Yoongi es un híbrido que vive en un dulce hogar con una familia bastante normal y cariñosa, 3 hermanos con buena relación y una linda pareja que viven felizmente con sus hijos. Todo estába perfecto... hasta ese día.
Hoseok, un chico que adoptó a una...
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Tan solo habían pasado 3 meses desde lo que ocurrió con Yoongi, sinceramente, esperaba que todo fuera un desastre, pero no fue así.
Gigi supo adaptarse a la vida de humano y comenzar a hacer cosas normales, claro que en algunas ocasiones tenía que ser un lindo gatito blanco para no levantar sospechas, aunque bueno, los híbridos son una leyenda para los ciudadanos de Corea, y la mayor parte del mundo.
Aún seguíamos con el cuento de ser novios, ambos sabíamos que era algo falso por lo que teníamos que fingir delante mi familia, con ciertas reglas que dijo mi papá para que Yoongi pudiera vivir aquí.
1° Nada de besos cuando con mi familia presenté.
2° Horas de intimidad cuando estuviéramos solos, y solamente en mi habitación.
3° Charlas sexuales en familia cada fin de mes.
Esas fueron las principales reglas de mi padre, las cuales cumplíamos a la perfección, bueno, no éramos novios así que eran bastante fáciles de cumplir, a excepción de la última, esa era un tanto incómoda para mí.
A diferencia de Yoongi, yo me iba todas las mañanas a la preparatoria, pues los exámenes ya habían llegado y tenía que prestar atención a todas las cosas que me indicaran.
El día del examen, un hermoso humano de tez pálida me dio una carta de motivación, al igual que un lindo ratón de juguete que utilize de amuleto para la buena suerte.
"Jung Hoseok, te has esforzado estas últimas semanas, así que mantente hidratado y nutrido, también te doy mi juguete de buena suerte, se que le darás un buen uso. Concéntrate en tus exámenes, yo sé que te irá bien. Suerte"
Con amor, Gigi ♡
Sin duda fue un gran día, pues antes de irme a la escuela me encontré un lindo desayuno acompañado de un felino blanco, Yoongi era muy lindo conmigo, siempre le pedía a mi madre que preparara mi comida favorita cuando yo estaba estresado, claro que mi madre lo enseño a cocinar pero Gigi nunca aprendió a hacerlo.
Hoy, hoy era un día muy importante para mí, hace un par de semanas me aceptaron en la universidad de Seúl, lo que significaba marcharme de mi hogar y comenzar una vida nueva, pero no lo haría solo, Yoongi estaría conmigo.
—Estare bien, mamá— Hablé dejando mis maletas en el maletero del auto de mi padre— Prometo llamarte todos los días—
—No puedo creer que mi pequeño deje el nido— mi madre estaba al borde del las lágrimas.
—Prometo cuidar de su hijo, le enviaré fotos todos los días— y como siempre, Yoongi sacaba su instinto animal.
