Cartas para Tigresa

12-

Tigresa regreso primero al festival, después de un rato fue Po el que lo hizo, todos estaban entreteniéndose incluso el maestro Shifu que no parecía tan ecuanime como de costumbre. Nadie notó cuando los dos guerreros se fueron y tampoco cuando aparecieron, bueno... Nadie excepto una panda.

Nu-Hai, La pequeña panda era una niña muy inteligente y racional pero no dejaba de ser una niña, a pesar de que sabía que Po y Tigresa eran muy buenos amigos y sobre todo, buen equipo, ella también en algún momento llego a tener una leve sospecha sobre si ambos maestros compartían un romance, pero ella misma pensaba que esos pensamientos eran comunes en alguien de su edad.

— maestro Po — se acerco Fang Tong —le servimos su comida se le va a enfriar.

—oh, que bueno, ya tenía hambre — se acarició el estomago con una mano y sonriente fue a sentarse donde sus alumnos para comer raciones descomunales de comida, Tigresa en cambio fue con sus compañeros.

— Tigresa que bueno que te nos unes — dijo mantis — ¿que te parecen los alumnos de Po? geniales ¿verdad?

Tigresa asintió —Po ha hecho un excelente trabajo entrenándolos—

—Ojalá nuestro primer día con el hubiera sido igual de bueno — dijo Mono en modo de broma, todos rieron, incluso Tigresa dejo asomar una leve risilla.

—ni me lo recuerdes, aun siento que me pican las plumas.

—Nadie es perfecto en su primer día— dijo Tigresa mirando de soslayo a la juerga — aprovechando que están aquí, no creo que ningún villano sea tan estupido para atacar el valle con tantos maestros— su tono de voz se volvió serio y estoico de nuevo — pero no debemos descartar la posibilidad de que alguno de ellos busque la oportunidad de acorralarnos a todos juntos, no les pido que registren cada centímetro del valle pero si que se mantengan alerta — los cinco asintieron, dandole la razón, su expresión y voz volvieron a un estado mas sereno— sera mejor que disfrutemos de la fiesta... sinceramente hemos tenido días bastante ajetreados — aunque levemente sorprendidos por el comentario final de su amiga, volvieron a darle la razón y se acercaron mas al núcleo de la juerga para convivir con los aldeanos.

Tigresa hizo lo mismo, convivió con aldeanos he incluso cargo a algunos niños pero después de un par de horas cuando la madrugada empezaba a llegar ella también empezó a hastiarse, siendo sincera consigo misma, ella sabía que las fiestas y el convivir con mucha gente a la vez no era de sus actividades de ocio favoritas, tarde o temprano (dependiendo de su estado de ánimo previó) terminaba por "engentarse" y requería de un poco de soledad. Era ya la una de la mañana y la fiesta aun no parecía ver su fin, miro a Po que le contaba de sus anécdotas a los aldeanos, se veía contento.

— Vibora...— tigresa se acercó discretamente a su amiga.
— ¿sucede algo? — La felina negó con la cabeza.
—No, pero estoy un poco cansada, me voy retirando al palacio, solo quería avisarte.

Dicho y hecho, Tigresa termino por volver al palacio sola.
Mientras caminaba por los mil escalones por fin tuvo tiempo para estar a solas con su mente y pensamientos, sus cara ardió y sintió una incómoda sensación en sus mejillas, Po y ella se besaron, había sido un beso y uno de los buenos, de hecho. Tomo un largo respiro para calmar su mente y rostro, la exhalación elimino todas sus presiones.

No podía evitar sentirse como una adolescente inexperta en esto, jamás había tenido este tipo de experiencias con nadie, mentiría si dijera que nunca se fijo en algún chico cuando era mas joven pero jamas lo suficiente como para realmente considerarse a si misma "enamorada", al menos no de la manera en la que Po la hacía sentir.

Era una de esas pocas veces en las que aceptaba que el tenia mas "experiencia" que ella en esto, lo cual era gracioso por que era bastante consciente de que Po no era muy popular entre las muchachas cuando era adolescente, lo fue hasta que se hizo de renombre como guerrero y mucho mas cuando fue nombrado maestro, hubo momentos en los que Tigresa se pregunto si Po llego a tener algún devaneo con alguna fan pero lo descartaba casi al instante. Si, Po disfrutaba de la zalamería y la atención mas que nadie, pero estaba bastante segura de que no llegaba a eso, o eso quería creer.