Nuestra Marca [STONY]

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- ¡Otra vez! – las paletas tocaban el pecho de joven - ¡Carguen! – indicaba la doctora - ¡Otra vez!

- ¡Tony! – gritaba desesperado Steve siendo sujetado por un enfermero - ¡¡TONY!! – los gritos se escuchaban por todos los pasillos

- ¡De nuevo! – el joven saltaba en la cama y caía nuevamente sin reacción - ¡Carguen! ¡Otra! – los minutos pasaban y no existía respuesta

- Por favor, por favor... - balbuceaba la madre, mientras era sostenida por su esposo, que apenas si se mantenía en pie

- Es inútil, no hay respuesta – indicaba el enfermero viendo la linea cardiaca – lo perdimos... - bajando la cabeza apenado. Los minutos dieron al cuarto de hora.

- Maldición – susurro Palmer – lo lamento... - dijo subiendo la mirada hacia el matrimonio y al prometido – falleció

Los ojos de Steve se desorbitaron por completo, reaccionando solo al grito desgarrador que lanzo Mary a sus espaldas, pero no podía aceptarlo, se negaba a hacerlo, así que en ínfimos segundos, se libero del agarre de los enfermeros y corrió hacia el joven, para abalanzarse sobre el y sostener su mano con fuerza, los enfermeros lo siguieron dispuestos a separarlos, pero Palmer intervino, no era momento para respetar protocolos.

-No te atrevas a irte, maldito infeliz... - susurro entre hipos ahogados - ¡Deja de ser tan egoísta! ¡Maldita sea! – zamarreándolo - ¡Tienes una promesa que cumplir! ¡Reacciona! – cayendo de rodillas al suelo, pero sin soltar su mano – estúpido... imbécil...

- Steve... - dijo Palmer colocando su mano en el hombro del capitán – necesito que... - un sonido lejano se escuchó - ¿Qué pasa? – su mirada se clavo de inmediato en la pantalla – un segundo sonido retumbo, y esta vez fue mas fuerte y claro, tanto que llego a los oídos de todos, incluidos los de Steve, que estaban inmersos en los más oscuros lamentos

- ¿Qué pasa? – pregunto subiendo la cabeza levemente

- ¡Tenemos reacción cardiaca! – acuso el enfermero

- ¡Conecta el oxígeno! – grito veloz Palmer - ¡Rápido!

- ¡¿Qué pasa?! – Steve se puso lo más rápido posible de pie - ¿Tony?

- ¡Hijo! – dijeron ambos padres acercándose

- Necesito espacio, por favor... - solicito la Doctora - ¿Tony, puedes oírme?

Steve no soltó en ningún momento la mano de su amado, y en cuanto esta sintio una presión fuerte, el corazón del Capitan, estallo – Tony... - acercándose a escasos centímetros. Unos hermosos ojos pardos se abrieron ante él y sintio como su alma también le volvía a el cuerpo – Tony... - repitió ahogado en llantos

-Hola... - dijo con sumo esfuerzo

Mary y Howard lloraban a las espaldas de Steve, completamente abrazados y agradecidos de la vida, su pequeño seguía con ellos. El capitán por su parte seguía aferrado a la mano de su amado, autoconvenciéndose que nunca en la vida, volvería a soltarla; no se atrevería a separarse o perder a Tony.

-No hables – dijo Palmer – debes descansar – sonriéndole – nos diste un buen susto – riendo por lo bajo – pero lo peor ya paso – mira a los visitantes – les tengo que pedir, ahora sí, que por favor salgan... debo revisar a Tony por completo

- Por supuesto – comento el padre – estaremos afuera... - sonriéndole a su hijo

- Te amo muchísimo, hijo mío... - agrego Mary aun en llantos

Tony solo se limitó a sonreír y luego miro a Steve – estamos juntos ahora y así seguiremos, es una promesa – dijo firmemente el Capitan – ahora... descansa y recupérate – besa la mano del castaño – nos espera toda una vida juntos – Tony suelta unas lágrimas entre la emoción y la confusión – descuida, eres completamente... libre – el joven lo mira con suma duda