La pista de patinaje que había a la entrada de Estocolmo era una sala enorme y luminosa.
El bloque de hielo donde la gente patinaba era del tamaño de dos campos de futbol juntos.
Y el precio por alquilar unos patines durante una hora y media eran inferiores a los 35 dólares.
Briana comprobó que su hermano continuaba ayudando a Hardy con los dichosos patines antes de volver la vista a Lola y Patrick.
No quería que Luis la viera preocupada de nuevo por la seguridad de los niños.
-¡Vamos Lola!
Grito Patrick mientras adelantaba a la niña con un perfecto giro de cuerpo.
-¡No puedo seguirte el ritmo Patrick!
-¡Pues inténtalo!
-¡No puedo!
Movio Lola los pies mas rápido.
Pero el hielo la frenaba la cuchilla de los patines.
-¡Eres igual de lenta que mama!
-¡Callate Patrick!
-¡Intentante que me caye!
La vaciló con enorgullo.
Y la niña miro a su hermano con cejas fruncidas.
Hardy atravesó la pista como un cohete sin frenos.
Su tecnica era qué increíble.
Parecía todo un profesional.
Y eso fue lo que animo a Patrick a ir tras el.
Briana miro sería como Lola se quedaba sola al final de la pista.
Aquella era la primera vez que patinaba.
Y no podía aprender a acelerar sola.
-¿Como se podrá Patrick en casa después de mi charla?
Dijo Luis colocándose junto a ella.
-¿Te refieres a tu tirón de orejas?,¿O tus gritos que le dejaron traumatizado el resto de la tarde?
Vaciló.
Y el chico de azules ojos asintió en silencio con la cabeza.
-Tienes razón.Me pase-admitio arrepentido-pero esque no puedo ver cómo alguien te levanta la mano...
-¡Es mi hijo Luis!
Le interrumpió Briana con la vista puesta aún en Lola.
-¡Lo se!, pero no tiene derecho a hacerte daño hermana
-Luis-le miro sería- la única forma en la que Patrick puede hacerme daño es queriéndo marcharse de mi lado.
-¡Pero eso no le da derecho a amenazarte con pegarte Briana!