A REASON TO STAY - VOLKACIO

Fifth night

NOTA IMPORTANTE: Al final de este capítulo hay algo de 🔞nsfw🔞. Léelo bajo tu responsabilidad.

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- Entonces, ¿conteo final? ¿Cuántas veces te he salvado hoy?

- Joder Horacio...

Ni siquiera le había dado tiempo a bajarse del coche cuando su compañero ya se acercaba con aquella sonrisa socarrona que amenazaba con sacarle de quicio una vez más. 

- Bueno... No tendría que salvarte si no te metieras en esas situaciones todo el tiempo.

Volkov ahogó un pequeño quejido de dolor al estirarse para coger del asiento trasero la bolsa que contenía los ingredientes que acababa de comprar. Apenas se le había terminado de curar la herida de bala del hombro que le habían hecho unos días atrás, y ya habían tenido que ponerle varios puntos de nuevo. 

- Que era por trabajo, coño. Además tú estabas ahí también. 

- Ya, pero a mí no me han dado. 

Volkov resopló y se dirigió al interior de la casa sin mirarle. 

- Y todavía querrás que te haga la cena.

- Claro, me lo prometiste. 

- No recuerdo haberte prometido nada. - A pesar de sus palabras, Volkov había empezado a sacar los ingredientes de la bolsa y a colocarlos sobre la encimera de la cocina en escrupuloso orden de utilización. 

- Aunque si quieres... - la voz suave y sugerente de Horacio le hizo alzar la vista y fijarse en él por fin. Sus hipnotizantes ojos estaban fijos en él. - ...podemos pasar directamente al postre.

- ¿Cómo vamos a tomar el postre antes del plato principal, Horacio? Las cosas llevan un orden, y el postre va al final, si no no sería un postre. 

Llegó el turno de Horacio de resoplar, y se sentó en un taburete frente a él, observando cómo se lavaba las manos y comenzaba a mezclar ingredientes para elaborar la masa. 

- ¿Tarda mucho en hacerse? - preguntó Horacio observando sin perder detalle cómo Volkov comenzaba a amasar con la mano la mezcla de harina, huevo y agua. 

- Un poco... Puedes ir preparando el postre si quieres mientras tanto. 

- No, si el postre lo tengo ya preparadísimo... - murmuró Horacio entre dientes. 

- ¿Cómo dices? - Un pequeño gesto de dolor se reflejó en el rostro de Volkov, tenía una herida en el pecho que no le dejaba amasar bien. 

Ignorando su pregunta, y alertado por ese gesto, Horacio se incorporó. 

- ¿Te duele?

- Yo, eh... Bueno, es una herida reciente que a pesar de los puntos no se ha cerrado todavía y los movimientos del brazo no ayudan a- 

- Volkov. - Le interrumpió Horacio, acercándose a él. - Sí o no. 

Volkov suspiró y dejó de amasar, apoyándose sobre la encimera. 

- Sí, me duele un poco. 

- Así mejor. - Respondió Horacio con esa voz suave que parecía utilizar sólo con él.- Déjame, lo hago yo. 

- No hombre, puedo seguir yo perfectamente. - Horacio estaba ya junto a él, con una expresión que indicaba que no iba a aceptar un no como respuesta. Aun así el tono que utilizó al hablar seguía siendo igual de suave.