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El mareo con el que me incorporo de la cama no es ni mucho menos producto de la resaca, sino de las miles de vueltas que he dado intentando volver a dormirme sin éxito alguno. Miro a mi lado a Riqui y sigue frito. Qué envidia. Decido levantarme e irme al sofá. Paso por la cocina a beber agua y de paso a asegurarme que Joan sigue en su hamaca durmiendo de una pieza. A medida que voy llegando al salón escucho que hay alguien viendo vídeos en el móvil, se me han adelantado.

-Buenos días.-saludo viendo a Pedri tumbado en el sofá.
-Ui, qué susto.- exclama llevándose la mano al pecho.
-¿Tan fea me levanto?- bromeo y él niega riéndose.
-Es que no te esperaba. ¿Tampoco te dejan dormir?- pregunta cuando me tumbo en el otro lado de la L que forma el sofá.
-Mi cuerpo ha decidido despertar temprano y no quería molestar a Riqui. ¿Y tú?
-Mi hermano de resaca ronca que no es normal.- me rio ante su confesión y me mira sonriendo. Qué sonrisa, Dios mío.

Seguimos hablando y le cuento que yo jamás tengo resaca. Pactamos realizar un nuevo intento para dormirnos: él se levanta del sofá a cerrar las cortinas para que no entre tanta luz y yo a cambio le hago cosquillas en el pelo hasta que se duerma. Fair enough. Lo que sea por no moverme. Una vez realizada su parte del trato, pone su cabeza cerca de mi y comienzo a pasar la mano por su pelo suavemente. Se le nota relajado desde el minuto 1.

-Eres un bebé.- me río y me hace un puchero.

Sigo con las cosquillas y paso mi mano por su pelo y luego bajo con los dedos a su nariz y su mandíbula. Estaría profundamente relajado si no nos hubiéramos enzarzado en un debate sobre qué archipiélago es mejor. Es un picado y cree que puede superarme, pero nada superará jamás a las Baleares.

-Joder, ahora que estaba totalmente muerto en combate.- se queja porque mi móvil ha vibrado en repetidas ocasiones.
-Son mis amigas eligiendo restaurante para esta noche.- digo mirando mi móvil.
-Qué aguante tienes.- bromea y le respondo con un gesto chulesco.
-Lo pongo en modo noche, venga.- cedo para que no le vuelva a alterar su tranquilidad.
-Yo lo pongo. Deja esa mano ahí.- me coge la mano y la lleva a su pelo otra vez y sonrío. Es pequeñísimo.

Sin darme cuenta nos hemos vuelto a dormir los dos y cuando vuelvo a despertar mi mano está aún en su pelo y Joan mirando la escena.

-Tremenda escena renacentista me he encontrado, chaval.- grita Joan y me arranca una carcajada.

Pedri se despierta inmediatamente con nuestras risas y nos mira con cara de no entender absolutamente nada.

-Perdón por despertarte, chiquitín.- me disculpo dándole una última caricia en el pelo y ladea la cabeza.
-Pareces un perrito.- le dice Joan y los dos se ríen.- Anda que no estabas a gusto, chaval.- Joan le mira pícaro y yo me desentiendo.

Me levanto para ir a inspeccionar si alguien más está despierto y me encuentro a Ansu en la cocina riéndose de Ali mientras mi amiga bebe agua. Poco después aparecen Fer y Riqui.

-Vaya gritos tío.- se queja Riqui entrando por la puerta acomodándose el pelo.
-Es mediodía ya, deja de llorar.- le respondo sacándole la lengua y viene directo a abrazarme.
-Me has abandonado en la cama.- bromea.
-Es que se ha ido a dormir con Pedri.- suelta Joan y de pronto todos nos miran.
-Nos hemos unido en la desgracia en el sofá.- aclaro.
-Te vas de mi cama, con mi ropa puesta, a brazos de otro...- dice Riqui intentando montar su melodrama y caigo en las pintas que llevo con una camiseta y unas calzonas de mi amigo que para nada son mi talla ni combinan entre sí.
-Paca, bájate de los escenarios.- respondo riéndome e inmediatamente Pedri me mira.
-Pf, referencias a La que se avecina, ya lo ha conquistado completamente.- dice Fer refiriéndose a su hermano.- No se ve otra cosa en casa.
-En la nuestra tampoco. La tele solo se pone para ver eso o Sálvame Deluxe.- interfiere Ali.

meu amor - pedri gonzález Donde viven las historias. Descúbrelo ahora