Twelfth night (birthday night)

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- ¿Cuál es tu opinión sobre la pizza con piña?

- ¿En serio me llamas para esto cuando estoy de servicio?

La voz de Horacio sonó confundida a través del altavoz del teléfono.

Volkov carraspeó suavemente, era verdad que no era un motivo para molestarle en horas de trabajo, pero esa noche quería hacer la cena un poco más especial. Y hacía mucho que no comía pizza.

- ... Diez cuatro.

Horacio suspiró al otro lado de la línea.

- Me gusta. ¿Algo más?

- Eh... Sí. ¿A qué hora terminarás el servicio?

- Todavía voy a tardar, un tipo ha robado la licorería con un coche de mierda y se viene persecución larga.

- Comprendo.

- Salimos ya, te veo luego.

Y sin decir más, Horacio colgó la llamada. Volkov se sentó en el sofá y comenzó a buscar el número de alguna pastelería que enviase a domicilio. Pizza y pasteles tal vez no era la mejor combinación, pero a él le apetecía, y al menos esa noche merecía darse un capricho.

No es que fuera un día especial, hacia demasiados años que había dejado de serlo. Normalmente sólo se abría una botella de vodka en casa y se la bebía entera después de cenar. Pero ese año todo era diferente, y por una vez tenía ganas de celebrarlo de alguna forma. Aunque sólo fuera con una pizza y unos pasteles para cenar.

Horacio llegó pocos minutos antes de que lo hiciera la pizza. No había salido bien la persecución pero estaba claro que había pasado un buen día. Verle de buen humor animó aún más a Volkov. Una noche tranquila, disfrutando con él como hicieron los primeros días antes de que todo se rompiera, era lo único que quería.

Mientras Horacio se duchaba, la pizza llegó, y Volkov se esforzó en preparar bien la mesa, colocando la pizza en un plato de madera y los pasteles en una bandeja de cerámica. Eran detalles sin importancia, pero Volkov sentía que así todo era un poco más especial.

Horacio no se fijó en la mesa puesta, ni la pizza bien presentada. Volkov lo prefería así, una cena normal, especial para él, pero normal. Y con Horacio al lado.

No fue hasta que sacó la bandeja de pasteles cuando Horacio alzó ligeramente una ceja.

- ¿Y esto? ¿Qué se celebra?

- Ehm... Nada. Nada especial, quiero decir. Es... nada.

No es que Volkov fuera el rey de las mentiras, pero en esa ocasión lo había hecho tan mal que llegó a preguntarse si no sería que su subconsciente quería que Horacio lo supiera.

- No me mientas. Si parece que estamos de cumpleaños.

Volkov enrojeció y carraspeó suavemente, sirviéndole un pastel en un plato.

- ¡Es tu cumpleaños!

- Técnicamente faltan 27 minutos...

- Joder Volkov, ¿por qué no dijiste nada? Podíamos haber salido a cenar fuera, o hacer algo especial.

- No era necesario, no... No lo suelo celebrar. De hecho hace muchos años que no lo hago.

- ¿Por qué? Tampoco es como si te sentaran mal los años...

Volkov alzó la mirada al escucharle, Horacio tenía una sonrisa en los labios y le mantuvo la mirada solo un par de segundos, pasando después a centrar su atención en el pastel.

A REASON TO STAY - VOLKACIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora