La cafetería del centro de Estocolmo era uno de los lugares más acogedores para desayunar.
La variedad de dulces y bollería que te servían te dificultaba bastante a la hora de decidirse por uno solo.
Luis sonrió a su hermana por encima de la carta de pedidos.
Estar desayunando por fin a solas con ella le hacía ilusión.
Y que Hardy hubiese accedido a quedarse en el chalet con los niños le había servido como ayuda para convencerla de venir a desayunar al bar.
Briana miró a su hermano preocupada.
La pregunta que acababa de hacerla la despertó de sus recuerdos.
-¿Piensas en lo de ayer?,estas hecha un toro
Sonrió.
Y Briana le dedicó una mirada penetrante.
-Si..pero no en el golpe.Porque de eso ya estoy recuperada del todo.Sino en porque Lola no me escuchaba gritarla.Era como si estuviera mirando a alguien entre la gente que había tras el cristal de la pista.
-Es una niña.Pasa mucho eso de que no te escuchen.
-Pero miraba a alguien Luis-acercó el rostro al de su hermano-estoy segura de ello.
Luis trato de recordar algo inusual en el día de ayer.
Y eran tantas cosas que no optaba por una sola.
Como por ejemplo los celos de Hardy.
Pero fue entonces cuando se le vino a la mente aquel hombre tan raro de ojeras moradas bajos los ojos.
-¿Conoces a un tal Matt?
-¿Matt?
-Sí-asintio Luis-un tío con cara de mal rollo. Tiene bolsas moradas bajo los ojos. O eso es al menos como yo le recuerdo.
Briana le miro con ojos entrecerrados.
Era la primera vez que escuchaba aquel nombré.
-No le conozco.¿Porqué lo dices?
-No, por nada-quiso ocultarle Luis lo de Matt por su seguridad-es un chico que conoce Hardy.Y no se porque pensé que le conocerías-cerró el tema.
Y Briana tomó otro sorbo de café.
Luis miró en silencio las tres cicatrices de las uñas de Jack marcadas en el pálido cuello de su hermana.