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Fue hasta esa misma noche que Tigresa se animo a sentarse frente su escritorio y tomar el pincel entintado. El entrenamiento le había despejado la mente y la brisa nocturna le refrescaba las ideas.

Se dio cuenta de que no necesitaba responderle a Po de la misma manera, no tenia que obligarse a si misma a ser romántica, Po la querría de cualquier manera y no le exigiría ser algo que no era, nunca le había exigido nada, no sería el caso.

De: Maestra Tigresa
Para: Maestro Dragon

Me alegra de que todo prospere contigo y tus alumnos, se que harás un trabajo increíble guiándolos en sus misiones, siempre lo haces.

Las cosas en el palacio van bien, la construcción del salon de los heroes esta por terminar y hemos empezado a tránsladár los tesoros, lo mas probable es que ya puedas disfrutar de el cuando regreses. Quizás puedas traer a tus alumnos contigo a visitar el palacio, los demás tienen curiosidad por ellos.

Concentrate en tu misión y en tus alumnos, entre mas lo hagas, más rápido estarás de regreso al Valle, pues no miento cuando digo que el palacio no es lo mismo sin ti aquí.

Vuelve pronto.

Con afecto —Tigresa.

En otro lado de China, un Panda sonreía como bobo mientras leía dicha carta, sin percatarse de que sus alumnos lo habían estado observando por un buen rato.

—¿Maestro Po?— Nu Hai fue la primera en hablar, como era de costumbre.

Po salió de sus pensamientos, se había embelesado con las palabras de su felina predilecta, y por consecuencia termino ensimismado.

Enrollo rápidamente el rollo, miro a sus alumnos y hablo.

—¿que hacen aquí? No es hora de entrenamiento —

—bue...bueno Maestro Po, es que llevaba tanto tiempo viendo ese pergamino que nos preocupamos — hablo Fang Tong.

—no es nada de que preocuparse— uso gran parte de su fuerza para evitar un sonrojo, tan solo pensar en las palabras de Tigresa lo hacia emocionarse —Solo son mensajes—

Todos miraron con desconfianza, como si supieran que ocultaba algo.

Po no podía hablar, le había prometido a Tigresa que lo mantendrían en secreto y sin duda, el estaba de acuerdo. Era lo mejor para ambos como guerreros, las conexiones personales de este tipo pueden ser aprovechadas por villanos y enemigos y ambos eran conscientes de ello.

—seguro que no es una misión super barbara lo que nos oculta, maestro Po?-  Nu hai al frente, de nuevo.

—para nada, pero hablando de Misiones barbaras — hizo énfasis a lo ultimo, dándole misticismo a sus palabras —tengo una para nosotros.

Saco un rollo, uno dorado con el sello imperial.

—El emperador nos necesita, esta sera nuestra siguiente misión —

Cartas para TigresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora