era en ese momento, o incluso peor que Judas, el me traicionó de la peor manera, lo que me hizo no tendría perdón. Escuché el sonido de la puerta abriéndose, noble preste importancia, quería descansar, solo eso.

Pero escuché su voz, una voz quebrada que no era una buena señal, el estaba llorando, mi humano estaba llorando- Lo busque por toda la casa, Hyung, Gigi no está... mi gatito escapó- veía como de sus ojitos caí lágrimas, lágrimas de tristeza, y sin importarme la chica dormida me baje de la cama para ir con Hoseok.

-No llores, no me gusta cuando lloras- me pare en mis patitas traseras recargando mis patitas delanteras en su piernas, poco segundos después ya estaba en sus brazos mientras me pedía perdón y a la vez me regañaba por esconde así, me gustaba cuando se preocupaba por mi.

Nos adentramos a su habitación y de inmediato brinque a la esponjosa cama, de todos los colchones que ahí en casa ese es el mejor, le maulle un par de veces para que se acostara conmigo y me diera amor, pero tenía que espera a que se quitará la ropa, sip, mi dueño duerme en calzoncillos, que cosita más tierna.

- Estúpido humano, no te vallas de la casa, no me dejes solo- recrimine al ya tenerlo junto a mi, sus caricias no tardaron en hacerse preséntes y yo aproveche para acercarme más a el, una grandiosa sensación.

- No entiendo ninguno de tus maullidos, Gigi... pero... si me voy a la universidad que deseo tendré que irme de casa, solo no te preocupes, te llevaré conmigo, se que soy tu favorito- ¿Estaba escuchando bien? ¡Me llevaría con el! No podría estar más feliz.

Me restriegue en su pecho mientras dejaba salir mi ronroneo de felicidad, el en cambio me sonreía y me acariciaba como me gustaba, poco a poco mis ronroneos cesaron al igual que sus caricias, nos quedamos dormidos, fue un día aguitado, el en lo que sea que haga cuando sale de casa, y yo intentando salir de esa habitación de la que ya no me quería ir.

Era el gatito más suertudo del mundo, ¿Cierto?

CAT-BOY - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora