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De: Maestro Dragon
Para: Maestra Tigresa

Pasaron demasiadas cosas en tan pocos días, mis alumnos empezaron su entrenamiento hace poco, son sus primeros días pero puedo ver que aprenden rápido.

Tigresa sonrió, pues un recuerdo del primer día de Po paso por su mente.

El maestro Jindiao ofreció un combate de exhibición con sus alumnos, combate que no pude ver pues tuve un malestar repentino, mi padre acaba de descubrir que fui envenenado.

Apretó levemente el papel al leer esto, pero volvió a lo habitual al leer el resto.

No es nada grave, lo único grave es que la persona que me enveneno me quiere fuera del juego por motivos que desconozco, obviamente nada bueno. Necesito encontrar al responsable.

Mientras escribo esta carta, estoy alistando mi maleta para partir en busca de respuestas, tengo una pista, un mercado negro que esta a unos días de la aldea. Ire solo, por lo cual mis alumnos se quedaran en la aldea.

Temo que esto alargara incluso mas mi viaje, tengo un presentimiento algo extraño sobre esta misión, no he querido hablar con nadie de ello pero se que tu sabes a lo que me refiero.

Hubo un corte en la carta, como si Po se hubiera detenido de escribir por un largo rato para luego continuar la carta.

Pensé en guardarme esto para no preocuparlos, pero se que tu estarás bien si te lo cuento, pues hace unos días mis alumnos tuvieron su primera pelea, Jin, una de las niñas, por fin despertó su Chi de héroe, lo que me preocupa es que alguien esta tras el rollo de las constelaciones, seguro la misma persona que me enveneno.

Debo de irme o se me hará tarde para partir.

Maestro Po.

Tigresa termino de leer la carta, la repaso con la mirada notando que la ultima parte fue improvisada.

"Pero se que tu estarás bien si te lo cuento"

Mordió su labio, siendo sincera consigo misma podia admitir que de hecho no se encontraba bien, estaba preocupada, preocupada por Po.

Cierta parte de ella le decía que su preocupación era en vano, que si Po pudo contra Kai, iba a poder contra lo que fuera. Dejo caer la carta a su escritorio, estaba sola en su cuarto así que no tuvo necesidad de mediar sus expresiones, soltó un suspiro y por fin hablo en voz baja.

—Po...yo soy de las que mas se preocupa por ti.

Cartas para TigresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora