Nigrum Paladinus Ángelus Mortis

Fratres in bello

¿Por qué debían acudir a ese llamado? Su misión original era descubrir que estaba causando las enfermedades y muertes en esa zona. Resultaba extraño que solo unos puntos estuvieran presentando esas peculiaridades.

Tan inusual patrón indicaba que había alguien detrás de todo, investigar y detener al culpable era primordial en sus avances por recuperar esa tierra.
 
Un escalofrío se extendió por su columna, ante la visión de un estrecho pasillo sobresaliente entre las rocas.

El aire se sentía denso y pesado.

Grabadas sobre las piedras podían distinguirse con facilidad advertencias para evitar el hogar del demonio, los trozos temblorosos de la tinta sobre las rocas mostraban el claro miedo que sentían los habitantes por esa zona y el malvado ser que vivía ahí.

En ese lugar habita el demonio…
Aún recordaba la voz temblorosa y rota de la anciana que contó la historia de la cueva y el demonio que habitaba dentro, el ser que por décadas devoró a hombres y mujeres sin piedad.
 
Su última parada en aquel pequeño pueblo bordeando las montañas, lo dejó bastante nervioso al percibir que esa historia escondía una gran verdad, algo vivía en ese lugar y era claramente maligno.

Deteniendo el trote del caballo sintió al animal más nervioso de lo usual negándose a seguir, bajó con cuidado de la montura agradeciendo estar por fin en el suelo. Sus piernas se encontraban doloridas por pasar tanto tiempo sobre la dura montura, ya tenía suficiente soportando el peso e incomodidad de la armadura de acero grueso y sofocante.

¿Cómo podían soportar llevar esa cosa encima? El sudor mantenía pegada la tela a su piel, la fricción constante  con el acero provocaba un escozor insoportable en su cuello y brazos.

El sonido de los cascos de los caballos se detuvo a sus espaldas interrumpiendo sus quejas internas, los ecos de la pisadas resonaron en sus oídos indicando la llegada de la pequeña brigada de avance compuesta por 15 hombres incluyéndolo.

 Un escalofrío recorrió su espalda haciendo temblar sus extremidades, tragando en seco percibió un ligero temblor en sus manos de forma automática su vista se quedó fija en la cueva frente a él ¿Porque un humano o cualquier ser vivo entraría a un lugar así de tenebroso y claramente maligno?.

 Miedo, un profundo miedo carcomía el centro de su pecho estremeciendo su cuerpo, un nudo doloroso oprimía su pecho haciendo casi imposible respirar… mantenerse en pie estaba resultando difícil ante la repentina debilidad de sus piernas teniendo que apoyarse en la montura  para no caer, su instinto le gritaba que debía huir y ponerse a salvo.

¿Qué era lo que estaba dentro?

Apretando la empuñadura de la espada intentó mantenerse firme frente a los humanos que habían decidido seguirlo hasta ese lugar, sus nudillos comenzaron a sentirse adormecidos por la presión ejercida al sostener el metal, intentando calmarse enfocó sus pensamientos en la misión que debían ejecutar con suma urgencia… solo debían salvar a los 9 hombres desaparecidos y llevarlos de regreso al campamento.

Esa era la orden…
La poca información entregada por Gael, priorizada el rescate de esos 9 hombres. Los pobladores cercanos al lugar mencionaban que esa cueva era habitada por el demonio, muchos hombres ya habían desaparecido en las cercanías de ese lugar.

Uno a uno los soldados tomaron posiciones a sus flancos cerrando un círculo pequeño, podía sentir el miedo emanando de sus cuerpos y no los culpaba, la presión que emanaba el lugar podría sofocar a cualquiera.

La entrada de la cueva se encontraba bañada en una profunda oscuridad, la luz apenas salpicaba unos cuantos pasos dentro del aterrador hueco claramente excavado por la mano de algún ser vivo, sus ojos apenas podían percibir las irregularidades de la pared rocosa, el olor de la sangre flotaba en todo el ambiente dificultando el poder respirar ante el olor a óxido y putrefacción arrastrados por las brisas de aire haciendo que el olor se extendiera con mayor facilidad.