El juez habla y ni siquiera escucho lo que dice, estoy perdida en la mirada de Stephen.
Luce sexy y hermoso, no sé cómo sentirme en este momento.
–Francesca.
La voz de Stephen me saca de mi burbuja.
–Eh, si acepto - Stephen me mira confundido, trata de adivinar en qué estoy pensando, mierda Francesca debes calmarte.
Le dedico una media sonrisa pero su gesto no cambia, no es tonto y sabe que algo está mal, tal vez las lágrimas apunto de salir de mis ojos no me ayudan mucho.
–Señor Kozlov acepta usted a la señorita Francesca Dumont como su esposa para...
–Acepto.
–Vaya veo que esta muy seguro de su decisión señor- sonrío un poco pero este permanece serio- Bueno por el poder que me otorga la ley los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Mark y Lee aplauden ya que son los únicos aquí y Stephen me besa con mucha delicadeza, es un beso diferente, es como si quisiera que sintiera su amor a través de el y es delicioso.
Nos separamos por falta de aire, me mira a los ojos y se vuelve acercar para depositar un tierno beso en mi frente.
–Ahora eres completamente mía mi Ángel, Te amo.
–También te amo - es inevitable no llorar.
Mark y Lee se acercan a nosotros y nos felicitan, Lee me mira como diciéndome "piensa bien las cosas" pero la ignoro.
En casa solo hicimos un pequeño brindis.
•••Cuando entramos a nuestra habitación, Stephen se despoja de su saco y se sienta en uno de los sillones que tenemos aquí dentro.
–Ven aquí.
Me acerco hasta él y hace que me suba a horcajadas encima suyo, baja lentamente el cierre de mi vestido hasta sacarlo por completo, solo llevo puesta una linda lencería de encaje blanco.
–Dios, sii- no puedo evitar gemir cuando besa mis pechos.
Desabrocha su cinturón con algo de desesperación y rudeza para haci liberar su enorme erección, deslisa mis bragas hacia un lado para penetrarme con rudeza provocan un grito de dolor.
No me lo esperaba pero me gusta, duele pero se siente placentero, agarra mi mentón con fuerza para que lo mire miestras aumenta la valocidad.
–Amor voy a c..
–No, no te corras todavía- su voz sale muy ronca, esta siendo tan rudo que siento que me romperá.
–No aguanto más - eso salió en tono de súplica, tengo muchas ganas de orinar.
–Córrete, córrete para mi.
Solo bastaron sus palabras para explotar en un rico y delicioso orgasmo, dos estocadas más y siento como me llena con su semen.
Nuestra respiraciones están algo agitadas, permanecemos en la misma posición por algunos minutos hasta que decidimos ir a la ducha donde lo hicimos dos veces más.
Miro nuestras manos con nuestras alianzas en el pecho de mi esposo, realmente lo amo y no me arrepiento de haberme entregado a él pero mi felicidad dura poco cuando recuerdo que para cuando amanezca ya no estaré a su lado.
–Porqué demoraste tanto en aceptar?, Te arrepientes de haberte casado conmigo?.
Levanta mi cabeza de su pecho y lo miro a los ojos de manera inmediata, sus ojos muestran preocupación y enojo.
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Cuidado con lo que deseas
RomanceFrancesca Dumont es una joven Italiana de 21 años que se muda a New York buscando un nuevo cambio en su vida y que con sus encantos y hermosos ojos celestes siempre consigue lo que desea. Stephen James es un famoso empresario de 24 años sin escrúpu...