12

84 14 7
                                    

Aome abrió los ojos cuando la luz empezó a entrar por la ventana, se sentía realmente cómoda en los brazos de aquel frío youkai, lo observo por un momento y luego de que la curiosidad la asediara por largo rato sumergió sus manos en los plateados cabellos del chico.

Suave.

Sesshomaru era suave el tacto.

-Buenos días, miko- saludó Sesshomaru con suavidad mientras sentía los suaves dedos acariciar su cabello.

-Buenos días, Sesshomaru- sonrió Aome sentándose junto al youkai quien la observaba menos fríamente que de costumbre- Me preguntaba si me podrías contar un poco acerca de ti.

Sesshomaru respiro mientras la miraba con indiferencia.

-No hay nada que contar, miko- soltó levantándose y acercándose a una ventana.

-¿Cómo no?- dijo la miko haciendo una pequeña mueca que no pasó desapercibida para el youkai- Has vivido miles de años, algo tuvo que pasar...

-Batallas, mujeres, aburrimiento- murmuro Sesshomaru mirando letalmente a la chica- No conocí muchos placeres, mi vida no es interesante.

Aome suspiró con fuerza mientras negaba con la cabeza, era increíble.

-Sesshomaru, tenemos que acabar con la bruja- recordó Aome después de un rato, el youkai asintió volviéndose a ella.

-Lo haremos, pero primero los fragmentos, humana- dijo Sesshomaru observando el ceño fruncido de la chica.

-No, primero la bruja- Aome se había colocado en pie con los brazos cruzados, no estaba dispuesta a ceder- Tengo que destruirla, Sesshomaru.

El youkai bufó y miró a otro sitio, la humana se veía tentadora de ese modo, sus pensamientos empezaban a tomar senderos extraños pero fueron interrumpidos por un golpecito en la puerta.

-Es la comida, mi lord- dijo una voz suave del otro lado.

-Pasen- respondió el Lord del Oeste y acto seguido entraron dos jóvenes youkais con grandes bandejas llenas de comida en sus manos- Déjenla ahí y retírense.

Las youkais hicieron una reverencia y se marcharon, Aome alzo una ceja, Sesshomaru le hizo gesto de que se sentara a comer.

Ninguno hablo durante un rato.

-Me criaron las doncellas de mi madre- dijo Sesshomaru luego de un rato- Padre me enseñó a pelear cuando creyó conveniente, más adelante me llevo al campo de batalla, cuando estuve en la pubertad me enamoré de una youkai perro, llamada Zera, pero ella me despreció emparejándose con otro youkai, de bajo nivel, padre para compensarme me obsequio un harem de mujeres...

-¡¿Qué?!- se atoró Aome prestando atención, Sesshomaru sonrió.

-Dijiste que querías saber sobre mi vida- dijo un neutral perro demonio.

-Sí, es solo que... ¿en serio?

-Vivía de batalla en batalla, comía, bebía, me acostaba con mujeres, debí conocer a la bruja del tiempo, pero no lo recuerdo en realidad. No recuerdo nada, lo siguiente es a padre con esa humana, luego Inuyasha.- Sesshomaru bebió de su copa para pasar el amargo trago del recuerdo- Quise asesinar al bastardo muchas veces, su madre...no sé cómo, lo impidió todas ellas. Mi vida fue de aquí para allá sin muchos sentidos. Hasta que...

-¿Hasta qué?- dijo Aome animándole a hablar.

Hasta que te conocí, Aome pensó Yako quien había estado dormido pero recordaba el sentimiento del primer encuentro, había sido mágico.

Al otro lado del pozoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora