Nuestra Marca [STONY]

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Todo el mundo podía escuchar los gritos, que, en verdad, parecían más alaridos, desgarradores y sumamente desesperados, no habia que ser un genio para darse cuenta de que alguien sufría más allá de lo humanamente soportable, y ese alguien, era el joven Anthony Stark. Acaba de recordar todo, absolutamente todo lo que le habia pasado, los golpes, los insultos, los gritos, los abusos... y lo último que recordó, fue como ese animal se anudaba a él, una y otra vez, para luego marcarlo; su vida se habia acabado, lo habia perdido absolutamente todo.

Steve ni siquiera podía reaccionar, solo lloraba, nadie te prepara para afrontar algo como esto; por suerte, los médicos ingresaron veloz, lo separaron de Tony, quien se movía con terror y escándalo, debían controlarlo o sus heridas podrían herirse, ahora el mayor peligro, era que Tony se hiriera a sí mismo. Varios enfermeros lo sujetaron, mientras el Doctor Strange le colocaba una inyección de sedante, a los pocos segundos, Tony volvía a caer inconsciente en la cama y Steve caía arrodillado al piso.

La Doctora Palmer se hinco a su lado y lo abrazo, el solado necesitaba un hombro donde desahogarse, y aunque parecía tener efecto, las malas noticias solo empeoraron. Porque a los pocos minutos, cuando Steve por fin parecía controlarse, Howard y Mary ingresaron raudos por la puerta, acompañado de un hombre en traje y de pelo algo canoso.

- ¡Tony! – grito la madre acercándose a su hijo - ¡¿Qué paso?!

- ¡¿Qué diablos pasa aquí?! – grito el padre viendo a tanto personal rodeando a su hijo y a Steve casi muerto en el piso – Steve... - acercándose a él – Steve... - casi obligándolo a pararse - ¡Steve! ¡Reacciona! – el soldado lo miro a medias, aun descontrolado por el dolor y la reacción de Tony

- Howard – dijo entre susurros

- ¡Dímelo! – zamarreándolo - ¡Dime que no es cierto!

Steve bajo su cabeza apenado, ya lo sabían, no podía ocultarlo – si... es cierto – su voz vuelve a quebrarse

- ¡No! – grito entre llantos la madre - ¡Mi bebe! – abrazando a su hijo en la cama - ¡¿Qué te hicieron?!

Howard soltó unas lágrimas completamente atónito – pero... - tratando de ordenar sus ideas - ¡Tú eres su Alfa! – le reprocho - ¿Acaso no lo marcaste? – Steve mostro duda en su mirada - ¡No lo hiciste! – el soldado negó sin fuerzas - ¡Pero llevan casi cuatro años! – furioso - ¡Que estabas esperando! – señala la cama - ¡Que esto pasara! – Steve solo lloro. La culpa era insostenible.

El padre solo giro descontrolado, ya no era capaz de mirar al solado, así que se volteó hacia la cama y se acercó a su hijo, para luego depositar un dulce y doloroso beso en su frente, mientras su esposa lloraba desconsolada sobre el cuerpo de su hijo.

- ¡¿Les contaste?! – pregunto molesta la Doctora al detective - ¡Ross! ¿Cómo se te ocurre? – entre susurros y muy cerca de él

- ¿Contarles? – pregunto ofendido - ¿Cómo se te ocurre? – susurrando – ellos se enteraron... y de la peor forma – exhala rendido – ya toda la prensa lo sabe, no pudimos controlarlo mucho más... - Steve levanto su cabeza aterrado

- ¡¿Cómo?! – grito en voz baja la doctora - ¡Ross!

- Es verdad, Christine... - agrego Strange – la prensa está afuera del Hospital, ellos lo publicaron en las noticias de la matiné – mira al matrimonio – así se enteró el matrimonio... y de seguro, todo el país – negando con desgana – exigen un comunicado de prensa oficial – se baja un poco la camiseta – mira como dejaron el cuello, tratando de detenerlos...

- ¿Estas bien? – pregunto el detective acercándose para revisarlo

- Si, solo fue un rasguño – tratando de no darle importancia