Capitulo 20

5.1K 228 3
                                    

Cuando desperté ya  era de noche pero como de costumbre, Stephen no estaba a mi lado, me duché y me puse una pijama que consiste en un polo que me queda bastante grande y si se lo preguntan era de mi hermano, baje a la cocina por algo de cenar ya que tenía bastante hambre.

Cuando entre a la cocina no había nadie por lo que solo me prepare un sándwich y me serví un vaso de jugo de fresa, MI FAVORITO.

Cuando termine de cenar lave todo lo que ensucie, iba a subir las escaleras para ir a la habitación pero escuché voces provenientes de algún lugar de la casa, sin dudarlo busqué de dónde provenían las voces y me detuve a escuchar fuera de la puerta ( no es que sea chismosa ).

– Lo único que te pedí fue que la maldita mercancía llegará completa a Rusia!! - Stephen se escuchaba muy molesto .

– Lo sé Demon es solo que al parecer algunos de tus hombres le vendieron información a Artur - Conozco muy bien esa voz, y como porqué llama Demonio a Stephen, de que mercancía hablan?

– Ese maldito hijo de puta!!, quiero que busques a los traidores y los lleves a ya sabes donde, no les hagan nada, quiero darme el placer de enviarlos al infierno - Me aterra escucharlo hablar así, acaso si era capaz de matar a una persona? – Y  dime una cosa Damien, por lo menos lograste pasar las modelos con las drogas ?

Mis oídos no dan crédito a lo que acaban de escuchar, acaso el hombre del que estoy enamora es un maldito mafioso, pensé que se juntaba con personas malas pero no que él era esa mala persona, necesito salir de la duda así que abro la  puerta de golpe.

– Piccolo - Damien intenta acercarse pero lo detengo.

– Tú ahí te quedas! - trato de que mi voz se escuche firme y me acerco a Stephen – Dime que no eres un mafioso!! - el solo me mira neutro y no dice nada – DÍMELO CARAJO!!

– Damien déjanos solos.

– NO!, Tú- apunté a Damien– Te quedas ahí.

– Damien - Stephen le da una mala mirada y este sale ignorándome por completo – Cálmate, sabes que no te puedes alterar- Trata de tranquilisarme.

– NI QUE ME CALME, NI UNA MIERDA, NI NADA !! - en realidad estaba bastante alterada.

Con una rápida mirada recorre mi cuerpo – Qué haces vestida así?, De quién es esa camiseta? - su expresión es seria.

–La ropa importa una mierda ahora, así que responde.

– Esta bien pero puedes sentarte por favor - le hago caso porque siento que el corazón se me saldrá en cualquier momento por la boca – Si, soy un mafioso- sus palabras me dejan congelada.

– Por qué?- mi lagrimas empiezan a salir – Acaso tú supuesta agencia de modelos la utilizas para secuestrar mujeres para que trabajen en tus mierdas - no puedo para de llorar – O acaso las chantajeas para cogertelas hasta que te canses como a mi? - me dolía pensarlo.

–Cállate!! - di un pequeño brinco del susto – Que sea un mafioso no significa que sea un inconsciente, no las obligo a nada maldita sea, ellas se ofrecen porque se les paga muy bien y no ando chantajeando a nadie carajo!.

– Y a mi ? , Por qué a mi?

– Tú eres diferente- contestó serio – No quiero más preguntas acerca del tema, ya te dije lo que querías saber ahora vamos a la cama.

– No!, tú no vas a dormir conmigo, te quedas en otra habitación- salgo antes de que diga algo, en el salón me encuentro a Damien y no pienso dos veces en abrazarlo – Perdón por gritarte, le susurro.

– Tranquila piccolo estabas enojada y eso lo entiendo - me abrazó con más fuerza.

– Dime una cosa - me separo un poco de él para mirarlo a los ojos.

– Lo que quieras.

– De verdad si eres fotógrafo o él te obligó a esto? - Damien solo me mira fijamente y suspira.

–Si, lo soy y no, él no me obliga a nada, lo hago porque sino fuera por Stephen yo no fuera más que un drogadicto o tal vez ya estuviera muerto- la verdad no sé que decir – Sabes, Demon una vez me dijo que todos merecemos que alguien que nos salve de nuestro infierno y es irónico porque él nos ah ayudado a todos pero ninguno lo hemos podido ayudar a salir de su propio infierno y créeme que no quisieras saber cual es su infierno.

– Damien yo.. yo no sé...

–Tranquila no tienes que decir nada y además te apuesto que nunca habías visto un fotógrafo tan bueno como yo - me saca una gran carcajada con su comentario y le vuelvo a dar un fuerte abrazo.

– QUITA TUS ASQUEROSAS MANOS DE MI MUJER!!, AHORA!!!- lo dos saltamos del susto y este se separó casi corriendo de mi.

– Bye Damien - me despido rápidamente y me doy la vuelta para subir las escaleras pero me detengo y miro a Stephen – Y que te quede claro que no soy tu mujer- al subir la escalera rápidamente escucho gritos cosa que me causa un poco de gracia.

Que irónico, pase de llorar a sonreír, últimamente ando muy sensible, creo que ya va a llegar mi periodo.

Stephen no dormío conmigo tal cual se lo pedí,  aunque tengo que admitir que extrañe su calor, me estoy acostumbrando a él y eso es malo.

Cuando me duché me coloque algo cómodo ya que tenia mucha vagancia acumulada, me coloqué un swater que también le robe a mi hermano, me hace mucha falta, así que decido llamarlo.

Cuando me duché me coloque algo cómodo ya que tenia mucha vagancia acumulada, me coloqué un swater que también le robe a mi hermano, me hace mucha falta, así que decido llamarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No demoró mucho en contestar.

– Ciao- su voz se escuchaba más seria de lo normal.

– Uyy pero que genio el de mi hermano más guapo - le respondo para liberar la tensión pero eso no ayuda en nada.

– Francesca como es eso de que te vas a casar? - al escuchar eso me quede congelada, eso significa que ya lo saben y sé que se está controlando para no gritar, no puedo evitar quedarme callada ya que siento que si hablo la voz se me quebrará – Contéstame, cómo es eso de que te vas a casar con ese bastardo!!  - está empezando a perder la cabeza.

La verdad no sé qué decirle, porque aunque Stephen me aya chantajeado para tenerme a su lado no me obligo a acostarme con él ni mucho menos me obligo amarlo, es cierto que no quiero estar aquí pero no es porque no quiera sentir susto labios y no es que no me guste la sensación de sus manos en mi cuerpo o estar cerca de él, es solo que pienso que me está privando de mi libertad y no puedo olvidar ese día que amenazo con matar a mi hermano y ahora que sé a qué se dedica.

– No es un bastardo, lo amo - decido hablar.

– Princesa él no es el tipo de persona con el que se puede jugar al castillo, es malo Francesca, muy malo y no quiero que te haga daño porque créeme que lo hará - su voz de escucha cargada de preocupación.

Cuidado con lo que deseasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora