El consejo de los padres

81 15 5
                                    

Sesshomaru espero a su madre en la sala de la mansión mientras Inuyasha, Kikyo, Sango, Miroku y Aome huían por la puerta trasera

Irasue entro por la puerta principal observando alrededor como esperando encontrar algún escondite.

-Sesshomaru- dijo imponente la youkai observando a su hijo- Me han llegado rumores, fuiste al futuro, un humana te ha cuidado, te has enterado del secreto de tu espada...pero aún más importante ¿Qué es ese hediondo olor a humanos que desprende tu castillo, que desprendes tú?

-Todo eso es correcto, madre- bufó Sesshomaru- Fue debido al hanyou, Naraku.

-¿Te estas relacionando con más humanos, hijo? – dijo la youkai alzando una ceja.

-Unos cuantos que son necesarios- suspiro Sesshomaru- ¿A que debo tu visita?

-Me preocupas seriamente, Sesshomaru- suspiró Irasue sentándose en un mueble- La espada de tu padre ha cambiado completamente, eso quiere decir que la has encontrado pero no huelo más que humanos. ¿No pensarás unirte a una? ¿no?

-No soy tan débil, madre- dijo calmadamente el menor- Sólo la utilizo para recuperar lo que me han robado.

-Espero que después te la comas, Sesshomaru- dijo Irasue colocándose en pie- He buscado nuevas formas de deshacerme de la maldición, no necesitas a esa humana.

-No me interesa, madre- dijo Sesshomaru colocándose en pie- Ahora, si me disculpas, tengo muchas cosas que hacer.

-Bien, Sesshomaru- dijo la youkai levantándose- Espero que no cometas los errores de tu padre.

Sesshomaru observo a su madre marcharse y luego se marchó siguiendo el olor de Aome.

A unos kilómetros de allí viajaba Aome sobre Kirara, el grupo se detuvo cerca de un rio a descansar.

-No puedo creer que el estúpido de Sesshomaru nos haya hecho huir- escupió Inuyasha- Me hubiera gustado verle la cara a la idiota de...

-¡Abajo!- exclamo Aome con los brazos cruzados- Sesshomaru creyó que era lo mejor Inuyasha ¿para qué ganarnos peleas innecesarias? Además, Miroku, Sango y Kikyo están muy débiles aun.

-Ya se mejoraran- dijo Inuyasha cruzándose de brazos igual que Aome y luego le miro curioso- ¿Cómo es que tú estás tan bien, Aome? ¿Por qué hueles a Sesshomaru?

-No digas tonterías, Inuyasha- bufó una sonrojada miko- Él me dio de su sangre para salvar mi vida, eso es todo.

-¡Bah! ¡Di la verdad, Aome! ¡Te acostaste con el inútil de mi medio hermano!- le acusó el hanyou.

-¡Yo no me acosté con nadie!- se defendió la miko

-En cambio, tú sí, Inuyasha- murmuro una voz antes de que su dueño apareciera- Has marcado a Kikyo ¿no es así?

-Koga- murmuro Aome con sorpresa al verlo, el youkai se acercó a ella y besó una de sus manos.

-Tiempo sin verla, señorita Aome, está tan hermosa como siempre- sonrió Koga- Es una pena que huela tanto al bastardo de Sesshomaru, pero aun no la ha marcado, ni lo hará, en cambio a mí me complacería que fuera mi mujer.

-¡¿Qué estás insinuando lobo sarnoso!- gritó Inuyasha lanzando de un empujón a Koga lejos de Aome- ¡Ella jamás estaría contigo!

-¡¿Y porque no?!- le gritó Koga lanzándole una patada- ¡Yo no la haría sufrir como tú! ¡Soy mucho mejor para ella que tú y tu asqueroso hermano!

-¡Cállate! ¡Tú ya estás con Ayame! ¡Maldito!- rugió Inuyasha desenvainando su espada.

-Eres un hibrido muy molesto- bufó Koga ignorándole y volviéndose a Aome para tomarla de la mano- Tú eres mi mujer, Aome, no estaría con nadie más ¿Aceptas venir conmigo?

Al otro lado del pozoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora