AMADERADO 𔘓 Markhyuck

6. quand la lune se lève

Los aromas de la manda visitante y la propia comenzaban a ahogarlo. Es sofocante, exasperante y todos sus sinónimos. Mark no está seguro de poseer la tranquilidad que a diario se impone, no tenía ni un gramo de ésta.

Había comenzado el día con el papeleo que ni siquiera le permitía dormir en paz, luego le echó un vistazo a la manada y cuando tuvo un poco de tiempo para sí mismo, que ocupó comiendo, recordó lo que sucedido justo cuando la otra manada llegó. No debería estar en su cabeza constantemente. Pero no podía ignorar como su lobo reaccionaba a cierto aroma.

Y además, ese omega, Renjun...

De todas maneras, aquello no era lo más importante de todo, ni siquiera alcanzaba a ser la punta del iceberg. Porque lo sucedido con su padre lo mantenía aun más confundido.

Una parte de sí mismo le decía que le preguntara, después de todo, es su padre. Y hasta donde Mark sabía, él nunca le había mentido, siempre es honesto... A veces más de lo que debería, casi rozando la crueldad que de niño le llenaba los ojos de lágrimas. Entonces, ¿por qué estaba dudando tanto en hacer algo tan simple? ¿O es que acaso sospechaba de su padre?

No, eso no podía ser posible. Mark tiene problemas serios con la confianza, pero su familia se la había ganado hace años. Especialmente el hombre que lo crió y le enseñó todo lo que sabe.

Y para su suerte, o tal vez desgracia, antes de volver a divagar y perder más tiempo en un tema que parecía no tener final, una noticia llegó a su puerta.

Hyunjin salió de la cabaña para la luna llena.

─¿Estás bien? ─Mark se apresuró a preguntar, ni siquiera le importó esperar un poco para que éste pudiese adaptarse.

El gamma asintió lentamente con la cabeza gacha. A pesar de su altura, se veía muy pequeño y frágil junto al resto de lobos. Su aroma dulce y empalagoso mareaba a quién estuviese cerca de él, recibió más de una mirada extraña y otras de asco, pero supo ignorarlo a la perfección.

Por fin podía respirar en paz.

Mark dirigió su mirada a Minho, quién se encontraba un poco alejado, apoyado en un árbol con los brazos cruzados y observando a su alrededor con aparente desinterés.

─¿Qué fue lo que le dijiste? ─preguntó, llegando a su lado.

─Lo normal, que le iba a patear el trasero si no salía de la cabaña ─Mark frunció el ceño y Minho rió, mientras hacía un gesto con la mano─. Claramente es broma, no me mires de esa manera.

─Eso significa que no me lo vas a contar ─había llegado a la conclusión sin necesidad de indagar más.

─El punto es que lo logré.

Y tenía curiosidad, pero prefería mantenerla porque realmente no era algo de vida o muerte.

─¿Vas a quedarte a la fogata?

Minho hizo una mueca de desagrado que no fue ninguna sopresa para Mark. Él nunca estaba junto a la manada, pues parece que su lazo no es tan fuerte y especial, como si fuese un simple adorno que lucir. Por lo mismo, Minho se mantenía de lejos, analizando todo y luego simplemente desaparecía. No es ninguna sorpresa que fuese el protagonista principal de los rumores e historias que le contaban a los cachorros.

─Detesto las reuniones, y más si es con otros lobos que no conozco.

Y estaban tan de acuerdo en eso, pero sería poco ético de parte de Mark decirlo en voz alta o siquiera recordar que es así.

─Pero hay luna llena, no importa qué hagas esta noche, eventualmente correrás por el bosque en cuatro patas. ¿Por qué no haces la excepción por esta noche?