Francesca Dumont es una joven Italiana de 21 años que se muda a New York buscando un nuevo cambio en su vida y que con sus encantos y hermosos ojos celestes siempre consigue lo que desea.
Stephen James es un famoso empresario de 24 años sin escrúpu...
–Él me había dicho que no quiere más hijos y ahora esto y yo no lo sé- solloza y los recuerdos de él diciendo que no quiere hijos vuelven a mi cabeza.
Salgo de mi pequeño trance y abrazo a mi amiga y no puedo evitar llorar con ella.
–Lee habla con Mark esta noche y si su respuesta es negativa te vas conmigo a Francia, sabes que siempre pueden contar conmigo para lo que necesites, tus niños son mis niños .
–Te amo tanto italiana sexy, no sé qué haría sin ti- las dos reímos.
–Dónde está Francesca? - pregunto a Lee y esta se pone un poco rara.
–Eh, fue a comer helado con uno de sus tíos- contesta muy nerviosa.
–Buenos pues yo me marcho, hay ha sido un largo día y mañana regreso a Francia, haz lo que te dije tú solo tienes que llamarme y vendré por ti.
–Gracias por todo Fran.
–Gracias a ti y otra cosa, mañana después del medio día necesito que lleves a mi pequeña princesa al hotel, tengo muchas ganas de verla.
–Allí estaremos.
Me despido de Lele y tomo un taxi para volver al hotel, me extraño al ver Tyler en recepción como si estuviera esperando a alguien.
–Esperas a alguien?- se asusta y me rio de él.
–No hagas eso, vas a matar y si te esperaba a ti, es eso que no podremos salir a comer mañana- dice rascándose un poco la nuca.
–Eso no es problema además pudiste haber llamado- no sé porque se tomó la molestia de venir aquí.
–Es solo que.. quería ver si querías salir a cenar- juro que quería decirle que no, de verdad estoy muy cansada pero se muestra tan empeñado en esta cena que puedo.
–Esta bien solo déjame cambiarme, ya vuelvo- digo suspirando.
–Perfecto- dice emocionado.
Me ducho y me cambio lo más rápido que puedo, decido no ponerme la linda pero molesta peluca y además qué puede pasar?
Estoy lista
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Se ve un poco la marca de la operación en mi pecho pero no es algo que me moleste, lo veo como el milagro que cambio mi vida.
–Nos vamos- digo una ves llego al lado de Ty.
Este me da una mirada la cual no pasó desapercibida pero decido ignorarlo.
En el auto se siente un poco de tensión, sé que Tyler quiere decir algo pero creo saber que es y ruego porque no abra la boca.
Suspiro cuando hemos llegado.
Llegamos al restaurante italiano que vine con Lele, si el mismo donde lo vi por primera vez, hoy no es tiempo de pensar en él.
