♡︎18

2.9K 253 36
                                    

La sexta mañana en el hogar Min había comenzado con la pareja despertando cariñosamente.
Después de una rápida sesión de besos y una ducha de por medio habían bajado a desayunar, había sido un desayuno horrible para todos.

La comida como siempre exquisita, pero por alguna extraña razón la Señora Min tenía muchas ganas de desayunar en la terraza del jardín trasero del hogar.

Mala idea.

Yoongi juraría que su madre estaba consciente del mes decembrino en el que se encontraban, por lo tanto sabía que habría nieve y un frío de los mil demonios.
Pero por alguna razón insistió en salir.

Provocando que toda la familia comiera en un silencio lleno de dientes castañeantes y tazas ruidosas debido a los temblores de las manos de todos.

Al terminar todos corrieron literalmente dentro del hogar, donde la señora que hacía la comida los esperaba muerta de risa y con tazas de chocolate caliente.

Definitivamente no volverían a confiar en los planes de la madre del hogar.

-¡Abrázame! -reclamó el menor haciéndose bolita sobre su novio

-¡Te estoy abrazando!

-¡Pues abrázame más fuerte! -tomó los brazos tatuados envolviéndolos aún más fuerte sobre su cintura y se acurrucó aún más dentro del cobertor que los cubría a ambos

Yoongi se estaba congelando, siempre había odiado ser alguien tan friolento, pero amaba tener un novio que no lo era, así podía acurrucarse entre sus brazos y disfrutar de su calor.

Estaban en la habitación del menor mirando una película, más bien JungKook era quien la miraba, mientras su pequeño novio intentaba encontrar calor moviéndose sobre él sin éxito.

-Amor si sigues así de inquieto va a seguir dándote frío -presionó más los brazos en su cintura posicionándolo entre sus piernas y dejando su mentón sobre su cabellera

-Muero de frío Kookie -puchereó el menor causándole ternura

Había comenzado a amar las facetas de Yoongi.

No era el Yoongi egocéntrico y narcisista que toda la universidad conocía, éste era distinto, era cálido, tierno y abrasivo.
Era como jamás lo imaginó, y estaba disfrutando conocerlo como realmente era, sin todos esos extravagantes atuendos ceñidos ni ese maquillaje ligero pero sexy.

Estaba conociendo un Yoongi con ropas holgadas por el frío, rostro limpio de cualquier rastro de maquillaje, actitud tierna y besos por do quier.

Si hubiera estado en la fraternidad quizás su método habría sido follar todo el tiempo para conservar el calor, pero había descubierto que abrazar a Yoongi contra su pecho era el mejor método para olvidarse de aquellas frías ventiscas.

Sentir sus manos en su pecho cubiertas por su suéter, mirarlo jugar con su cabello e inclusive dormir contra su vientre se había convertido en algo de todos los días.

Comenzó a percatarse que podía follar con Yoongi cuando quisiera, inclusive sin importarles quien estuviera al rededor, sin importarles si tenían algo que hacer o si iban tarde a algún compromiso, por que así era en la universidad.

Pero en la casa de sus suegros comenzó a darse cuenta que no era tan necesario ese tipo de contacto físico forzosamente.
Parecía que su cuerpo se estaba tomando un descanso igualmente pues no había algo que lo excitara de sobremanera como antes, antes solo bastaba con mirar a Yoongi caminar desde la cama hacia el baño con alguna de sus playeras y en bóxer para excitarse y lanzarse sobre él.

Pero ahora podía disfrutar de una ducha junto a él paseando el jabón espumoso por cada rincón de su cuerpo y acariciándolo sin segundas intensiones.

𝑪𝑯𝑬𝑬𝑹 𝑩𝑶𝒀 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora