0. synopsis

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Recuerdo las palabras de padre cuando cumplí siete años. "Algún día, serás el líder alfa de la manada y entonces, sólo entonces, sabrás lo que es la verdadera responsabilidad". En ese momento, en aquella cena familiar de primavera, me resultó difícil creer que el día tan lejano llegaría. Ni siquiera estaba seguro de querer ser el líder alfa de la manada, pero aquí estoy, afrontando mi presente.

Crecí bajo el entrenamiento más difícil que se le podía dar a un inocente cachorro, pasé noches completas perdido en el bosque, sin mi familia e intentando adaptarme a la vida de un lobo. Tuve que sacrificar la mayor parte de mi infancia y olvidar por completo la tonta idea de hacer amigos, y más tarde, disfrutar mi adolescencia. Eso nunca existió para el único hijo del líder alfa. Por supuesto que cada sacrificio valió la pena, porque no sólo seré nombrado el jefe, sino que estoy catalogado como el más rápido y fuerte de todos los lobos, incluso superando a esos deltas que tanto les gusta alardear sobre su inteligencia.

Mi manada, similar a las otras, se rigen por la antigua jerarquía impuesta por los primeros lobos.

Como cualquier jerarquía, dominan los más fuertes, en este caso somos los Alfas. Después de nosotros, y casi pisando nuestros talones, están los Deltas; un linaje peculiar, que también tienen una subdivisión entre ellos y durante años fueron despreciados por poseer características de alfas, pero al mismo tiempo, otras desconocidas. Llamados demonios durante siglos. Fue mi abuelo quién aprobó la incorporación de éstos a la manada, y desde entonces, conviven con el resto y llevan vidas medianamente normales, aunque los prejuicios de los lobos más viejos siguen presentes y no se irán hasta que mueran.

Por debajo de los alfas y deltas, aunque no necesariamente débiles, se encuentran los Betas. Están en medio de la jerarquía por la única razón de que son como humanos, pero con las habilidades de un lobo que puede controlar sus instintos e impulsos animales. Ellos evitan las discusiones y nunca recurren a la violencia, comúnmente son la conexión entre las manadas y los humanos. Después están los Omegas, antiguamente llamados los "dominados" de la jerarquía, en la actualidad, son como cualquier lobo, sólo que un poco más sensibles. En mi manada siguen habiendo disputas sobre el valor de los omegas y su posición en la pirámide, pero dicho anteriormente, aquellos pensamientos y debates innecesarios provienen de lobos viejos que no quieren aceptar la realidad.

Y por último, los mas débiles de la jerarquía son, en definitiva y sin poder negarlo, los Gammas. Extremadamente delicados y frágiles todo el tiempo, propensos a contraer enfermedades de cualquier tipo y cuando van a parir, muchos mueren. Por suerte, los lobos que se presentan como gammas en luna llena no son muchos, hace años que no hay uno en nuestro territorio y estoy agradecido por ello. Porque el problema no es su condición, que sean llamados los "débiles" y que casi ni puedan hacer trabajos debido a lo mismo, sino que mueren jovenes y no me agradaría perder a un perteneciente de mi manada.

Por otro lado, una vez cada cinco meses, las cuatro manadas que se encuentran en el sur, tienen una reunión bajo la luna llena, antiguamente eran rituales de iniciación, caza o bodas arregladas, pero en la actualidad se realizan para mejorar la relación entre nosotros y que no hayan disputas o por alguna ocasión especial. Porque aunque no nos guste admitirlo, los lobos somos competitivos y territoriales, y los conflictos se generan principalmente por eso.

Ésta es una ocasión especial, por ejemplo.

Desde que fui concebido estoy destinado a esto, a ser el alfa que lidere al resto de lobos y ponga en alto nuestra manada. Desde que fui concebido que no puedo escapar porque ésta es mi lugar en la pirámide. Mi futuro. Nací siendo un lobo más en la manada y debo morir como el líder.

He querido hacerlo, por supuesto, como cualquier joven adolescente que creció bajo presión. Hubo un momento de mi vida en donde no estaba seguro de querer serlo, donde me cuestioné mis prioridades y en más de una ocasión se me pasó por la cabeza escapar y no volver jamás. Sin embargo, cada vez que quería rendirme, ahí estaba mi admirable padre para levantarme y hacerme ver cómo es el mundo en realidad. "¿Qué crees que harás allá afuera? ¡Si ni siquiera puedes valerte por ti mismo, morirás en cuando abandones la manada!". Fueron sus palabras, y a pesar de todo, él tenía razón.

Y luego de tantas vueltas, esta noche debo presentarme como el líder alfa. Ya no hay vuelta atrás.

Las tres manadas restantes se encontraban reunidas alrededor de la fogata. Me dijeron que en el momento en que la luna me reconozca como el nuevo líder, comenzaré a sentir cambios, probablemente una fuerte necesidad de proteger, seré más territorial y agresivo, lo común. Usualmente no creo en esos estereotipos, pero de todas maneras no puedo negar mi naturaleza, sé que sucederá y no me encuentro en la mejor situación para arrepentimientos.

El sonido de las hojas cayendo debido al clima otoñal, la respiración de cada perteneciente de las manadas reunidas, más la luna alumbrando en mi rostro, me dio las fuerzas suficientes para soltar un feroz aullido desde lo profundo de mi garganta y aceptar mi lugar en la manada. Aquel que se me fue impuesto antes de nacer, estoy destinado a esto y es lo único que importa.

 Vi a mi madre y hermana a unos metros de mí, con grandes sonrisas y unas coronas de flores sobre sus cabezas. Sé de antemano que Minjeong quería ser la líder de la manada desde muy pequeña, ese siempre fue su sueño y a veces pensaba que si la luna la presento como alfa era por algo relacionado, tal vez ella estaba más destinada que yo mismo. Pero ese puesto me corresponde por ser el primogénito de la familia. Ciertamente me alegra que se haya tomado bien la situación y no me odie por estar donde ella soñó. Y de hecho, podía... ¿Oler su orgullo? A la distancia, así que podía estar mas tranquilo respecto a ese tema.

 Y entonces, un fuerte aroma resaltó entre los demás. Atrayente, impactante y desconocido.

Sentí mi cuerpo pesado y escuché a mi lobo gruñir, despertando de la somnolencia, incapaz de decidirse por una única sensación. Quise correr en su búsqueda como un perro con su hueso favorito, pero mi lado racional se quedó de pie, anclado al césped bajo mis talones descalzos.

Giré mi rostro en la dirección que lo percibía, entre los arboles, en la oscuridad del bosque. Nadie más que yo pareció notarlo, a excepción de mi padre que se acerco con el brazo colgando del cabestrillo. Si es que realmente lo había hecho, pues sus sentidos aminoraron con el paso de las décadas y ya no existía ni la mitad del alfa fuerte que alguna vez fue.

─Bestias de la noche ─dijo, también con los ojos fijos en los grandes arboles y la lobreguez detrás.

¿Bestias de la noche...? Él asintió, como si pudiese escuchar mis pensamientos.

Volvió a hablar con un tono severo, cercano a la advertencia. Esta vez observándome con sus iris tornándose de una tonalidad dorada. ─Desde hoy tienes muchas responsabilidades, Mark. Frente a la luna hiciste la promesa de mantener a la manada a salvo, no hay nada más importante que ella y debes ser consciente.

─Lo sé, conozco mis obligaciones. 

─Espero no se te olvide. No quiero decepcionarme.

Iba a repetirle lo mismo de siempre, que no tenía que preocuparse porque no por nada soy el alfa más fuerte del territorio y la única persona que realmente podía hacerme competencia y lastimarme es mi hermana, además, antes muerto que permitir que dañen a algún lobo, sin embargo, el aroma volvió a inundar mis fosas nasales y mi lobo se removió inquieto dentro de mí.

AMADERADO 𔘓 MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora