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El agotamiento amenazaba con vencerlo, las últimas noches sin dormir las horas correspondientes, comenzaba a matarlo, pero debía permanecer despierto, habia una razón de mayor peso que se lo exigía. Miraba alrededor, pero solo veía doctores y enfermeros corriendo por doquier, un intenso olor a alcohol y sonidos de teléfonos y maquinas cardiacas; al parecer, era un día concurrido. Pero para él, lo único que importaba en este momento, era tener noticias de Tony.

Cuando llego a su departamento, después de la misión, le llamo mucho la atención el encontrar todas las luces apagadas y el lugar vacío, Tony siempre era de recibirlo con una cena o alguna sorpresa, más cuando las misiones eran muy largas, está en particular habia durado casi tres meses. Y la verdad, también esperaba quizás otro tipo de recibimiento, quizás un Tony aun molesto o con una decisión dolorosa ya tomada, es que la verdad, cuando se fue en esta última misión, terminó bastante distanciados y enojados uno con el otro.

Es que Tony ya no soportaba las misiones tan largas, tan tiempo lejos, con tanta distancia entre ellos, el castaño expresaba que el que se iba era Steve y quien se quedaba con la preocupación a flor de piel en casa, era él. Además, hace un año ya que Steve le habia propuesto matrimonio, no solo era su novio, su pareja, con quien compartía un hogar, sino también, era su prometido; Tony solo lo quería unos momentos más para él, resaltándole incluso, que cuando recién se conocieron hace cuatro años y comenzaron su relación, Steve le reclamaba que Tony trabajaba mucho, usando como argumento que lo extrañaba y también, porque se preocupaba de su salud y su descanso, en verdad la empresa le robaba la energía vital, entonces Tony acepto las condiciones de la relación y redujo los horarios de trabajo, pero desde que Steve le propuso matrimonio, ahora era él quien trabaja sin descanso y por largos meses; Tony a veces dudaba de que realmente quisiera casarse con él, y que tomaba esas misiones, buscando alejarse de él.

Pero Steve trataba de hacerle entender, el descendía de un gran linaje de Alfas, que aunque ya no tenía tanto dinero y lujos como antaño, tenía la honorabilidad siempre por delante, su familia lo habia criado desde pequeño para ser el Alfa perfecto, fuerte, sostenedor, sacrificado y por supuesto, esto implicaba que todo lo relacionado con la vida que quisieran crear en conjunto, y obvio, el matrimonio y sus gatos, debían salir de su bolsillo; después de todo, no se casaba con cualquiera, estaba comprometido con uno de los hombres más adinerados del mundo y la celebración debía ser a la altura de la que Tony estaba acostumbrado.

Tony, sin embargo, no opinaba lo mismo, él quería algo simple, incluso solo los dos, hasta sin sus padres; solo quería que fueran Steve y él. Pero el Capitán insistía que así no era la tradición familiar, que él debía apegarse a sus costumbres, pero de cierta forma, Tony tenía razón; si era por guiarse por las costumbres, un Alfa de su estatus y reconocimiento, ya debía estar casado y por lo menos con un hijo en su haber, y más si tu Omega era el reconocido Anthony Stark. La prensa ya hasta creaba teorías, de que Tony era un Omega defectuoso, que no lograba satisfacer a un Alfa como Steve Rogers, y que esa la principal razón por la cual no se habían casado, ni engendrados hijos, es más, el Capitán ni siquiera lo habia marcado.

A veces, esto era lo que más molestaba a Tony, uno, porque lo amaba y quería solo pertenecerle a él, y dos, porque era muy peligroso seguir así; como cada vez su relación crecía en tiempo, los celos de Tony aumentaban en intensidad, lo que implica que sus feromonas se disparaban, y para él, un hombre exitoso, rodeado de Alfas en una empresa, era sumamente riesgoso. Pero Steve debía cumplir las exigencias de su familia, no marcarlo hasta la noche de bodas, y cumpliría sus costumbres, aun cuando no marcar a Tony fuera doloroso incluso para él; tenía una reputación que proteger.

Recordaba las lágrimas derramadas esa última noche, como Tony le pregunto entre gritos e hipos si en verdad lo amaba, o solo estaba jugando con él. Como le gustaría retroceder a esa noche, evitar esa maldita discusión y tomarlo ahí mismo, sobre todo ahora, dada la situación que se encontraban. Levantaba la cabeza, entre pensamientos, buscando un alma caritativa que le dijera lo que le pasaba a Tony, pero nadie parecía notarlo; seguía sentado en la misma silla, hace ya casi una hora y media, desde que recibido esa llamada a su teléfono, cuando entraba a su departamento y se encontraba todo apagado. La mujer, que se identificó como una enfermera, solo le solicito que se acercara a la brevedad al Hospital Central y no le dio mayores antecedentes; habia consultado un par de veces, pero la única respuesta que recibía era: espere al médico. Pero al parecer, la vida comenzó a apiadarse de su angustia.

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